130

8.1K 370 1
                                    

LAUREN
No me parecía divertido estar aquí sin ellos. Kilian a pesar de que quería venir conmigo y se resistía a parecer cansado fue retenido por Camila. Ella bajo cualquier excusa se negó a acompañarme.
Finalmente después de dejarlos instalados en el departamento salí para encontrarme con Marcus en la librería y realizar la pequeña reunión de firma del libro. La fila era corta y el sitio exclusivo para estar abierto a esa hora.
-Vaya por fin apareces. Dijo mi amigo rodando los ojos. Llegué hasta su sitio para dejarle un pequeño beso en la mejilla.
-Gusto en saludarte, venga debemos comenzar ya.
Apresure su entrada al lugar. Tenía una necesidad grande de llegar al departamento lo antes posible.
-¿Estas inquieta por terminar?
Se burlaba de mi, pero cuando se enamorará como yo algún día me tocaría a mi reírme.
La firma comenzó sin contratiempos y casi 40 minutos después despedí a la última chica con mi firma en el libro.
-Me ha encantado, ¿Tiene algo que ver con tu historia?
Preguntó interesada en saber más de mi.
-Si, basada en algo que me pasó hace años.
Dió un gritito muy gracioso.
-Dios,tu vida si que es emocionante.
Ambas reímos. -Ha sido un gusto Lauren.
-Igualmente Jessy, disfruta el libro y muchas gracias por leerlo.
Se retiró después de que acepte un abrazo de su parte.
Antonio, el chico que suele tomar fotografías de mis firmas y entrevistas sonrió.
-Esta guapa.
-Pues deberías correr tras de ella e invitarla a salir.
Guiñé para él, sin más salió guardando todo en su estuche.
-Fue rápido. Marcus mencionó a mi espalda.
-Lo sé y debo irme también.
Tomé las llaves y mi abrigo para salir. Despidiendo al dueño de la librería que era un conocido, salí con Marcus tras mis pasos.
-¿De verdad ya te vas?
-Si.
-¿No aceptarás tomar algo conmigo? Aquí cerca.
Negué con la cabeza y presioné el botón alarma de la Range.
-Lauren.
-Esta bien Marcus, pero lo tomamos en el departamento.
Arranqué apenas subí por el retrovisor miré que el me seguía.
Al llegar al edificio saludé al guardia.
-¿Estas rara?
Marcus me alcanzó al entrar al ascensor.
-Estoy bien, solo cansada por el viaje ¿Tu?
-Estoy molesto, ¿Sabes cuántas reuniones hé tenido que cancelar?
Tenía la idea de cuanto debió haber sufrido y los problemas que posiblemente le provoque. Pero estar con Camila y Kilian lo valia. Mientras subimos a mi piso, no dejó de reclamar.
-Ya lo sé Marcus, deja de ser tan molesto y mira ya estoy aquí.
Solo asintió. El ascensor se detuvo por fin en el piso 17. Caminamos por el pasillo en silencio, mis vecinos al parecer ya dormían.
-Camila y el pequeño están ahí solo se amable, te van a agradar.
Al entrar Kilian corría por todo el departamento y Camila lo seguía.
-Hey, hola.
Ambos se detuvieron. -¿Que ocurre?
Marcus estaba mirando la escena.
-Hola Lau, estamos jugando un poco.
-Lolo, mamá tenía esto entre sus cosas.
Llegó a mi antes de que su madre lo detuviera. Dejó en mis manos el objeto que tanta inquietud le daba a mi novia.
-Esta bien soy culpable. Declaró divertida y con falta de aire.
Yo sujetaba una fotografía mía cuando tenía un año, no recordaba si quiera habérsela mostrado.
Me reí y se la mostré a mi amigo. Hasta ese momento Camila lo miró.
-Hola Camila. La saludó, ella le respondió con gusto. Kilian se presentó solo.
-Me gusta tu chaqueta. Le dijo, Marcus sonrió.
-Hola que tal, a mi tu pijama. Era de superheroes.
Me acerqué a Camila para besarla. -¿Comieron algo?
-Aún no.
-Pediré pizza, venga Marcus ponte cómodo.
Camila y mi amigo se sentaron en la sala en medio de una conversación sobre el vuelo y el clima.
-Kilian, lleva la fotografía a las cosas de tu mamá.
-Estas muy simpática en ella.
Rodé los ojos, terminando con la burla.
Cuando entre a la sala me sorprendió que ambos reían como si fueran conocidos de mucho tiempo.
-No se por que presiento que se ríen de mi.
-Algo así.
-Hey no estas tratando de conquistarla ¿Cierto?
Le lancé a Marcus un cojín del sofá. Camila se acurrucó sobre mi cuando me acomodé a su lado.
-Le mencioné el lío que tuvimos con Kilian al resistirse a que el avión no descendiera, ¿Donde esta?
