Veinticinco

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No me encontré con Harry en la escuela y eso estaba bien porque yo no iba a soportar su mirada sobre la mía. En especial, cuando yo sabía que había hecho mal. Liam no me dejó sola un solo minuto, me tomaba la mano cada vez que podía, me besaba la frente, las mejillas, la sien y yo... yo lo dejaba. Y eso estaba mal, lo sabía, pero no podía quitarlo.

Atrapé a Zayn mirándome más veces de la que hubiera admitido. 

Su mirada me dejaba en claro que estaba profundamente molesto conmigo, y por primera vez en la vida, me importó más aquellas miradas que las de mis amigos. Zayn, tal vez era menos conversador que ellos, pero sentía que era más real. 

A Niall no lo vi y eso estaba mejor porque si veía su sonrisa desvanecer de su rostro al mirarme, creo que hubiera podido caer en coma.

Muchas veces me pasó por la mente la reacción de Harry. No la entendí porque él me odiaba, porque yo no le gustaba, porque él no quería saber de mí. Pero, de repente, lucía como... ¿celoso?

Me sentí como que me ahogaba y esa sensación se fue cuando el timbre de la salida sonó. Ahí solo me sentí sola. 

— Y bien, ¿en qué andas? —me dijo Maite tomándome por los hombros, tenía una sonrisa de oreja a oreja y eso solo me hizo sentir enferma. Supongo que la mueca en mi cara le advirtió que algo estaba mal—. ¿Pasa algo?

Negué con la cabeza y me dieron ganas de vomitar.

Debería darme vergüenza estar mintiéndole a mi mejor amiga y seguir como si nada. No le había dicho nada sobre lo que había pasado en mi vida, había preferido ir directamente sobre las cosas sin consultarle ni una sola vez. No sabía qué clase de mejor amiga era, pero supongo que una muy mala.

— Oye, oye, oye —dijo poniendo una cara seria—. Te conozco desde que tenemos dos años, no me vengas a decir que no tienes nada ahora.

No quería hablar de ello, pero tenía que hacerlo. TENIA que desahogarme o esto terminaría por matarme. Me froté las sienes y divisé a la gente caminando, todos hablaban de mí y lo sabía. Pero a mí nunca me había importado, no debía importarme ahora. 

— ¿Puedes ir a casa? —le dije con la voz más seria que encontré. Maite me miró un poco asustada y asintió. Caminamos una al lado de la otra, en silencio. 

Liam no estaba cerca porque tenía práctica de fútbol y aproveché el momento para irme caminando a casa junto a Maite. 

—Carly... sé que hay algo mal en todo esto —me dijo suavemente cuando estábamos en camino a casa—. De hecho, he esperado que me digas qué es lo que pasa. Incluso esperé que me llamaras al día siguiente de que llegaras con Harry a tu casa, pero no lo hiciste.

La miré, ella se frotaba las manos demasiado rápido, demasiado nerviosa.

— C-creo que eres mi mejor a-amiga —dijo alterada y tartamudeando—. Y me duele mucho que me ocultes las cosas.

Me paré en seco en medio de la acera, Maite no me miró sino que se quedó frotándose los brazos. Ella me conocía más que nada, pero era imposible que supiera algo. Todo se había quedado entre Harry y yo y un poco entre Zayn y Niall, pero de ahí no había pasado. 

— Maite...

— Sé que te gusta Harry —ella se quejó, mirándome a los ojos. La mención de su nombre hizo estremecerme. Luego, movió la cabeza de un lado al otro—. No, diablos, no. Sé que amas a Harry. Lo sé porque ha sido así desde siempre, desde que son unos bebés. Desde antes de que pudieran notarlo —jadeé nerviosa, pero no emití una sola palabra—. También sé que has intentado ocultármelo, al mundo, de hecho, pero no es posible porque sé como se te iluminan los ojos, sé lo mal que te pones cuando te habla mal, cuando pelean cada vez que lo hacen, pero también sé que lo extrañas cuando no está cerca aunque sea para pelearte.

Mi perdición | Harry Styles | COMPLETA |Where stories live. Discover now