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LAUREN
Después de dejar la casa traté de varias formas olvidarme de todo lo que me atrapaba junto a mis padres, primero fueron las malas compañías, el alcohol y otras drogas, toque fondo en una ocasión y luche para dejarlo, descubrí luego que el sexo también era algo adictivo pero un poco más sano cuando lo practicabas con responsabilidad. Después de esas experiencias comencé a escribir historias, poco a poco me di cuenta que necesitaba escribir mi historia antes de escribir la de otras personas. Justificaba mi promiscuidad con eso, la necesidad de encontrar inspiración.
Era normal en mi, pero me enfurecía pensar que Camila había sido tocada por alguien más y yo nunca habia podido hacerlo, solo esos besos fugaces que nos dimos y uno que otro que avanzó solo dejandonos sentir nuestras lenguas.
La deseaba sería bastante idiota si no lo hiciera, hubo noches en las que estaba con alguna chica e imaginaba que ella podía ser Camila, pero probaba sus labios y no lo eran, ella me provocaba más, sus manos en mis mejillas. Negué una vez más y luego recordé como es que me había dado cuenta de mi preferencia por las chicas. Marcus había sido esencial, cuando me beso y no paso de eso, luego conocí a Diana, una chica morena con labios atractivos, me sentí bastante atraída y días después de conocerla en la universidad la besé, ella era muy atrevida asi que no tardamos mucho en terminar en la cama. Después de ella siguieron muchas más, ningún chico en la lista, solo Marcus que me había besado pero sin significado.
Tomé otro trago de mi bebida y pensé que había posibilidades de que Camila solo saldría con chicos, yo no representaba más que un fastidio para ella, una chica que le coqueteaba y quizás una confusión cuando era joven. ~Diablos~Me dije.

-Ya es suficiente, entiendo que ella tome ¿Pero tu Aiden?
Dijo Sally quitando las latas vacias de la mesa.
Aiden lucía acabado y se estaba durmiendo en el sofá, asi que ayude a Sally a dejarlo en su cama.
Estaba apunto de salir pero ella me lo impidio.

-Estás ebria, sera mejor que te quedes, guardé algo de pizza y te hará bien comer. Solo asentí.
Terminé con el ultimo trozo y comenzó a hablar.

-Hace tiempo que conozco a Camila y estoy muy segura que al menos dos años a la fecha no ha salido con nadie.
Lo que me dijo me hizo soltar un suspiró.

-De todas formas no creo que este interesada en mi de esa forma.

-Puede que no lo este pero tu con tus encantos eres capaz de convencer a la mujer más heterosexual del planeta.
Solté una carcajada.

-Me estas ligando. Dije pero al momento sentí un golpe en el brazo.

-Yo soy una mujer enamorada, casada y embarazada...respeta eso.
Asentí y seguí con mi sonrisa tonta, de la nada estaba recuperando mi seguridad.

-¿Entonces tu me recomiendas que debo luchar por ella?
Asintió sonriendo y de la nada ambas lo haciamos.

-Si, Camila necesita compañía y bueno tu pareces agradarle a Kilian.
Recordé como esa relación entre el pequeño y yo había sido formada, con solo un par de veces de verlo.

-El me agrada pero...

-Pero nada, venga demuéstrale que ya no eres esa chica de 20 años cie...

-Ciega. Completé por ella, se apeno por unos segundo pero continuo.

-Ciega y que de verdad quieres estar a su lado, ¿Piensas tener hijos?
Su preguntá me confundio.

-Si...pero no de mi.

-Ahí esta, Camila ya tiene uno y de 10 años.
Comencé a reírme.

-Claro, ¿Pero que puedo hacer?

-Quedate o regresa, eres escritora puedes escribir tus historias en cualquier lugar y con una buena inspiración, ¿Qué te detiene?
Lo pensé por unos minutos pero no hubo nada que realmente me obligara a estar en Vancouver, solo Marcus pero el se cuidaba solo y practicamente el libro estaba casi listo. Si me quedaba para intentarlo con ella y todo resultara mal solo perdería mi orgullo. Podía arriesgarme.

-Nada. Le contesté.

-Bien pues ahora que esta todo dicho lo mejor es dormir y bueno el sitio para ti es ese sofá.

-Ok, muchas gracias Sally. Reí.

-Ya sabes. Me guiñó y la miré subiendo a con Aiden.
Caminé con cautela y algo mareada al sofá, estaba decidido volvería y la conqustaria.

Lo que no se ve Donde viven las historias. Descúbrelo ahora