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CAMILA
Al día siguiente, lunes, había preparado ya el desayuno de Ki, el aún estaba alistandosé en su recamara. Y quizás no se había dado cuenta de que era más tarde de lo normal, era una de las buenas noticias, tenía una semana de descanso eso antes de iniciar con mi nuevo puesto.
Minutos después bajo y dandomé un abrazo fuerte, me felicitó por haber sido ascendida y por las cosas buenas que me habían pasado ayer por la noche. Lo mejor fue que él ni siquiera inició el tema de Lauren y su tarde juntos así que todo marchó bien, hasta la hora de salida de Ki del colegio cuando salí para conducir me topé con la mirada penetrante de Lauren desde su puerta. Yo decidí ignorarla y seguir con lo mío. Nos detestabamos en estos momentos, luego de cruzar la ciudad y pararme en un semáforo solté la carcajada al recordar como lucía Lauren con el gran golpe sobre su mejilla ~Al menos hiciste algo bien Camila~ me dije en la mente.
Hasta mi tercer día de vacaciones todo había marchado bien, pero tenía que aparecer alguien para arruinarlo.
Eran las 8 de la noche cuando Ki y yo llegabamos en el auto después de visitar a Aiden, su pequeño ya había nacido y ahora se encontraban en el hospital. Estacioné el auto en la cochera y antes de entrar a la casa recordé que habia dejado el móvil en el auto así que me regrese silbando mientrás miraba el cielo entrellado. Saqué el celular, cerré la puerta y al darme la vuelta miré algo que nunca debí haber visto. Justamente la cochera era el lugar ideal para mirar el lateral de la puerta de Lauren, quién ahora se veía bastante entretenida. Corrí a los arbustos del patio antes de que notará que estaba ahi. Me oculté solo por la maldita curiosidad, pero como dicen la curiosidad mató al gato, y asi estaba mi corazón ahora.

LAUREN
Estaba bastante aburrida en casa así que salir a despejar mi mente era la única opción. El primer bar que encontré pareció ser una buena elección y sin dudar comencé a tomar como pude, bailé mucho y me besé con varias chicas. Tenía algo de talento para seducirlas pero me molestaba que justamente la que quería era la que menos caía, recordarla solo me hacía acariciar mi mejilla con enfado.
Una chica con cabello castaño largo y piernas lindas me recordó a alguien, lo mejor de todo fue que me guiñaba un ojo, dos horas después y una tarde algo satifactoria, ambas nos encontrabamos en el umbral de mi puerta. Recordé quien vivía a lado y disimuladamente noté que no estaban, el auto faltaba, no quería seguir preocupandomé asi que me comencé a comer la chica sin importarme que estabamos aún afuera. Las luces de mi casa estaban apagadas así que solo llamaríamos la atención por los pequeños gemidos que ambas soltabamos. Sus labios eran suaves pero aún así no me provocaban algo más, solo excitación, pegué su cuerpo al mío tratando de sentir algo más pero no me gustaba, metí atrevida mi mano en sus pantalones acariciando lo que podía pero aún asi no había nada. Fastidiada decidí alejarme para abrir la puerta y hacer todo lo posible por sacarme esos ojos café de la mente. Tenía que hacerlo.

CAMILA
Se la estaba comiendo, no sabía a quien odiaba más si a Lauren por hacer esa escena o a la chica por ser la afortunada de ser tocada por ella. Quería gritar y luego golpearle la otra mejilla pero seria estupido, ~Se acabó Camila entiéndelo~ me dije y en silencio entre a mi casa.
Me senté en el sofá después de ayudar a Ki con su rutina antes de dormir y encendí la televisión, ¿A quién engañaba? Solo quería saber si esa chica aún seguía en la casa de Lauren, era masoquista y necesitaba decepcionarme de Lauren de una buena vez antes de hacer una locura. Estan teniendo sexo, ¿Qué más? Si no les importaba tocarse afuera, ¿Qué no podían hacer en la comodidad de una cama? Solté un gruñido más y apreté mis uñas contra la palma de mi mano.
Desperté desorientada y con un dolor de cuello terrible, había dormido incomoda en el sofá y ahora unos ojos similares a los mios me veían juguetones.

Lo que no se ve Donde viven las historias. Descúbrelo ahora