Veintisiete

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Siempre me he preguntado si estoy realmente cuerda, porque a veces no lo creo. No lo creo porque hace un momento estaba discutiendo con Harry, preguntándome si creerle o no. Discutiendo acerca de lo que sentía, de lo que ambos sentíamos por el otro.

Y ahora lo besaba.

Lo besaba como si la vida se me fuera a acabar y él me besaba de la misma manera. 

— Carly... —jadeó y me miró a los ojos. Yo sabía que él estaba tan borracho que me sorprendería que supiera mi nombre—. Para —se detuvo un momento. Nuestras caras tan cerca que respirábamos el mismo aire. 

Me costó controlar la respiración y los locos impulsos por seguir besándolo hasta que el mundo dejara de girar. 

— Harry... —fui impulsiva de nuevo y mis labios atraparon los suyos. No se negó y tampoco se quejó. Luego de unos segundos más, nos levantamos del suelo y continuamos besándonos. 

El celular de Harry cayó en algún lugar en el suelo, pero a ninguno nos importó. Sus manos apretaron mi cintura, pegándome a él. Me aferré a su cuello y nuestro beso se volvió frenético. Sus manos jugueteaban con mi blusa la cual se alzó un poco para rozar la piel de mis caderas con las yemas de sus dedos. Reprimí un gemido y le mordí el labio suavemente, Harry sonrió y yo también lo hice. 

Me alzó sobre la mesa de la cocina sin dejar de besarme, como si yo no pesara más que un alfiler y volvió a sonreír cuando me estremecí después que volvió a morderme. Era un beso demasiado candente, de ese beso que no podré hablar con Maite aunque sea mi mejor amiga. 

No sé porqué, pero pasados unos minutos después de besarnos, recordé que había gente en la casa, que en cualquier momento podrían venir mis padres, que Harry seguía borracho o no lo sé, pero me despegué bruscamente de él y volteé la cara. Harry suspiró y ambos tratamos de normalizar nuestras respiraciones. 

— E-esto no e-está b-bien —tartamudeé torpemente, sin mirarlo. Mis mejillas comenzaron a arder de vergüenza. 

— Bueno, tus labios no pensaban lo mismo hace un momento —Por su tono de voz, deduje que sonreía. 

— No lo digo e-en e-se sentido, Harry —fruncí el ceño y lo miré. Tenía esa sonrisa plasmada en los labios que me provocaba golpearlo—. E-es decir, yo... si quise esto, pero si seguimos... —Harry amplió su sonrisa y se acercó a mí, traté de huir de su mirada, pero me tenía acorralada contra su cuerpo y los gabinetes de la cocina. 

Me dio un suave beso en los labios, cerré los ojos y me dejé guiar, era lento, suave y tierno. Causó estragos en mi corazón. 

— ¿Sigue no estando bien? —me dijo suavemente mirándome a los ojos. Para este punto, creo que ya no sentía mis piernas. 

Coloqué una mano en su pecho, pensaba alejarlo, pero no pude. Solo la dejé ahí, sintiendo su corazón latir con fuerza. Me miraba como si yo fuera la mujer más hermosa en el mundo y yo sentía mis mejillas arder. 

— Dejemos todo atrás —murmuró lentamente contra mis labios y me estremecí—. Empecemos de cero.

Me quedé mirándolo, buscando un atisbo de mentira en aquellos ojos verdes que tantas veces me habían herido, mentido, engañado, pero no lo encontré. Harry besó suavemente mi nariz, mis mejillas, mis parpados, mi mandíbula. Se detuvo a mirarme de nuevo y beso mis labios castizamente. 

Yo solo pude asentir. 

__

Esa misma noche, me tiré en la cama y me pregunté si todo había sido un sueño, pero no lo fue y aquí estaba yo casi chillando de la emoción, Maite me llamó y le dije que todo había salido bien, no entré en detalles porque no quería arruinarlo sin ni siquiera haber comenzado bien. Quería que Harry y yo tomáramos las cosas con calma. 

Mi perdición | Harry Styles | COMPLETA |Where stories live. Discover now