Diecisiete

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Cuando Zayn estacionó finalmente frente a mi casa, no pude evitar soltar el aire que había retenido. Susurré un gracias que Niall me respondió con una cálida sonrisa y Zayn hizo un gesto con la mano. Harry se limitó a chasquear la lengua y soltó una maldición, lo miré y vi que se quedaba mirando hacia la puerta de su casa. En frente, se encontraba estacionado el auto de Anne y de Harold, lo que solo podía significar una cosa: problemas. 

Anne y Harold dejaban a Harry mucho tiempo solo desde que había sido un niño. Ambos eran vendedores y tenían que viajar por todo el país, muy raro se quedaban en el mismo lugar y a ellos no le gustaba la idea de que Harry estuviera mudándose todo el tiempo junto a ellos. Por lo que, lo dejaban en la casa con el abuelo y luego, cuando Harry fue lo suficiente mayor para quedarse solo, se quedó solo en la casa. 

Cuando Harold y Anne iban a la casa, en especial en un período de tiempo tan demandante como era Noviembre, solo podía significar una cosa: problemas, y yo me intuía que era la rebeldía de Harry o, más bien, su apresamiento hacía dos meses.

Salí del auto apresurada y Harry lo hizo tras de mí, no se molestó en despedirse aunque sabía que no lo haría. Entré a casa y mamá me regañó por llegar tarde.

— Carly, no puedes llegar hasta esta hora sin avisar. 

— Mamá, apenas y son las 8:45, ¿podrías quedarte tranquila?

— ¿Liam te trajo? —inquirió.

Me quedé mirando a mamá, lucía nerviosa e inquieta, como si algo la molestara especialmente. Supongo que la llegada de Anne siempre la tenía así.

— No, vine con el vecino.

— ¿Con el señor Forks? —dijo refiriéndose al hombre de 60 años que vivía al lado izquierdo de mi casa. 

— No,

— ¿Con el esposo de Layla? —la mujer cuarentona que vivía enfrente. Mamá a veces era muy lenta o muy tonta o tal vez, sinceramente no había creído que vine con Harry y es todo.

— Nah, vine con Harry y sus amigos —dije restandole importancia. Mi mamá abrió los ojos como dos platos y Luke corrió a mí, salvando el momento. 

— ¡Caly! —saltó de alegría—. ¡Caly! ¡Caly, llegaste!

— Llegué —lo tomé en brazos y le di un beso en la frente, él rió—. Ya estás pesado, enano,  ¿qué te dan de comer?

— Comida, dah —dijo imitando el más perfecto sarcasmo de Louis. Sentí una punzada de dolor, pero la oculté bajo una gran sonrisa.

Me escabullí en cuánto pude y subí a mi habitación, dejé las cosas sobre el escritorio, me di una ducha y bajé a la sala. Papá también bajó a la sala y se sentó en el sofá. Casi ni lo veía, así que aproveché y le di un beso en la mejilla y él me abrazó por los hombros.

— ¡Qué gusto verte, pequeña!

— El gusto es mío —reí. 

— Dime, ¿cómo te está yendo en la escuela?

— Bien —respondí—. Hoy entregué un trabajos importante, de historia.

Continuamos nuestra monótona conversación hasta que mamá nos llamó a cenar. No acostumbrábamos a cenar tan tarde, pero yo había llegado muy tarde de la escuela, por lo que, esta era nuestra hora. A pesar de que no comiéramos juntos, era como una ley cenar juntos.

— Anne y Harold llegaron hace unas horas —comentó mamá mientras recogíamos la mesa y papá llevaba a Luke a la cama que se había quedado dormido.

Mi perdición | Harry Styles | COMPLETA |Where stories live. Discover now