Diecinueve

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Sé que no he subido capítulo durante unas semanas pero es que no tengo internet, así que les ruego me disculpen y acepten este humilde capítulo que pude subir gracias al wifi gratis (?) Que viva el wifi gratis!! En fin, trataré de seguir subiendo, robándome el wifi del vecino. Las/os amo. :*


A la mañana siguiente, entré a la clase de Matemáticas sin ni siquiera detenerme en el pasillo. Tenía un dolor de cabeza horrible, no tenía ganas de parlotear con Maite y mucho menos con Liam, a ese ni siquiera quería verlo. No después de que las palabras de Harry me hicieran pensar toda la noche, tenía miedo de que lo que decía fuera cierto. Aunque a Harry solo le importaba hacerme daño porque me odiaba, algo en sus ojos me decía que era cierto y yo no quería que fuera cierto, no. No podía creer que Liam, mi Liam, me hubiera hecho algo así, no concordaba con él para nada. 

El profesor empezó a hablar de números en algún momento después de las ocho. Mis manos se movían anotando todo lo que él nos decía que anotara, pero mi mente estaba en otro lado, pensando, quizá. El timbre sonó unas dos horas después, anunciando el final de esa clase. Como un zombie, tomé mis cosas y salí en busca de la siguiente clase. 

El pasillo estaba atestado de personas, chocaba contra algunas que me miraban mal y nunca se disculpaban, aunque quizá fuera mi culpa. Después de todo, yo tenía la culpa de la mayoría de las cosas que ocurrían. Choqué contra alguien y todos mis libros cayeron al suelo, la frustración corrió por mí, rápida y cruda, y casi me ponía a llorar, era como si todo estuviera mal de repente.

— ¿Estás bien? —me preguntó Zayn que empezó a recoger mis cosas del suelo. La gente nos miraba al pasar, cerré mis ojos y suspiré.

— Si, claro —él me entregó los libros y caminé a su lado, pero unos segundos después, me tomó de la muñeca. 

— Tú no lo estás —me dijo. No era una pregunta, era la más pura afirmación. No tenía ánimos de discutir, así que solo suspiré. 

— Tengo que ir a clases —a pesar de que intenté soltarme de su agarre, Zayn no me dejó. 

— ¿Te has saltado clases alguna vez? —lo miré alarmada y él me dio una sonrisa juguetona—. Cierto, cierto, estamos hablando con Carly "Perfecta" Evans" —rió como si fuera un chiste genial, lo miré mal.

— Tengo que irme —él me apretó con más fuerza y siguió sonriendo. 

— Lo que creo es que necesitas un trago.

— No —sus dientes aparecieron en todo su esplendor. 

— Solo un trago para que liberes la tensión —lo miré a los ojos.

— No creo que sea correcto.

— Olvídate de una puta vez en tu vida sobre lo que es correcto o no y ven conmigo.

Suspiré y me rendí, no podía negar que lo necesitaba, además no era la primera vez que me saltaba una clase, pero si la primera que saldría del colegio sin permiso. Eso no le haría daño a nadie. 

— Está bien, Zayn, pero solo uno —él rio y levantó su mano aunque le vi cruzar los dedos por detrás. 

— Solo uno.


Era la segunda botella que me bebía por mí misma y, de repente, todos los problemas se habían ido y no podía parar de hablar con un gracioso Zayn, no digo que fuera gracioso lo que decía sino que todo él me parecía gracioso, no podía dejar de reírme.

Nos habían dejado entrar al lugar, a pesar de que estaba cerrado porque Zayn era amigo del dueño. 

— Creo que ya está bien por hoy —intentó quitarme la botella, pero yo lo alejé y levanté mi dedo apuntando a Zayn. ¡La puta madre! Habían tres, ¡Tres Zayn's iguales! Así que al final no apunté a ninguno y bajé mi dedo.

— No puedes quitarle la botella a una mujer derrotada —aferré la botella a mí. Tenía que tratarla con cuidado porque podría romperse y me quedaría sin ese licor ambarino que era tan preciado para mí en aquel momento. 

— Estás borracha, Carly. Vamos, deja eso —volvió a intentar quitarme la botella, pero volví a alejarlo. Al barman le pareció algo gracioso, pero no se qué, Zayn lo fulminó con la mirada y yo me volví a reír. 

— ¡Que no estoy borracha! —me salió un acento gracioso y volví a reírme, aunque a Zayn no le pareciera divertido. 

