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CAMILA
Mis lágrimas parecían ser insuficientes para demostrar el dolor que estaba sintiendo.
Me partía el corazón recordar la mirada que Lauren me dió cuando le mencioné que debíamos alejarnos. Jamás había planeado hacerlo de esa manera pero entre más rápido lo hiciera mejor.
Luego la despedida de Ki en su dormitorio, había permanecido del otro lado de la puerta escuchando las palabras de cariño que le daba, mis lágrima brotaron cuando escuché como mi pequeño me decía que la iba a extrañar, ninguno de los dos se merecían que los separará, sobre todo por mi inseguridad y mi miedo a Chris. Temía que el nos hiciera daño, no sólo a Ki y a mi sino también a Lauren, la amaba tanto que no deseaba que sufriera por mi culpa, no se lo merecía.
Incapaz de dejar de llorar me pase el resto de la noche dando vueltas en mi cama, me pusé de pie y me senté finalmente junto a la ventana, mirando el cielo, pensé seriamente lo que debía hacer para evitar que Chris siguiera con la idea de alejar a Ki de mi lado.
Llegué a la conclusión que tenía que acercarme a mis padres, aunque no lo quisiera debía hacerlo, por mi hijo y para mi tranquilidad.
Las 6 am fue una mala hora para dormir, una hora después me levanté con un dolor, no sólo físico sino en el alma. Añoraba tanto la compañía de Lauren, que me abrazara y que me dijera que estaríamos bien.
Suspiré cansada, Ki estaba a medio vestir cuando entre en su habitación.
-Que bueno que te has despertado cariño, te prepararé el desayuno.
Cuando iba a salir su voz me hizo detenerme.
-Mamá ¿Tu sabías que Lolo se iba a ir?
El nudo en mi garganta se hizo más grande.
-No cariño, justo ayer me lo dijo.
-Yo estoy triste, no quiero que se vaya.
-Estará pronto aquí Ki.
Mientras colocaba sus zapatos el asintió, estaba triste lo notaba por que soltaba alguno que otro suspiro.
-Eso espero mamá, además tu la quieres mucho ¿No dejarías que ella se fuera por siempre verdad?
Mi corazón latía con fuerza en mi pecho.
-No, cariño debes confiar en su palabra.
Cuando salí de ahí no pude soportar más y me derrumbé en la pared, me senté en el suelo, lloré hasta que sentí como Ki no tardaría en salir de su recámara.
10 minutos me fueron suficientes para preparar algo rápido para Ki mientras entraba en el baño un tanto apresurada. Ahora Lauren no me ayudaría a llevar a Kilian al colegio, ni tampoco iría por el a la salida, no iba a ir por mi al trabajo y las tardes serían algo aburridas sin su compañía, su beso de buenos días tampoco estaba, ni sus brazos rodeandome al dormir.
Una rato después salí de la casa hacia el colegio, sobre la calle miré como Lauren salía a tomar el correo. No me miró y Ki parecía un poco preocupado, aún no comprendía por que Lauren no se iba y parecía ser desinteresada en nosotros.
Me despedí de Kilian en la puerta del colegio y continúe mi camino al trabajo.
Antes de salir del auto mi móvil sonó.
Cuando miré el nombre de Lauren en la pantalla lo contesté sin pensar.
-¿Lauren? Le dije de inmediato.
-Hola Camila, te llamó para decirte que te extrañe demasiado en la noche, yo se que lo acordamos pero no puedo seguir sin decírtelo y además quiero que sepas cuanto te amo, me parte el corazón no acompañarlos hoy.
Mi respiración se detuvo, sin duda todo lo que me decía provocaba un caos en mi cabeza, yo tampoco podía vivir sin ella ahora.
-Lauren. Solté en un suspiro, mis lágrimas estaban a punto de caer.
-No quería molestar, sólo no se necesitaba decírtelo.
-Yo...yo también te extrañe mi amor. Le dije finalmente.
-Se que no debo acercarme a ustedes pero al menos déjame llamarte todos los días.
-Esta bien, yo también me moría por irte a saludar hace rato.
Una extraña risa salió de su boca, no supe que más decir y miré ni reloj necesitaba entrar al edificio.
-Debo irme.
-Ten un buen día cariño.
-Tu igual, te amo.
-Yo te amo más.
Colgó dejándome en el cielo, amaba que me lo dijera, pero ahora me dejaba una extraña sensación de vacío, no podíamos estar juntas por un tiempo.

LAUREN
Cuando colgué sentí un poco de tranquilidad, había tenido la peor noche de mi vida, no soportaba la idea de perderla, mucho menos por ese idiota que aparecía siempre que las cosas iban bien, tampoco me perdonaba el haber permitido que Ki viera a la madre de Camila, había sido un error, o al menos debí decírselo.
Marcus me miraba confundido.
-Pensé que se había terminado. Dijo confundido.
-Es solo por el malentendido y por que desea solucionar las cosas con el padre de Ki, el quiere usar la relación que teníamos en contra de Camila.
-Pues de alguna forma entiendo, pero me parece tonto que se alejen cuando son vecinas, además yo no veo al tipo por aquí.
-Quizá quiere prevenir algún encuentro inesperado.
-Es una tontería y sólo pierdes el tiempo ya recordaste lo del libro.
-En unos días estará listo.
Le dije algo enfadada, aunque sentía que tenía razón no podía arriesgarme a que Camila pensará que no la apoyaba, si ella necesitaba un tiempo la respetaria.
