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CAMILA
-Por nada ya sabes campeón. Ki pusó su mano en el hombro de ella y se dieron una sonrisa sincera.
Mis lagrimas luchaban por salir, Ki era tan bueno y no merecía saber quien era su padre en realidad, no sabía todavía como explicarle que nunca volvería a verlo.

-Bien, ahora que tu mamá se siente un poco mejor pero aún no esta lista del todo, los invitó a comer en mi casa, ya he terminado de arreglarla ¿Quiéres verla?
El asintió con entusiasmo pero sin dejar de ver en mi dirección, trataba de entender que pasaba en realidad pero no debía enterarse, necesitaba distraerlo.
Llegamos algunos minutos después y mientrás Ki recorrió toda la casa encantado Lauren y yo nos quedamos en la sala de su casa.
-¿Estás mejor? Yo solo asentí insegura.

-Quiero descansar.

-Vale pero prometeme que no pensaras mas en el. Me pidió acariciando mi mejilla.

-Lo intentaré. Tomó mi mano y me guió a su habitación. Ella se quedó sentada en la cama mientrás yo trataba de conciliar el sueño, dormir siempre me ayudaba a pensar así que antes de reincorporarme después de lo sucedido necesitaba aclarar mi mente. Volver a ser fuerte.

LAUREN
Solo noté que su pecho subia y bajaba de forma relajada. Por fin estaba dormida. No había señal de Ki bajando de la segunda planta así que marqué el número rápido en mi celular.

-¿Aiden?
-Hola Lauren ¿Todo bien?

-Necesitó que vengas a la casa de Camila, sabes vino el estupido de Chris a armar una en grande, las cosas no salieron bien y la sala estan deshecha, Camila esta conmigo junto a Kilian, ella no quiere que se enteré así que necesito que alguien vaya a limpiar mientrás yo los distraigo...se que tu estás en el hospital así que solo espero que conozcas a alguien que nos ayude.

-Ese maldito...tranquila yo me encargo para la noche todo estará listo, cuida de ellos...si no consigo a alguien yo mismo iré, mis amores estan bien atendidos aquí.

-Gracias Aiden hablamos en un rato.
Colgué sin dudar y me llevé las uñas a la boca. Estaba tan enfadada que no pensé en el desastre que ocasionaría en su sala.
Ki apareció bajando las escaleras mientrás yo cerraba la puerta de mi habitación, el miró para todas partes buscando a su mamá.

-Se fué a dormir, esta en mi recamara, sabes creo que es nuestra oportunidad para divertirnos ¿Qué opinas de los videojuegos?
El niño jugo conmigo por horas, comimos, reímos y saltamos por toda la casa. Solo me imaginaba como se pondría si un día se enteraba de lo que su papá había hecho a Camila, no había marcha atrás y sin duda el jamás se acercaría a ellos, de eso yo me encargaría.
Tomé un vaso de agua viendo a Ki reír por algo en la televisión, aprovechando que estaba distraído caminé para ver si Camila estaba bien.
La noche estaba cayendo así que la habitación estaba totalmente oscura, me acerqué con cuidado de no hacer ruido hasta la cama, donde el cuerpo de Camila descansaba rodeando una almohada. Me senté de su lado para observarlá más de cerca.
Lo que no esperaba es que al instante ella abriría los ojos. Carraspié antes de hablar.

-¿Cómo te sientes? Ella miraba a un punto fijo y permaneció ahí acostada.

-Mucho mejor, pude descansar...aunque me duele un poco el brazo.
Solté un suspiro profundo, no me gustaba recordar como ese tipo la retenía por los brazos y trataba de besarla a la fuerza, dejé de mirarle para concentrarme.

-Te traeré una pastilla para el dolor. Cuando intenté ponerme de pie, sentí como estiró de mi blusa.

-No esta bien, quedate...creo que debemos hablar.
Sin más ella se reincorporó y se sentó recargando su espalda en la cabecera de la cama, dobló sus rodillas y recargó ahí su cabeza mientrás enredaba su cuerpo con los brazos.

-Ok, yo...Aiden se esta encargando de arreglar la casa.
Ella asintió con una media sonrisa.

-Gracias Lauren. Me miró por fin. -Yo, no es...-Es mucho. Me interrumpió para seguir hablando. -Gracias por ayudarme esta tarde con Chris, el...estaba enfadado por que yo le dije que no dejaría ir a Ki nunca más con él...de pronto apareció en la casa y trato de...bueno tu misma lo viste.

-Es un idiota y si hubiera podido lo habría golpeado mucho más.
Cubrí mi rostro con las manos para tranquilizarme, tan solo recordarlo me producía ansiedad.

-Lo vi, me refiero a que no se como lo venciste, el es muy grande y trató de golpearte, sigo sin poder creerlo. Dijo.

-Si no te respeta a ti que eres la madre de su hijo no tiene por que hacerlo conmigo...yo dije cosas sin pensarlo, me refiero a correrlo sin derecho quizas tu...

-No. Dijó de pronto. -Yo ya no quiero que se acerque a nosotros, por eso te agradezco lo que hiciste.

Lo que no se ve Donde viven las historias. Descúbrelo ahora