Cuarenta y ocho

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Odio estos malditos capítulos tan tristes... 

Me odio a mí, odio al mundo, odio a todos. Creo que estoy siendo Carly ahora mismo...

__


Le obligué a mis pies a moverme y le pasé por el lado ignorándolo olímpicamente, pensé que estaba a salvo y que él me dejaría marchar hasta que escuché un suspiro y que Harry me tomó por el brazo bruscamente e hizo que girara. 

— No tengo nada que hablar contigo —espeté secamente y forcejeé para que me soltara.

— Dame un minuto.

— Es lo que todos piden últimamente —susurré y lo miré a los ojos.

Me sorprendí de lo que vi, Harry parecía destruido completamente y eso me hizo sentir mal en muchas formas diferentes. Realmente sentí dolor porque aquello que sentía estaba ahí, reciente, pero lo nuestro no había pasado aún. Y por más que me proponía olvidarlo y dejar las cosas pasar, por más que me proponía odiarlo, aún sentía sus labios sobre los míos.

Cada noche...

— Un minuto —suplicó—. Solo voy a decirte una cosa.

— No, Harry. Te di demasiado tiempo de mi vida y fue un desperdicio. Ahora suéltame —sus ojos brillaron con una emoción que no supe descifrar. Forcejeé nueva vez, pero él no parecía querer soltarme. No quería causar una escena, pero estaba a punto de empezar a gritar y llamar al guardián si era necesario.

Creo que se dio cuenta de mis intenciones porque me soltó. Comencé a caminar para alejarme de él, pero algo captó mi atención.

— Rechacé el dinero.

Me quedé callada, me moría por dentro. Quería correr y gritar... ¿por qué me hacía esto? ¿Qué ganaba con decirme eso? Mi odio, el odio que estaba creciendo por dentro de mí y que no parecía detenerse, volvió a mí en varias oleadas. Quería golpearlo y me encontré a mí misma siendo demasiado agresiva últimamente, yo no quería ser un monstruo, no como él. Seguí caminando, pero él me siguió.  

— Dime algo, por favor —yo no podía articular palabra alguna y sabía que si seguía ahí, me pondría a llorar en cualquier momento. Caminé mucho más rápido de lo que podía hacerlo, casi trotaba, pero Harry no parecía desistir—. ¡Por el amor de Dios, Carly! ¡Dime algo! Una sola palabra —gritó.

Me quedé estática en el lugar y con la rabia que comenzó a fluir desde el interior, grité:

— ¡Déjame en paz! —pero él me tomó del brazo y presionó sus labios sobre los míos. Los libros se cayeron de mi mano cuando empecé a golpearlo, pero él seguía besándome. Las sensaciones que subían por mi cuerpo eran asquerosamente extrañas.

Me odiaba a mí misma porque estaba temblando bajo él, porque no quería dejar que sus labios se separaran, pero tampoco quería que me tocara. Estaba siendo demasiada bipolar y odiaba esto. Lo golpeé en el rostro por tercera vez y cuando mordí su labio fue que me soltó. 

Yo estaba roja de la rabia y él también, pero no dejaba de parecerme el ser más hermoso y malvado del mundo, al mismo tiempo.

— ¿¡Qué mierda quieres que haga para demostrarte que te amo!? ¡Dime una maldita cosa más y te juro que voy a hacerla! Me he partido el culo pensando en mil formas de que me perdones. Fui un maldito estúpido, Carly, lo sé. Estoy más que seguro que lo sabes. Pero, por una vez y por todas, ¡necesito que sepas que te amo, de verdad! —me gritó. 

Yo estaba tan molesta que no sabía qué hacer, estaba frustrada, no sabía qué decir ni dónde poner mi cara.

— ¿¡Qué sabes tú de amar!? —le grité de vuelta—. ¡No sabes ni una mierda! Eres un maldito estúpido que juega con los sentimientos de la gente solo por placer. ¡Es por eso que nadie te quiere, que te has quedado solo toda tu vida!

