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LAUREN
¿Qué? ¿Qué sabe de mi? Dios para ese momento se me dificultaba respirar, ya no queria otra pregunta más o terminaria diciendolé la verdad, era pequeño y además dudaba ya de que Camila quisiera hacer su vida con una chica, difinitivamente no quería darle ese ejemplo a su hijo, ella soñaba quizás en darle un buen padre alguien con quién seguir adelante, tener más hijos y vivir de ensueño, yo no podía darle eso, nada de eso.

-Si, el chico es afortunado. Solté en un suspiró triste.

-Pues si, aunque no comprendo por que si te molesta que salga con el, no haces nada para impedirlo.
Ya no tenía palabras, el había acabado con las explicaciones.
~Venga Lauren cambia de tema~

-No es correcto, si el la hace feliz entonces debe estar con alguien así, yo soy solo tu vecina Ki, no puedo intervenir.

-Si puedes y yo te puedo ayudar.
Mis ojos quizás salian ahora de mis órbitas ¿Quería ayudarme con su mamá? Eso era imposible, tal vez yo estoy mal interpretando todo. En ese momento se escuchó como un auto estacionaba en frente de la casa. Era ella. Chequé la hora y vi que era muy tarde, Ki debería estar dormido. Esperaba que no se enojara Camila conmigo por eso. Cuando iba abrir la puerta pensé que seria absurdo que se enojara era yo la que tenía permiso de enojarse, de mi cabeza no salía que era probable que me haya mentido solo para salir con Daniel. Recordé su nombre poniendome de mal humor. Con ese mismo abrí la puerta. Una Camila sonriente me saludo del otro lado, lo cual me hizo sentirme peor, debía irse antes de que me viera en todo mi esplendor. Pero claro que estaba feliz, quizás habían estado difrutando su tiempo juntos y...negué para que esas ideas salieran de mi mente. Camila parecía estar hablandomé pero yo me sentía aturdida, no quería escucharla.

-¿Lauren? Escuché que dijo después de concentrarme. No le contesté nada y distraída fui a la sala por Ki.

-Kilian tu mamá volvió. El asintió y antes de salir me dió un beso en la mejilla.

-¿Te portaste bien cariño? Dijo abrazando a su hijo, mis manos estaban cada vez más tensas. Quería que saliera de ahí solo para gritar y tirar cosas. Hace tanto tiempo que no me pasaba esto, me enfadaba y luego me ponía como loca. Debo controlarme.

-Si mamá. Contestó alegre y yo me inspiré en el para volver a respirar.

-Vale pues abre la casa. Le dió las llaves y el salió despidiendose con la mano mientrás Camila permanecía frente a mi.

-Amm...de verdad te agradezco que lo cuidaras ¿Te dio problemas?
Yo negué y ella trataba de entender mi mal humor.

-Enton...

-Necesitó descansar Camila.

CAMILA
-Necesitó descansar Camila.
~¿Qué te ocurré Lauren?~Estaba de buen humor, todo la reunión en la cena había sido un éxito, había charlado con algunos compañeros del trabajo y había logrado deshacerme de Daniel por fin, le había mentido explicandolé que había alguien más. Cuando se lo dije solo pensé en Lauren, estaba tan decidida a comenzar una buena relación de amistad ahora, pero con su actitud me estaba haciendo dudar.
-¿Estás bien? ¿Segura de que Ki no rompió nada?
Le pregunté para asegurarme de que no hubiera pasado otra cosa.

-No, tranquila todo esta bien. Su voz se notaba tensá y sus manos estaban igual, hace años había visto la misma reacción, eso sucedía cuando algo le molestaba.

-¿Entonces que te tiene tan enfadada? ¿No llegué a tiempo mamá?
Quisé sonar algo graciosa para ver si eso cambiaba algo pero no funcionó.

-No pasa nada, solo quiero dormir, estuve trabajando duro en toda la semana y pensaba descansar estos dias.

-¿Porqué no lo mencionaste? Quizás hubiera conseguido quién cuidara...No me dejo continuar hablando.

-No es por ahí, yo quisé cuidarlo es solo que ahora que ya regresaste quisiera descansar un poco. Dijo.
Me rendí, no podía hacer nada más para averiguar que le enojaba así que era mejor irme a descansar yo también.

-Vale, entonces hasta mañana.
Me acerqué a ella para besar su mejilla pero se alejó. Si hubiera estado ahí Ki hasta él hubiera escuchadó mi corazón romperse.
La miré pero ella evadió mis ojos, bien si eso quería.

-No me iré hasta que me digas que sucede. Le dije decidida.

Lo que no se ve Donde viven las historias. Descúbrelo ahora