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CAMILA
-Eras muy lindo de pequeño y aunque Lauren no te podía ver tu jugabas con ella y dormías sobre su regazo con una facilidad.
Temía confesarle que había sido muy importante para mi solo complicaría todo.

-Además de que Judith siempre fue una buena amiga, ayudaba a que Lauren saliera de casa y pasar un rato juntos...antes de que se fuera de aquí nos encontramos pocas veces pero fuimos amigas muy rápido.

-Me cae bien. Dijo y me miró, no entendía lo que significaba eso y solo lo deje pasar.
Ambos dormimos juntos esa noche, Kilian parecía estar mucho mejor con el paso de los días.

LAUREN
Mi habitación en el hotel parecía tan vacía, ninguna de las cosas ahí dentro lograban darme la inspiración necesaria para escribir, ni siquiera la hermosa vista que tenía frente a mis ojos, edificios iluminados y luces por todas partes. Mi mente solo estaba en aquella pequeña de ojos café y cabello castaño, su sonrisa y sus bellas facciones. Luego recordé su forma de caminar y la manera en que hablaba con Kilian. Me lastimaba recordar la forma tan frágil cuando cayó en mis brazos llorando. Quería verla, quería tocarla.
Todo comenzó a darme vueltas y en la desesperación por sacarla de mi mente, me decidí a salir de mi habitación hacia el primer bar que encontrara abierto. Tomé mi chaqueta negra y bajé el asensor con ansiedad. Necesitaba alcohol de forma urgente, no es que tuviera una adicción solo que cuando mi mente se encontraba en exceso ocupada solía querer olvidar todo.
Llegué a un bar bastante concurrido y me senté en la barra, comencé a beber whisky, cuatro vasos después de la bebida comencé a ver a las chicas mucho más atractivas.
Media hora después salí con una rubia de la mano, necesitaba llegar al hotel.
Al llegar al ascensor y que sus puertas se cerraron comencé a besarla con desesperación, toque todo su cuerpo esperando sacar de mi cabeza a otra persona. Lo hice cuando llegue a la habitación y la despoje de su corta ropa, linda piel, buen cuerpo y una lencería sexy fueron suficiente para perderme en ella y darle una buena sesión de sexo. En ese momento deje de pensar en Camila y me enfoque solo en sensaciones. Casi tres horas después de acción caí rendida sobre el colchón y sentí como ella se acurrucaba a mi lado, el estado de ebriedad estaba pasando y eso me preocupaba. Suspiré y cerré los ojos necesitaba dormir.
Me desperté sudando, miré de inmediato el reloj y apenas marcaba las 5 am. El sueño que había tenido era tan erótico que me había olvidado de que dormía con compañia, no recordaba su nombre y ahora comprendía que no había servido de nada, el sueño en que le hacía el amor a Camila era mucho más satisfactorio que el sexo que horas antes había tenido.
Me levanté y tomé una largo baño en la tina, apagué las luces y me deje llevar por un poco de música. Necesitaba verla de nuevo, lo necesitaba antes de irme a Vancouver. No tenía otra opción.
Mi teléfono comenzó a sonar de nuevo, quería dejarlo así pero la insistencia me llamo la atención.

-Habla Lauren.

-Hola...soy Camila.
Su voz me provocó que el corazón latiera más rápido, de pronto me puse nerviosa, era ella y eso difinitivamente echaba a la basura el intento de olvidarla acostandome con la chica sexy que estaba en mi cama.

-Hola ¿Cómo estas?
La saludé como pude, salí de inmediato de la tina, coloqué una bata y al salir del baño comencé a caminar de un lugar a otro en la habitación, tocando mi cabello y luego mirando la ciudad.

-Muy bien ¿Tu?

-Bien, gracias...

-Te llamo para avisarte que he conseguido las llaves.
Vaya por un momento pensé que me hablaba para decirme cuanto me extrañaba, sentí decepción.

-Es una buena noticia. Le dije mientrás la chica de mi cama se ponía de pie y caminaba hacia mi completamente desnuda, me detuve a observarla, era muy sensual y eso complicaba mucho más las cosas, me quedé en silencio.

-¿Sigues ahí?
Preguntó Camila, la otra chica llegó a mi y comenzó a acariciar mi cuello.

-Si lo siento, yo...puedo ir en unas horas.

-Me parece bien. En ese momento sentí como tocaban mi pecho, eso comenzó a excitarme y de nuevo me quede sin habla.

Lo que no se ve Donde viven las historias. Descúbrelo ahora