Lo que no se ve

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LAUREN
Tenerla tan cerca me hacía querer tomarla y no soltarla pero debía respetarla, no queria hacerle daño y deseaba con todas mis ganas poder besarla.

-Camila, se mi chica.
Le solté, ella sonrió sin soltarme.

-¿Es en serio?

-Si. Le dije pegando mi frente con la suya.

-No. Respondió y me empujó.
Se fue hacia la puerta y la abrió esperando a que yo saliera. Estaba totalmente confundida ¿Qué hice mal? Necesitaba hablar y aclarar que eramos y conocer el motivo de querer besarla así que decidi ser directa, lo fui y ella se negaba, no sabía que pensar.
Cuando llegue a la puerta ella no me miró y me indico con la cabeza que saliera. Al salir y mirar de nuevo a ella, justo antes de que cerrara la puerta pude ver su sonrisa juguetona, cuando quise detener la puerta había sido tarde. Se escuchó el clic cuando bloqueo la puerta. Dios había caído, estaba jugando conmigo, mi sonrisa involuntaria volvio.
Una risita se escuchó del otro lado.

-Hasta mañana Lolo.

CAMILA
Quería besarla, pero después de la confesión entendí que las cosas no debían suceder tan fácil, si esperaba que yo cayera con la primera insinuación estaba muy equivocada. Tomé voluntad como pude y quise jugar con ella un tiempo, debía enforzarse para tener mi respuesta en algún momento. Yo también quería estar con ella pero debía pedirlo de una forma especial.
Al cerrar la puerta y ver su cara confusa, me causó mucha risa, recargué mi espalda en la puerta y me reí todo lo que pude. Del otro lado escuché su gruñido y los pasos al final de los escalones.
Después de la experiencia nada agradable de la tarde, me bastó solo la compañia de Lauren para recuperarme y sabía que ella no me abandonaría, quería estar conmigo y yo también con ella.
Al día siguiente por la tarde me sorprendió que Lauren no hubiera regresado a la casa, yo buscaba constantemente su presencia por la ventana pero no aparecía. Ki y yo cumplimos nuestra rutina diaria y ahora le ayudaba a hacer la tarea sobre la mesa. Estaba algo aburrido pero entendía que antes de jugar debia cumplir con sus obligaciones.

-Ya esta casi listo. Le dije al levantarme por que el timbre de la casa sonó un par de veces.
Al abrir me encontré a una Lauren sonriente, vaya por fin habia recordado que me había dicho volver desde la mañana. La miré seria.
-Hola. Dijo dejando de sonreír.

-Hola Lauren ¿Cómo te va?

-Bien, creo que mejor que a ti ¿Me invitaras a pasar?
Dijo colocando una mano en la puerta. Yo negué divertida, aún con la cara seria. De inmediato se pusó nerviosa creyendo mi negación.

-Vale. Carraspeó. -Aaa...quería saber como estaban.

-Bien muchas gracias ¿Es todo?

-No. Dijo deteniendo la puerta cuando yo iba a cerrarla.
-Camila, perdón por no regresar temprano es solo que...recibí una llamada inesperada y necesitaba un tiempo.

-Ya. Dije ¿De quién había recibido la llamada? Debió ser importante. Terminé saliendo de casa y me recargué en la pared.

-¿Recuerdas que te dije sobre mis padres?
Rodó los ojos después de que yo lo hice y dejo de mirarme.
-Camila, solo es mi asunto...no me refiero a los tuyos olvidate de eso, lo que pasa es que hable con ellos antes de venirme y practicamente les reclamé todo lo que no hicieron en mi vida, luego les pedí que trataran de rescuperar la relación conmigo, hoy en la mañana mi padre me llamó.
Abrí los ojos sorprendida, su padre jamás hablaba con ella, nunca le decía una palabra.

-Lo siento. Ella negó. -¿Qué te dijo Lauren? Le pregunté y tomé su mano.

-Estaba algo preocupado, dijo que nunca había pasado tanto tiempo sin saber de mi y después de verme ese día le preocupo que hiciera algo tonto, yo les habló por teléfono dos veces por semana y bueno la comunicación siempre es con mi madre, ella esta enfadada y se negó a marcarme, así que el lo hizó.
Terminó su explicación agachando la mirama al piso.

-Hey pero esta bien ¿No? El te habló. Le trate de animar.

-Supongo que es bueno, solo que me pareció extraño aún así no me pide perdón..la llamada apenas basto para preguntarme como estaba y si pensaba volver...a ellos no les agrado que viniera.