El fin de semana llegó muy rápido y con este las ganas de cruzar el maldito jardín y olvidarme de todo, besar a Camila y decirle que todo estaría bien. Tenía esas ganas por que sabía que hoy estaban ambos en casa.
Mi libro estaba listo, con un final feliz como todo mundo esperaba y con Marcus satisfecho, saldría mañana a Vancouver en un vuelo, el insistía en que debía acompañarlo y aprovechar para visitar a mis padres, para distraerme y dejar de pensar en la situación de Camila, sobre todo por que me veía mal, en estos días no había podido dormir bien y menos comer, necesitaba su compañía y la de Ki. Evite salir de la casa sobre todo por que le había dicho a Ki que me iría por un tiempo y el no se merecía que le mintiera y aparte que se diera cuenta.
Eran las 4 de la tarde y aún movía mi pierna con insistencia, sentada en el sofá mirando a la nada. Necesitaba verlos ya.
Sin pensar más salí de casa a la de lado, no fijé mis ojos nada más que a la puerta mi objetivo. Toqué con insistencia, escuché el sonido de los pasos de Camila. Cuando abrió y me miró ahí su miraba demostraba algo de miedo, sorpresa y ganas de decirme algunas palabras pero una vez tosca desde dentro me llamó más la atención.
-¿Quien es Camila?
Ella negó con la cabeza varias veces y me miró fijamente.
Los pasos del tipo se escucharon desde el pasillo hasta la puerta.
-Lau...Comenzó a decir Camila pero se vió interrumpida por Chris.
-¿Asi que eres tú?
Preguntó en burla hacia mi, mi cuerpo ahora estaba tensó y lo miré con odio. No podía creer que ese idiota ahora estaba dentro de la casa, seguramente sentado en el mismo sofá donde había intentado hacerle daño a Camila.
-Soy yo. Dije entre dientes e hice un movimiento brusco para entrar, la mano cálida de Camila me detuvo, ella me tomó del brazo y me miró con dolor, con suplica, quería evitar cualquier encuentro agresivo entre ambos.
-Lauren, debes irte ¿Si?
Mis ojos iban desde el tipo con una sonrisa sínica hasta la cara asustada de mi Cami.
Bufé enfadada.
-Ya escuchaste maldita lesb...
-Chris, por favor déjame arreglar esto, entra. Le pidió Camila esperazanda.
Yo me contuve de hacer a un lado a Camila y darle un buen golpe, sacarlo de la casa y evitar que volviera a aparecer ahí. Caminó con burla hacia adentro dejándonos solas.
-Lauren, no debiste venir. Dijo con algo de enfado.
-¿De verdad me dices eso ahora?
-No debiste.
-¿Que hace el aquí? Le pregunté alterada, ella me empujó un poco para lograr cerrar la puerta.
-Esta visitando a Kilian.
Negué varias veces y miré hacia otro lado, no quería gritar mucho menos a ella, era sólo que no la entendía, ella se ponía en riesgo y ni hablar del pequeño.
-¡No! No digas eso como sino fuera nada, ese imbécil de ahí les ha hecho daño de muchas maneras no puedo creer que lo dejes entrar como si nada.
-Lauren debes entender que es lo que me queda hacer, es su padre.
Despeine mi cabello con desesperación.
-No lo es, sólo intenta arruinarles la vida vida ¿Que no lo ves?
-¡Ya basta! No debes interferir en esto, además te pedí el tiempo ¿Lo recuerdas?
-Claro que si, pero ya no lo soporte.
-Pues debes hacerlo, lo necesitamos.
-No, no lo necesito, quiero estar contigo, quiero ayudarte a sacar a ese tipo de sus vidas y ponerlos a salvó, eso es lo que quiero.
Dije mirándola fijamente e intente abrazarla.
-No ahora, el esta enfadado por la relación y está más que decidió a iniciar el juicio, no me conviene estar contigo mientras todo eso pasa.
-Claro que si ¿Quien te dijo eso? ¿El?
-No importa, no puedes respetar lo que te pido.
-¿Respetarlo? No puedo vivir sin ti ¿Que más quieres que haga?
-Ya basta Lauren, no te lo pediré ahora de forma amable ¡Dejanos en paz!
Gritó, mi sangre se fue a mis pies y luego miré la decisión en sus ojos. Quería que me fuera en serio, sólo por darle la razón al idiota. Respiré profundo.
-No creo que lo me dices.
-Pues házlo, Ki es más importante que nuestra relación y debes saber que lo voy a elegir a el antes que a ti.
-Eso lo entiendo, pero no sacrificar tu felicidad Camila. Le dije en tono bajo, quería que dejáramos la pelea, necesitaba arreglar todo.
-La felicidad que necesito ahora es la que me da mi hijo y...no estoy sacrificando nada, simplemente ya no quiero estar contigo.
Sus palabras me dolían, y más que ella las dijera sin ningún remordimiento, actuaba tan diferente, el la hacia actuar así. Tenía tanto miedo, sus ojos me pedían a gritos que me fuera, así que limpié la única lágrima en mi mejilla.
-Supongo que es el fin, me duele que a pesar de todo no defiendes lo nuestro, entiendo que Ki sea tan importante pero no puedo creer que no te des cuenta que para mi también lo es, ambos lo son, debes dejar de sentir miedo Camila, por favor mantente a salvo.
Le deje un beso en su frente manteniendo mis labios por más tiempo sobre su piel, la abracé por escasos segundos y me di la vuelta.

Lo que no se ve Donde viven las historias. Descúbrelo ahora