-Ya viene fue a la habitación. Kilian encendió la televisión al regresar. Marcus fue hacia la cocina por algo de bebidas así que tuve un pequeño espacio para platicar con Camila.
-¿Como te fue?
-Muy bien, por fortuna la fila era pequeña y como moría por venir con ustedes pues acelere todo.
Ella rió, vigilé que Marcus no viniera y luego a Ki que miraba embobado una película. Roce mi nariz con la suya. -Te extrañe.
-Y yo a ti. Esta vez uní nuestros labios, saqué el aire que tenía retenido en mi pecho cuando la toqué, sus suaves y carnosos labios sonrieron en medio del beso. El momento le alargó lo suficiente para separarnos por falta de aire.
-¿Te agradó Marcus?
-Se portó amable.
-Bueno pues espero que por su bien continúe así.
Besé su nariz cuando Marcus se acercaba con varios vasos en la mano y decidí ayudarlo.
-Yo voy. Gritó Ki cuando tocaron el timbre.
Entró cargando de forma obligada tres cajas de pizza.
-Dame éso cariño.
Camila las tomó para llevarlas a la mesa de centro en la sala, después de pagar y de que el chico se tardará en hacer la nota caminé hacía la pizza.
Miramos algo en la televisión mientras los cuatro charlamos sobre temas interesantes.
Cuando mi amigo salía del departamento habló.
-Tenía una idea falsa sobre ellos lo siento Lauren.
-No hay problema.
-Igual aún no me caen bien. Se rió. -Debo irme, recuerda mañana es la entrevista y debes estar puntual, Ryan no es tan paciente como yo.
-Estaremos ahí.
Cuando regresé a donde ellos Kilian caminaba desanimado escaleras arriba.
-No quería dormir, pero lo necesita.
-Descansa cariño. Le grité.
-Igual Lolo. Gritó de regreso.
Salté feliz hacia mi chica. Sin dudar me lancé a sus labios.
-Lo necesitaba ¿Te gusta estar aquí?
-Me gusta. Sonrió.
-Es tuyo también, ya que tu me hospedaste en tu casa por mucho tiempo.
-Supongo que si, Marcus es divertido.
-Venga, tu tambien, van a ponerme celosa.
Le dije fingiendo enfadarme y cruzando mis brazos.
-Hey, pensé que querías escuchar eso. Reclamó.
-Si, pero solo basta con que lo vea.
-Ok, de todas formas yo te amo a ti, solo quería que supieras que estos días pintan a ser muy buenos.
-Te amo Cami, vamos a dormir.
Ya en la cama, suspiré profundo, tenía tanto tiempo con la necesidad de sentir la misma tranquilidad en mi cama, acepté que no se trataba del lugar sino de la compañía. Camila provocaba que estuviera bien en donde sea que ella se encontraba. Mientras la veía dormir y sujetaba su cuerpo con mi mano sobre su cintura lo comprendí. Sentía bajo mi tacto su respiración. Tan dulce y con sus labios entreabiertos, toda ella era lo mejor que había aparecido en mi vida.
Hace años acostada sobre la misma cama me sentía vacía, dormir y despertar eran mi rutina, escribir era la única diferencia a cuando no podía ver. Escribir y la ausencia de Camila. Cerraba los ojos pensando en como debía acercarme. Cuando sentía que yo era totalmente diferente, tenía miedo a no mirar todo como lo imaginaba. Pero ella mágicamente era como yo había soñado y ahora estaba aquí, no solo ella también Kilian. Sonreí en medio de la oscuridad.
La puerta de la habitación se abrió despacio y apareció Ki con su almohada en mano.
-¿Lolo?
-¿Que pasa Ki?
-No puedo dormir, no me acostumbro fácil a otra habitación supongo.
-Ven.
Con cuidado moví a Camila hacia a mi y así darle el espacio suficiente para que se acostará.
-Duerme cariño, no olvides que mañana saldremos a pasear.
El asintió y se acurrucó con Camila.
-¿Lolo?
-Si.
-¿Crees que soy demasiado mayor como para dormir con ustedes?
-Eres un bebe aún cariño.
Me incliné a su cabeza para darle un beso. -Duerme.
El silencio y su respiración se unió a la de Camila.
Había sido muy extremo no dormir por observarlos a ambos y ahora conocía las consecuencias. Era temprano, frente al edificio había una cafetería que servía desayunos deliciosos así que los invité a comer al sitio. Mientras ellos comían yo moría de sueño.
-¿No dormiste bien?
Su voz interrumpió un bostezo.
-Debió ser que estuvimos los tres, ¿Te empuje?
Sonreí al verla realmente apenada.
-No dormí por que no quise, ustedes me dieron una linda imagen.
-¿Solo nos viste dormir?
-Ajam.
-¿Pero porqué?
