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LAUREN
Después de que ella entró a su casa me quedé de pie en la acera observando y sonriendo a la nada. Era mi oportunidad y esta vez la iba aprovechar. Mientras me duchaba no dejaba de recordar a Camila hace un rato, estaba algo nerviosa y una sensación extraña me invadía al imaginar que quiza era por mi presencia. Rogaba por que fuera así.
Toqué su puerta un par de veces hasta escuchar la voz de Ki que ya iba a abrir.
-Hola Ki. Le dije antes de abrazarlo.

-Hola. Me dio una de sus sonrisas, aún traí su pijama de super héroes y parecía que algo le había pasado por el cabello, sonreí por la situación.

-Ire a cambiarme, mamá esta en la cocina ponté comoda.
Yo asentí mientras cerraba la puerta.
Caminé hasta la cocina para encontrarme con la imagen de Camila preparando algo en la estufa, su cabello recogido y un delantal color azul. Parecía entretenida así que no dije nada, solo la miré, recordé lo que Marcus me había dicho, decirle lo que más me gustaba de ella, era difícil solo elegir una cosa, era realmente guapa y era capaz de llamar la atención de todos los chicos y hasta chicas, pero no podía olvidar como miraba a su hijo, me gustaba como le demostraba cariño a el y moría por que algún día me mirará así a mi. Caminé decidida hacia ella deteniendome en la puerta de la cocina.
Sacó algo del microondas y en ese momento me vio, casi aventó la comida que tenia en las manos, yo sonreí aún recargada en el marco de la puerta.

-Dios...me has asustado por segunda ocasión en el día ¿Qué te sucede hoy?
Dijo divertida.

-Lo siento. Le respondí con una sonrisa aún más grande, me veía como una tonta ahora de eso estaba segura.

-No es nada, ya casi esta esto ¿Quieres ayudar?
Asentí y me acerqué a donde ella estaba, de inmediato me hizo ayudarle a preparar panqueques.
20 minutos después y los tres compartiamos miradas en el comedor, la comida era realmente deliciosa, Camila si que tenía esa habilidad. Al terminar Ki se ofreció a recoger la mesa así que Camila y yo caminamos calladas hacia el jardín, juntos acordamos arreglar un poco.
Nos sentamos en un banquillo en la sombra del único árbol, todo lo demás eran flores que Camila había cuidado después de que Judith se fuera.

-Estuvo delicioso el desayuno, te lo agradezco.

-Venía de tu casa hace un rato, cuando nos topamos.
Su declaración provocó que mi corazón latiera acelerado.

-Aaaa...Dije sin saber por donde iniciar con mi plan de conquista pero no sabía como hacerlo jamás había tenido la intención con una chica no al menos a una que me interesaba demasiado, Camila me hacía actuar siempre torpe.

-Justamente fui a buscarte para desayunar.

-¿En serio? Le dije sorprendida.

-Si Lauren, quería arreglar las cosas contigo, es decir, vives a un lado de mi casa, pasas mucho tiempo con mi hijo pero aún asi siempre terminamos molestas una con la otra ¿No crees que debemos solucionarlo?
Asentí con la cabeza, escuchaba atenta lo que decía y a la vez miraba su lindo rostro, sus ojos café, sus pestañas hasta las pequeñas pecas en el dorso de su nariz. Era hermosa y ahora estaba proponiendo una tregua.

-Si. Dije aclarando la garganta y mirando hacia otro sitio, no necesitaba caer en la tentación de nuevo y mirandola solo me imaginaba besarla. -Pues hay que llevar la fiesta en paz.

-Si, pero si tú tratas de acosarme de nuevo las cosas no funcionaran.
Dios había hecho todo mal y ella lo notaba, ahora no entendía bien lo que ella queria.

-No lo haré más, ahora lo entiendo...yo solo me deje llevar por la necesidad de acercame a ti pero lo entiendo ¿Amistad te parece bien?
Miré las flores del jardín resignada a que Camila solo quería ser mi amiga o buenas vecinas. Unos segundos después sentí como tocaba mi mejilla y me hacía mirarla.

-Lauren. Dijo mi nombre y mordió su labio. -No es que yo no desee besarte pero es que piensó que primero necesitamos conocernos y estar seguras de las cosas.

-Yo...

-Shhh...quiero pasar contigo el rato y poco a poco confiar de nuevo en ti.
Su labio aun estaba atrapado por su dientes, ella realmente quería besarme pero yo no sabía que hacer.

Lo que no se ve Donde viven las historias. Descúbrelo ahora