VIII. El encuentro

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DENEA

El enfrentamiento entre Robb y Viserys no tardó en extenderse por toda Invernalia, era el tema de cuchicheo más comentado por los pasillos, aunque las versiones comenzaban a distorsionarse mucho de lo que ocurrió en realidad. Denea trataba de no hacer caso a aquellos comentarios, ella estuvo presente y sabía muy bien lo que ocurrió, y lo último que quería era acrecentar la polémica y dejar a su hermano en peor lugar. 

Sin embargo, la joven no bajó a los calabozos a verle, a pesar de que había recibido el mensaje de que Viserys demandaba que acudiera, quería que su hermano aprendiera la lección y empezara a respetarla un poco. En lugar de ir en persona, enviaba a su dama Misandei en su nombre. Ella le bajaba platos calientes y mantas para que estuviera cómodo, y le trasladaba a Denea todo tipo de insultos que su hermano le había dedicado por no acudir a su llamada. "No quiero su caridad, esto es un insulto hacia el verdadero rey", "Dile a esa puta que me saque de aquí ahora mismo" o "Le cortaré la cabeza cuando sea rey y se la echaré a los perros" eran de las frases que más utilizaba cuando Misandei bajaba a atenderle.

-Gracias por tu paciencia Misandei-le había dicho Denea con una sonrisa-es todo lo que necesito de ti por ahora.-La doncella hizo una reverencia y salió de su alcoba, dejándola sola con sus pensamientos. Hoy se cumplía ese tercer día de condena, al anochecer Viserys volvería a estar libremente por ahí, cabreado y con ganas de venganza, de eso estaba segura. Pero eso era lo que menos le preocupaba ahora, apenas quedaba una semana para su enlace con Robb Stark, y empezaba a estar nerviosa. La boda del rey Stark y la princesa Targaryen había causado mucha expectación en todo Poniente, pero solo los grandes señores del Norte, aliados de la casa Stark, estaban invitados a dicho evento. Y los primeros ya comenzaban a llegar. Desde el balcón, Denea observaba cómo los portones de la ciudadela se abrían para dejar entrar a la comitiva invitada, esta solo sería la primera de muchas que irían llegando a lo largo de la semana. No supo reconocer el estandarte que portaban los soldados, se trataba de un lagarto-león de sable sobre campo verde gris. Era algo que tenía pendiente si quería llegar a ser una buena reina, debía aprenderse todos los estandartes de las casas aliadas, así como el nombre de sus señores y sus hijos. Esperaba poder contar con ayuda. 

Fue entonces cuando unos suaves golpes en la puerta la sobresaltaron, y Denea se giró bruscamente hacia atrás, mirando en esa dirección. En aquel momento le llegaba otro tipo de ayuda, sonrió y acudió a abrir la puerta. Tras ella estaba Sansa expectante, en sus manos traía su caja de la costura y muchas telas de diversos colores.

-¿Lista para continuar?-dijo la joven pelirroja entusiasmada.

-Claro Sansa, pasa-respondió Denea apartándose y dejándola pasar. 

Sansa se había ofrecido a confeccionarle su vestido de novia. Llevaba varios días tomándole medidas y ya había comenzado a dar forma a las telas para que se adaptaran a las formas de su cuerpo. Los colores que llevaría el día de su boda serían dos: un vestido de seda blanco con pedrería fina en el pecho y una capa de lino celeste sobre la cual habría bordados motivos plateados.

Denea se cambió su traje de terciopelo azul por un camisón fino como hacía cada vez que le tomaban medidas, eso facilitaba la tarea. Mientras tanto Sansa preparaba la capa que ya había tejido con sumo cuidado y la puso sobre sus hombros para comprobar la longitud de la misma.

-¿Quiénes son los invitados que acaban de llegar a Invernalia?-quiso saber Denea, curiosa.

-La casa Reed-respondió Sansa concentrada en su trabajo.- Su asentamiento es Atalaya de Aguasgrices, y su señor es Howland Reed. Tiene dos hijos, Jojen y Meera.-En ese momento Sansa chasqueó la lengua.-La capa me ha quedado un poco larga.- Sujetó alfileres en los bajos. Denea tocaba la suave tela que la envolvía, nunca antes había llevado vestidos tan especiales, ni tan bonitos. La capa aún estaba lisa, los motivos plateados de los que le habían hablado Sansa aún no estaban bordados.

The Dragon of WinterWhere stories live. Discover now