Dieciocho

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Advertencia: capítulo no apto para sensibles...


Yo no podía pegar un ojo, pero hacía una hora que Harry se había quedado dormido después de que ambos subimos a la casa del árbol. Aún me sostenía contra su pecho porque no me había soltado, como si temiera que desapareciera en la mitad de la noche y esto era más parecido a un sueño que otra cosa.

Aún no creía que Harry había dejado su orgullo y me había pedido que me quedara, no me había echado de lado, solo que me quedara. Me sentía bien, pero al mismo tiempo tenía miedo. Sabía que cuando despertara volvería a odiarme como si nada hubiera valido realmente. Sabía que en sus preciosos ojos verdes, ahora cerrados, aparecería ese frío que me dirigía.

Acaricié su mejilla suavemente y él se removió levemente, sus largas pestañas comenzaron a moverse de arriba a abajo, intentando abrir los ojos, acostumbrándose a la luz de la luna, me miró como si de verdad no creyera que yo estaba frente a él, a centímetros de su cara, y  luego de unos instantes, sonrió.

— Carly... hasta me apareces en sueños —su ronca risa resonó por toda la pequeña casita e hizo estragos en mi corazón, se acercó más a mí y colocó su cara en mi cuello, aspirando mi aroma. Yo no sabía donde colocar mis manos, así que suavemente las descendí en sus rizos y empecé a peinarlos, pensé que se había quedado dormido nuevamente, pero se removió y me miró a los ojos.

Su cara estaba tan cerca de la mía, su mirada brillaba como si yo fuera la única cosa que él quisiera ver por el resto de su vida. Mis labios miraron los suyos, los suyos miraron los míos y el impulso por querer probarlos hizo que me acercara a él. Esta vez no se alejó, sus labios rozaron los míos suavemente. No cerré los ojos, él tampoco lo hizo. Empezó a temblar y yo no sabía por qué. Mis labios temblaron también, pero Harry no me besó, solo volvió a alejarse.

Se sentó a un lado de mi cuerpo humillado, sacó la cajetilla de cigarros que se le escapó de los dedos por sus temblores y soltó una maldición. Me senté también mirándolo, pero él no quería mirarme ya. Parecía como si se avergonzara cuando la que había sido humillada era yo. Encendió el cigarrillo y lo colocó en su boca, el humo hizo que yo tosiera, pero no me alejé.

Me quedé mirándolo hasta que se fumó hasta la última parte y cuando estaba a punto de tomar otro cigarrillo, le alejé la cajetilla y la tiré a un lado. Sus ojos verdes enfocaron los míos y me dio la mirada molesta que siempre tenía, no, no era la de siempre, Harry no me estaba mirando con odio esta vez.

—¿Por qué fumas? —le pregunté como si quisiera meterme en su cuerpo. Harry me miró y desvió la mirada.

— Es la forma de escaparme.

— ¿De qué?

Sus ojos buscaron los míos en la oscuridad. Tal vez, él si quería transmitirme lo que sentía sin tener que decirlo en voz alta, pero yo era muy lenta como para comprenderlo.

— De toda la mierda que soy.

— ¿Por qué dices que eres una mierda? —sus ojos se oscurecieron y se encerraron en todo el odio que su corazón guardaba. Buscó otra cajetilla en su bolsillo y me sorprendí de que tuviera otra, encendió otro cigarrillo y me dije a mí misma que esa mierda lo iba a matar.

— Escucha, Carly —le dio una fumada como si fuera un adicto y luego me miró—. Mantente alejada de mí si no quieres problemas. Fui un buen chico cuando era un niño pero ya no lo soy y todos mis demonios te van a perseguir si sigues interesándote en mí. 

— No me intereso en ti, Harry, tú no dejas que pueda hacerlo. Siempre terminas dañando el momento con una estupidez.

Sonrió de medio lado y dijo: — Carly, si no te intereso, ¿qué estás haciendo aquí? —me sonrojé, pero le di gracias a Dios que era de madrugada y él no podía observar eso.

— Estoy aquí porque Zayn se preocupó —dije con la voz agria. Me paré del suelo y caminé hasta la entrada de la casa del árbol—. Lidia tú con toda la mierda que tienes dentro"

No sabía en qué momento Harry se había parado, pero me tomó del brazo firmemente haciéndome daño. Su mirada lucía todo el dolor que sentía, el odio, la rabia hacia mí y supongo que mis ojos demostraban el mismo sentimiento hacia él, ¿o no?

— Tú aún no lo entiendes, ¿verdad? —Harry sonrió de medio lado—. ¿Sabes por qué te besé la vez aquella? —no quería hablar de eso y la crueldad que enfocaban los ojos de Harry hizo que retrocediera. Debí de haberme ido, no debí escucharlo porque él dijo: —Fue una hermosa apuesta que me dio cien dólares —rió suavemente, no una risa de verdad sino una cruel, bastante cruel—. Creían que no me ganaría el dinero, pero yo aposté a que tú no te resistirías a mí y definitivamente gané —sentí que el aire se escapó y el dolor llegó a mí tan rápido y tan fuerte que pensé que me desmayaría.