¿Por qué diablos estaba diciendo eso? Yo no era así, normalmente. La rabia estaba dominando mi cuerpo, el dolor de lo que pasó era el que me estaba dejando de hablar. Solté una risa irónica y Harry me miró con horror. 

— ¡Entiendo la razón de porqué tus padres no pasan tiempo contigo! ¡Eres un monstruo, Harry! ¡Lo único que sabes hacer es dañar a las personas que están a tu alrededor! Tú destruyes la vida de la gente. Jodiste mi vida, no, no eso. ¡Jodiste la vida de tus padres con solo nacer! —Harry estaba blanco como el papel, su boca hecha una delgada línea.

Yo no podía parar de hablar pero tenía que hacerlo. Estuve a punto de voltear e irme, pero una fuerza lejana a mí hizo que lo encarara y le gritara con todas mis fuerzas: — ¡Tu abuelo debió matarte a golpes aquella vez!

Me di cuenta que eso había sido demasiado duro cuando los ojos de Harry se oscurecieron. Me miró incrédulo, como si no me conociera y yo tampoco lo hacía.Dios mío, ¿qué había dicho? Estuve a punto de traerlo a mis brazos y consolarlo, pero mi rabia estaba hablando por mí. 

— Solo... no vuelvas a hablarme jamás, Harry —susurré, a punto de llorar. 

— Entendido. Lo siento mucho —Harry se alejó de mí y estuve a punto de correr a sus brazos y decirle que era mentira, que lo amaba, que no me importaba nada y que todo iba a salir bien.

Pero es que esto dolía como mierda, este dolor era tan profundo que no sabía si algún día sería capaz de superarlo.

Llegué a mi casa y me encerré a mi habitación de un portazo, me deslicé por la pared. 


— Solo tres meses más, Carly... tienes que ser fuerte por tres meses más y estarás fuera de aquí —me susurré a mí misma.

Lo gracioso del asunto es que sentía que no tenía a nadie. Louis estaba demasiado lejos y no quería contarle nada por temor a preocuparlo. 

Liam me había traicionado. Entonces, ¿quién me defendía? ¿Quién me ocultaba bajo su ala del dolor? Me abracé a mí misma y le rogué a Dios que nadie escuchara mis sollozos. 

Quería ser solo yo, con mi miseria, mis lágrimas y mi dolor por el resto de la vida.

Sentí algo en la ventana, Harry no podía ser porque él no estaría bien si viniera a verme. Cerré mis ojos, no me importaba quien fuera y sentí los brazos de alguien rodearme al instante. No había abierto los ojos, pero sabía que era Liam.

Yo debía odiarlo, sí, pero ahora mismo no podía. Estaba tan débil que lo único que podía era dejarme llorar en sus brazos. No podía hacer nada más que eso. Yo estaba hecha mierda y necesitaba alguien, quien fuera, que me consolara... Porque si no, esto terminaría matándome. 

— Estará bien —me susurró suavemente en el oído y besó mi cabeza. 

Este era mi mejor amigo y hubiera deseado que todo fuese un sueño, que nada pasó, que todo seguía bien entre nosotros... Por Dios, Liam, ¿por qué?

— No llores, Carly. Eres más fuerte de lo que crees —él me besó en la mejilla y quitó las lágrimas con las palmas de mi mano. 

— Liam, t-te o-dio —tartamudeé débilmente al mismo tiempo que lo apretaba contra mí. 

— Lo sé, princesa, pero por el momento, déjame ser tu apoyo. Me necesitas más de lo que me odias, Carly. Te conozco.

No pude decir nada... me derrumbé entre sus brazos. 

__

Al menos, amenme por el gif que les dejé... 

¡Subí Divine! Sean felices con esa novela. :3

*UPDATED*

He estado viendo el gif una y otra vez. Sigo manteniendo que es la misma manera en la que Harry miró a Carly después de que ella le dijo todo eso... ¡Me mato!

Fue demasiado cruel, lo sé. Pero entiendan que Carly está dolida...

Carry es fuerte, ellos van a superar esto, ¿o no? :(


Editado. 11 de Agosto, 2020.

Mi perdición | Harry Styles | COMPLETA |Where stories live. Discover now