-Para empezar son muy lindos durmiendo, debes saber que tu hijo comparte tus posturas, duermen igual, ya sabes sobre tu brazo y enredan sus piernas con algo, tu en Ki y el en la cobija ¿Tuviste frío Ki?
El negó saboreando sus hotcakes con extra de chocolate.
-¿Entonces solo por eso?
Recordé con pena el motivo real. La verdad es que me gustaba verlos por que temía a la realidad, para mañana en la tarde la cita con el doctor estaba hecha. Y solo estaba viendo todo lo posible antes de que el dijera algo sobre mi problema. Tenía miedo a dejar de ver, a dejar de verlos a ellos y no ser lo que soy ahora, sobre todo a la oscuridad constante.
Agaché la mirada y quizá esa fue la manera de trasmitir lo que sentía.
-¿Amor?
Negué. -No quiero hablar sobre esto frente a Ki. Susurré. Ella comprendió de inmediato.
Después de eso ella no volvió a sonreír en la mesa y la conversación se había acabado. Eso era a lo que me refería cuando a toda costa no deseaba que tuvieran que lidiar con mis problemas.
-Necesito ir al baño. Ki terminó su malteada y corrió al baño de la cafetería.
-¿Debo ir? Preguntó Camila preocupada.
-No, es un sitio completamente familiar cariño.
-Lauren dime que esta pasando, ¿Son tus ojos? Ya te había dicho que necesitas ir...
La interrumpí.
-Ya hice la cita.
-¿Por eso estás preocupada?
-No importa Cami, déjame a mi lidiar con esto.
-No quiero Lauren, me preocupas demasiado ¿No dormiste solo por vernos?
Mi cabeza parecía tener un botón de repetición por que lo único que hacia era asentir o negar.
-No quiero hablar, mañana veremos que se hace.
-Ire contigo.
-No.
-No es pregunta, vamos a ir.
-Pero Kilian, no quiero que vaya.
No deseaba que me viera mal, preocupada, cuando se suponía que estamos aquí para pasar unos días agradables, como vacaciones.
-Pues si no hay otra opción así será.
Esta vez dijo la última palabra. Se limpió una lágrima rápidamente.
-Lo ves, tu no mereces sufrir por mi amor.
-Pues que se te haga costumbre por que desde hace meses eres tan importante para mi vida que cualquier cosa que te haga daño también me lo hace a mi.
-No quiero eso para ustedes.
-¿Puedes dejar de ser tan egoísta? Casi gritó en medio del lugar. Con enfado se levantó de la mesa y caminó para la salida. No la perdí de vista y para mi tranquilidad ella se dirigió al departamento.
Kilian llegó a la mesa frunciendo el ceño.
-¿Y mamá?
-Se adelantó un poco.
-¿Están molestas?
-No Kilian, solo se fue antes creo que quería hacer una llamada.
Mentí, me sentía muy mal por hacerlo el merecía la honestidad pero era pequeño, no necesitaba acarrear con nuestra situación.
-¿Quieres algo más?
-No, quiero ir con mamá.
Tampoco me hacía a la idea de dejarlos, pasará lo que pasará Camila tenía razón, me iba a ser imposible alejarme de Kilian.
-Estaba viendo en el canal de deportes como se debe esquiar ¿Tu lo has hecho? A mi me parece fácil quizá por la habilidad con mi skate me resulte bien.
-Tienes una habilidad increíble Ki y seguro te saldrá bien uno que otro salto.
Acomodé su gorro en la cabeza, el aire estaba frío. -Si he ido aquí cerca pero no tengo mucho talento, Marcus es bueno, lo practica quizá desde que tenía tu edad.
-¿Podemos invitarlo?
-Claro, estará encantado.
Cuando cruzamos la puerta para mi suerte Camila sostenía el teléfono en su oído, charlaba con alguien y miraba por la ventana.
-¿Es la abuela? Preguntó Kilian entusiasmado.
-Si, deja te lo paso así hablan un rato.
Le pasó el teléfono y el lo tomó casi tirándolo.
Mi novia me ignoró pero la seguí a la habitación.
-Camila. Rogué un poco de su atención.
-No deseó hablar contigo.
Había estado llorando.
-Pues lo vamos a hacer, cariño, estoy nerviosa lo acepto pero aún así me niego a verte sufrir por mi causa.
-Ya te dije que es muy tarde, te amo y me preocupó por ti.
La abracé.
-Esta bien, pido paz, vas a acompañarme mañana hablaré con mamá para ver si puede cuidar al niño.
Asintió, su cuerpo se apretó hacia a mi.
-Debes estar segura Lauren, que siempre voy a estar contigo ¿A caso si yo tuviera algún problema te alejarías?
-Por supuesto que no.
Tomó mis mejillas con ambas manos. -Esta muy claro quien ganó.
No me importaba solo quería abrazarla por el resto de mi vida.

Lo que no se ve Donde viven las historias. Descúbrelo ahora