— ¿Con quién hiciste la apuesta?

— Soy un hombre de honor, hermosa, jamás lo diría —su sonrisa y su tono de voz eran juguetones, pero no su mirada. Solo había crueldad y las inmensas ganas de destruirme.

— ¿Con quién? —sentí que las lágrimas comenzaron a escocer, así que me solté de su agarre para no perder los nervios o para que no me viera llorar.

— Con el mismo chico con el que mandaste el recado a este lugar hace cinco años —Harry sonrió, pero esa sonrisa no le llegó a los ojos.

Ya no me parecía hermoso, me parecía un chico cruel y despiadado al que lo acechaban unos demonios de los que no era capaz de alejarse. Me asustaba verlo parado ahí, diciendo palabras que me hacían daño, odiándome de la forma en la que lo hacía.

— ¿¡Quién, Harry!? ¡Solo dime quién! —no pude parar las lágrimas que descendieron por mis mejillas, por su mirada pasó la confusión, pero luego volvió a mirarme de la misma manera que siempre, supongo que no debí de preguntar eso porque yo no quería oír lo siguiente.

— Tu mejor amigo: Liam Payne.

Caí al suelo, el dolor en mis rodillas fue soportable aunque no el de mi corazón. ¿Liam? ¿Mi Liam? ¿Mi mejor amigo había apostado con el chico que más odiaba una cosa tan vil como besarme? ¿Por qué? No, no lo creía.

— ¡Estás mintiendo! —le grité mientras sentía que me ahogaba con las lágrimas. Harry se quedó parado ahí. Ni un gesto, ni una sonrisa, nada. Solo mirándome como me derrumbaba ante él.

— Me importa una mierda lo que pienses, Carly. Solo aléjate de mí. Te ves patética en el suelo. 

Me quedé tiesa, pensé en cuando Maite había dicho que Harry no era el mismo y lo entendí.

Yo no podía defender a este chico que me odiaba. Me paré del suelo con debilidad, humillada, derrotada, hundida y bajé. Escuché un golpe seco y el sonido de algo romperse arriba, ni siquiera miré, me fui a casa y me adentré en las sábanas. Harry me había roto, casi tanto como él lo estaba.

Me quedé despierta lo que restó de la noche y analicé las palabras de Harry. "Con el mismo chico con el que mandaste el recado a este lugar hace cinco años", me pregunté de que hablaba, ¿Liam? ¿De qué recado hablaba?

Cuando el despetador sonó dos horas después y no había dormido nada, supe que era un caso perdido. Me levanté de la cama y decidí que no me iba a derrotar, que ya estaba rota era cierto, pero no me iban a quitar mi fuerza. No iba a dejar que Harry me viera tan dañada como él lo estaba.

Me despedí de mamá que evitó preguntar el porqué de mis ojeras y de papá, también de Luke y la niñera que lo iba a llevar a la escuela y me encontré con Anne que caminaba a la casa, la mujer me abrazó con una sonrisa y me dio un beso en la mejilla, muy emocionada. Me preguntó por mí, como estaba y luego... luego me habló de Harry.

— He oído que la relación entre ustedes ha mejorado un poco —sonreí de lado. Si supiera...—. Creo que... para evitar que siga teniendo más problemas, lo dejaremos en casa del abuelo"

Mi corazón latió demasiado a prisa, sentí que se me iba a salir.

No, Harry...

Lo busqué con la vista y me fijé que cargaba sus maletas al auto, me miró con dolor, pero aparté la mirada, se lo tenía merecido.

— Voy tarde. Lo siento, Anne, hablaremos mañana.

Caminé a la parada del autobús y me coloqué la mano en el pecho. Harry no se lo tenía merecido, era una mentirosa. Nadie tenía merecido lo que ese... hombre le había hecho pasar cuando éramos unos niños. Louis y yo siempre le habíamos dicho que se lo dijera a Anne o a Harold, pero él nunca quizo y ahora... ahora volvería allá.

Lo vi por última vez, me miraba fijamente. Supongo que se estaba asegurando de que me había levantado aunque no lo creía posible. Yo tenía que seguir, así que esperé estar en la seguridad del autobús para derramar las lágrimas que traté de aguantar.

___

Holaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!
No me maten porque soy buena...
Harry es un estúpido, ni me lo digan. Y ahora tenemos que Liam hizo algo que no debió hacer :o!
En serio!? Bueno, sigan en sintonía hasta el próximo capítulo.
Las amoooooooooooo!<3

Recuerden dejar un comentario (y por favor, dejen un comentario) y/o un favorito. Gracias por el apoyo! <3

P.D: Si pueden denle un tiempo y pasen por la novela de uno de mis mejores amigos, Yeudi. Se llama "Esperando bajo la lluvia", está comenzando y necesita opiniones para mejorar su calidad de escritura. Gracias de antemano.


Editado. 8 de Agosto, 2020.

Mi perdición | Harry Styles | COMPLETA |Where stories live. Discover now