— Tengo que hacer una llamada. ¡No te muevas! —me dijo, amenazante. Me quedé sentada en la mesa como un guardia y no me moví. 

Zayn se dirigió un poco más lejos y me dieron ganas de hacer pis, pero no podía moverme. Ay, ya que... me bajé de la mesa en la que estaba sentada y, junto a mi botella, caminé hasta el fondo en busca de un baño. Cuando entré, todos los cubículos estaban cerrados. Fruncí mis labios porque apenas eran las dos de la tarde, pero como no quise molestar a nadie, hice pis en el suelo del baño común. 

Cuando salí, los tres Zayn's me estaban esperando fuera. Abrieron los labios sorprendidos al verme y me fijé en mi aspecto. Todo estaba bien, pero la cabeza me daba demasiadas vueltas, vi sus ojos y creí ver que se había sonrojado levemente. 

— ¿Por qué no tienes pantalón? —no sé si eran los tragos que tenía en la cabeza, pero no me dio verguenza la escena.

— Ups —me devolví a buscar los pantalones y me los coloqué. Zayn rodó los ojos, aunque su cara estaba levemente roja. 

— Harry me va a matar —murmuró por lo bajo, pero lo escuché y solté un bufido. 

— Harry, Harry, Harry. Siempre Harry, ¿por qué todos hablan de él todo el tiempo? ¿Es que acaso es tan impor...? —sentí que me faltaba algo y revisé mis manos. Oh, cierto, mi preciada botella. Volví al baño y la recogí de encima del lavadero. Zayn seguía parado mirándome, se pasó una mano por el cabello y yo sonreí, pero él no me devolvió la sonrisa.

— Creo que debería llevarte a casa —me dijo con una expresión preocupada. Levanté una ceja, pero me mareé y él me tomó del brazo. No me empezaba a sentir bien. 

— No quiero ir a casa, todo esta mal —yo no sabía por qué, pero de repente todos los recuerdos de la noche anterior llegaron a mí y me puse demasiado sensible. Solo quería llorar y tirarme en la cama y no levantarme jamás, así que sin saber como empecé, me encontré llorando en el hombro de Zayn que no sabía qué hacer. 

— ¿Por qué dices que todo está mal? —me susurró suavemente, con la voz de un padre que consuela a su hijo. 

— Mi hermano me odia, se fue sin hablarme, me dejó, no me quiere ver más —sollocé. Zayn pasó su mano por mi espalda, acariciándome suavemente—. Y... y Harry es un estúpido en la mayoría de los casos, siempre me trata mal y yo no sé por qué. Se burla de todo lo que hago y me robó mi primer beso y nada de esto importara si no lo amara como lo amo.

Zayn tensó su agarre en mí y sostuvo mi cara entre sus manos. 

— ¿Qué dijiste?

Yo no sabía si estaba bien. 

Está bien, juraba que tenía unos tragos en la cabeza porque la Carly cuerda que yo conocía, jamás, jamás, iba a decir lo que dije a Zayn. 

— Que amo a Harry Styles.

Zayn se quedó perplejo, como jamás lo vi en la vida, como si se sintiera profundamente afectado por la revelación. Luego, me dio una sonrisa suavemente y pasó sus manos por mi pelo tranquilizándome. Me quitó las lágrimas de la cara y me abrazó nuevamente.

— Todo estará bien, ahora debemos de irnos.

Zayn empezó a hacer una llamada y su cara pasó de un leve rosado a un rojo furioso. Discutía con alguien por teléfono que tal vez le estaba diciendo una serie de improperios demasiado altos porque tenía que alejarse el teléfono del oído. Al final, le dijo un "ahí estaré" y cerró el teléfono muy fuertemente. 

Subió a su auto, donde ya estaba yo subida y apretó el volante tan duro que los nudillos se pusieron blancos. 

— ¿Pasó algo?

En medio de mi ebriedad, quedaba un poco de mi yo cuerdo y sabía que algo estaba medianamente mal porque nunca había visto a Zayn tan alterado como estaba, en lo poco que lo conocía. No dijo nada y puso el auto en marcha, iba tan rápido que mareé. 

Luego de unos minutos de viajar hacia no sé dónde, cerré los ojos y me quedé dormida. 

Mi perdición | Harry Styles | COMPLETA |Where stories live. Discover now