XLVII. Cruel merecido

2K 118 10
                                    

KAETLYN

Desde que los dragones aterrizaron ante aquella fortaleza abandonada, los sucesos que acaecieron ocurrieron rápidamente, Kaetlyn apenas fue consciente de ellos. En el momento en que Robb pisó tierra, salió corriendo hacia el interior de aquellos muros mientras gritaba:

-¡Encontrad a Ramsay y llevadlo ante mí!.-Más que una sugerencia era una orden, sin embargo la aceptaron igual. Ambos entendían el estado de histeria que estaba atravesando el rey.

Jon y ella se miraron y asintieron, sabían cuál era su papel. Se bajaron de los dragones, no con la misma agilidad con la que lo hizo Robb antes que ellos, y se acercaron para trazar un plan. A pesar de que su llegada era un imprevisto para el enemigo, ni mucho menos sería una sorpresa. Los dragones rugían rabiosos y enfadados, y Rhaegar escupió fuego en un intento de llamar a su madre o hacer salir a los desgraciados que pagarían su ira.

-¡Si no salís de ahí os quemaremos vivos dentro!.-Gritó Kaetlyn desde el exterior, pero sin separarse del dragón dorado. Aunque tenía muchísimas ganas de ver arder a Ramsay, ella misma no se atrevía a plantarle cara después de los muchos padecimientos que aquel bastardo le había hecho sufrir.

-No seas tan precipitada, Robb está dentro. No podemos hacer tal cosa, debemos entretenerlos, o dar con él y tomarlo como rehén. Si encuentra a Robb antes de que salga, está perdido.-Le dijo Jon con seriedad.-Hemos de ser cautos.

-Entonces tendremos que entrar y hacer de cebo.-Replicó Kaetlyn, esta vez con cierta seguridad. Sabía que era la vida de Denea la que estaba en juego, y ahora tenía la oportunidad de devolverle el favor aunque no fuera ni la mínima parte de lo que la joven había hecho por ella.

-¡Sabes lo peligroso que es! Kay, conoces a ese malnacido muy bien, y sabes de lo que es capaz. Así que no hagas ninguna tontería, y pensemos un buen plan para sacarlo de ahí. ¿O es que crees que estará esperando de brazos abiertos para que lo detengamos?

-¡Es mi amiga la que está ahí dentro, Jon! Y mi rey el que se está jugando la vida por salvarla. No es momento de mantener la calma, Jon. Es momento de dar con Ramsay y evitar que les haga más daño a las personas que más queremos en este mundo.

-¡Seguro que está bien atrincherado! Kay escúchame, estará deseando que entremos para capturarnos, es una trampa. Y si hubiera podido detener a Robb para que no entrara así, créeme que lo habría hecho.

-Pues muy bien, quédate aquí meditando todo lo que quieras, yo voy a entrar.

Después de estas palabras, Kaetlyn se separó de los dragones y salió corriendo hacia el interior de las ruinas. Jon no dudó en seguirla para protegerla, pues estando dentro allí sola se exponía de manera peligrosa a las garras de Ramsy. Mientras recorría el camino que lo separaba de la entrada, el joven vio cómo Erserion alzaba las alas y de un tremendo salto derribaba una de las torretas que quedaban en pie, provocando un gran temblor en toda la superficie. Se pudieron escuchar algunos gritos en el interior, y antes de entrar, Jon contempló cómo Erserion encontraba a uno de los posibles cómplices de Ramsay, lo sacaba a rastras de su escondite y lo devoraba con sus poderosas y temibles fauces. No le habría gustado nada vivir el cruel final de aquel desgraciado.  A sabiendas de que los dragones estarían bien y conseguirían asustar al enemigo, acabó inmiscuyéndose entre las sombras de las ruinas y trató de seguir los pasos de Kaetlyn.

Cuando entró tuvo que escudriñar los ojos para tratar de acostumbrarse a la oscuridad que reinaba entre aquellas húmedas paredes. No se oía nada, todo estaba completamente negro, y por supuesto no había ni rastro de la chica. La joven se dejaba llevar por sus reflejos salvajes en situaciones como aquella, olvidándose de los modales y la cortesía. En ciertas ocasiones venía bien, pues conseguía infiltrarse sin ser vista, pero a él lo dejaba a ciegas y sin posibilidad de encontrarla, y esa era su principal preocupación.

The Dragon of WinterWhere stories live. Discover now