Veintitrés

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La semana siguiente, decidí enterrarme en la verguenza y, sumado al castigo de varias semanas que tenía, me concentré en clases. 

Varias veces, Zayn o Niall intentaron hablarme, pero decidí ignorarlos. En cambio, pasé el tiempo que me correspondía con mi mejor amigo: Liam. Todo el rumor sobre Liam y yo en una relación crecía cada vez más. No me interesaba quién lo estaba propagando y tampoco me interesaba negarlo. Desde que lo recuerdo, la gente había hablado de nosotros dos y quizás era mejor, así me olvidaba de mi vergüenza con Harry al admitirle mis sentimientos.

Harry volvió a ser un idiota, un idiota de los grandes que se pasaba con una chica diferente cada día. No iba a negar que me dolía, pero mi corazón comenzaba a acostumbrarse al daño poco a poco. Los juegos seguían celebrándose aunque no podía ir debido a mi castigo. Mamá y papá seguían molestos y Luke era quien me alegraba cuando estaba en casa.

Maite estaba con ese tal Albert, bueno, él me caía bien. Era gracioso y siempre estaba pendiente de ella, así que como mejor amiga que era, mi deber era apoyarla en lo que quería y ella en serio lo quería, pero algo no me terminaba de cuadrar con respecto a él, en especial por la vez en la que Harry le había golpeado y de nuevo mis pensamientos recaían en Harry. 

Harry, Harry y Harry, no salía de mi mente.

En cada momento, me preguntaba si realmente estaba bien. Extrañaba que me esperara frente a mi casa en la mañana para hacerme la vida imposible. Incluso extrañaba discutir con él o que el humo del cigarrillo llegara a mis fosas nasales. Diablos, yo debería estar realmente loca. 

Una noche de esas en las que estaba haciendo tarea, mi celular sonó con insistencia. Lo tomé sin ver el remitente y la voz de Louis hizo que soltara el lápiz, sorprendida. 

— Hola, enana —dijo el muy cínico como si nada hubiera pasado, como si todo siguiera normal.

— ¿Louis? —pregunté como para asegurarme que era él. 

— ¿Conoces a alguien con una voz más sexy que yo? —si no fuera por lo molesta que estaba con él, me hubiera reído, así que no lo hice. 

— No creo que me sienta como para hacer algún chiste, Louis.

— Lo sé, lo siento —su voz sonó seca. Se aclaró la garganta y continuó: — Me contaron de tu escape con Harry.

— No fue un escape.

— Estuvo mal —mi corazón comenzó a latir fuertemente pensando en que tal vez había sido él quien le haya dicho algo—. No creí que fueras capaz de escaparte de clases, hermanita y mucho menos con Harry.

Me quedé tranquila. 

Si Louis hubiera sabido lo que pasó en realidad, no estaría tan calmado. Mi  pasó a uno de confusión. Luego, me molesté.

 — Louis, ¿qué te pasó que no me habías hablado durante tres meses? Ya casi son las vacaciones de invierno —Louis no me contestó. No supe si era porque no quería o porque la llamada se había ido—. Louis...

— Es solo que... —si lo hubiera tenido en frente, estaría segura que se rascaba la cabeza—. Me molesté.

Levanté una ceja y quise pegarle en la cabeza a Louis. Eso lo sabía, era un poco obvio.

—Louis...

— No quería romperle la cabeza a alguien. No me entra en la cabeza que Harry te pegó, eso no... no es propio de él, quiero decir. Eres mi hermana y te amo, pero... hay algo que no me cuadra.

No, Harry no me pegó porque quiso. Nunca me golpearía. 

— Harry no me pegó porque quiso. Yo defendí a Liam, me puse entre ellos, pero Harry no es un ángel, Louis y esta estupidez no te da el derecho a dejarme de hablar. Inventa otra excusa porque esa no me la creo.

Mi perdición | Harry Styles | COMPLETA |Where stories live. Discover now