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CAMILA
Apenas y creía la reacción de Lauren, antes ya lo había hecho, celarme, pero esto ahora me parecía tan gracioso, estaba celosa de Amy, era mi compañera en la oficina y teniamos recién de iniciar una amistad, era muy divertida y cuando podía platicaba con ella sobre algunas cosas, era el primer día que la invitaba a comer por que horas antes había tenido una discusión su novio y para no verla triste me pareció buena idea distraerla, que mejor compañia que Lauren y Ki. Pero definitivamente esto estaba marchando mal gracias a Lauren y sus absurdos celos, además descuidaba por completo la salud de mi pequeño. En mi mente gruñí todo lo que pude, no quería pelear con ella por más días para debía hacer algo para solucionar lo de los celos e inseguridad de Lauren.
Sin pensar al mirar que ella se iba, la abracé por la espalda para tranquilizarnos.
-Lauren, Amy solo es mi amiga, trabajamos en la misma oficina...esta aquí por que su novio hizo una bobada y necesitaba distraerse, perdón por arruinar el plan.
Le susurré en el oído, ella se tensó más por unos momentos quizás pensando en lo tonto que había sido todo.
Bufó y retiró mis manos, yo temí que de verdad se fuera, pero a diferencia de lo que pensé ella se giró para encararme.
-Yo...Negó el tiempo suficiente y me miró. -Lo siento Camila soy tan...tonta.
Las dos sonreimos y finalmente nos tomamos en un abrazo, yo acomodé mi cara en su cuello y ella colocó sus manos en mi espalda.
-De verdad me iré, no quiero ver la cara de todos al salir estoy toda llena de helado.
-Así te ves bien, de verdad no debe importarte, comamos juntas ¿Si?
Covencí con besos a Lauren para salir y miré como apenada se sentó en la mesa justo a mi lado, frente a la mirada divertida de Ki y Amy.
-Mirá Lauren quiero presentarte a Amy.
-Asi que tu eres Lauren, mucho gusto, me han hablado bastante de ti.
-Hola mucho gusto y una disculpa.
Amy guiñó un ojo a Kilian quien tenía una sonrisa de oreja a oreja al momento de mirarme pusó ojos de cachorro por lo del helado.
-Ki estoy enfadada contigo por lo anterior y si no comes bien te olvidarás del Skate por unos días.
-Mamá. Rogó para evitar tal castigo, la mano de Lauren tomó la mia por debajo de la mesa.
-A sido mi culpa Camila yo se lo compré.
-¿Tu le quitarás el Skate tambien a Lauren, mamá? Dijo Ki haciendonos reir a las tres, finalmente chocó su mano con Lauren.
La comida despues de eso transcurrió tranquila, hubo bromas de Ki y Amy hacia Lauren quien solo gruñia por lo bajo y acariciaba mi mano por momentos.
Al despedirnos Amy le tendio una mano a Lauren y colocó un beso en la mejilla susurrándole algo al oído, lo cual relacione con que solo era mi amiga así que ella le dió una sonrisa sincera.
Al entrar a la casa Ki corrió para proteger su Skate de mis manos debido a que no comió sus vegetales en la comida.
-No seas mala con el, a sido mi culpa, solo para complacerlo. Yo la miré sospechando de un favor para Ki.
-El sabe que no debe comer helado ni otros dulces antes de comer y yo sospecho de que tu y el me han ocultado algo sobre ello.
Hizo una cara graciosa y silbó tratando de distraerse.
-Me quitaras el Skate tambien. Dijo divertida y para molestarla decidí jugar un poco.
-En realidad te quitare otra cosa solo por cubrir a mi hijo y su fanatismo por los dulces.
-¿ A si? Aún sonreía.
-Si, te quitaré los besos, al menos por 12 horas.
Ella abrió más los ojos y yo caminé decidida a la cocina.
-Debes estar jugando. A mi espalda dijo yo me reí mentalmente.
-No, así que ya puedes irte hablabamos mañana.
-Pensé que iba a dormir contigo.
Fue mi turno para ponerme nerviosa, me giré para solo mirar su sonrisa divertida, sabía que era juego y había respondido, para mi desgracia yo si caí. Dormir con ella de nuevo era algo que quería pero a la vez meditaba bastante, era malo acostumbrarnos a eso mientrás no tuvieramos una relación seria.
-No creo que este bien.
-Ayer lo hicimos y no paso nada, no veo algo malo. Respondió al mismo tiempo se acercó a mi obligandomé a caminar algunos pasos hacia atrás hasta que ya no pude retroceder y luego su cuerpo se pegó al mio. Mi cuerpo estaba estaba estatico asi que ella no perdió el tiempo y me beso de manera profunda, desperté del sueño cuando tomó mi labio inferior con los suyos y se separó de mi. De su bolsillo en la chaqueta que llevaba saco una pequeña caja. Mi corazón brincó en su sitio, ¿No va a darme un anillo verdad? Me reí internamente por lo que había pensado.
-Un regalo. Dijo colocando la caja de tamaño grande para no considerar la idea de que fuera un anillo. -Venga abrelo.
Mis manos temblaban un poco cuando la destapé, hasta que miré dentro y unas manecillas doradas llamaron mi atención. -¿Te gusta? Preguntó mirandome con una sonrisa.
-Lauren...es muy lindo. Lo tomé por unos segundos para luego analizar.
-Pero no puedo tomarlo. Solté pensando en su precio elevado, ella no debía regalarme esto.
-¿Porqué no? Lo compré pensando en ti y por que se que te hace falta, debes tomarlo un regalo es un regalo.
-Pero es costoso Lauren y yo...
-Especial para ti, aunque no se compará su valor con el tuyo, Cami tu eres tan especial para mi que me harías feliz si lo aceptas, además sino me harás enfadar y esta vez me aseguraré de lanzar el helado hacia ti.
Ambas reímos hasta que yo suspiré.
-Muy bien, ya comprendí. Lo coloqué en la encimera y tomé la cara de Lauren.
-Gracias de verdad. Sus labios sonrieron en medio del beso y eso me permitió profundizar como quisé.
Ki carraspió la garganta tras de nosotras y saltamos para separarnos. Algo incomoda indique que subiría el regalo y los deje solos.

LAUREN
-Jamás te compraré helado Ki. Le dije al pequeño embaucador. -Me has metido en problemas con tu mamá.
El se rió divertido. -Esta bien acepto que yo te oculte ese pequeño detalle.
Despeine su cabello para colocar un beso en su frente. -Vale ya no importa ¿Escondiste la Skate?
-Si. Ambos chocamos nuestros puños.
-Le a gustado el reloj, gracias por recomendarmelo.
Camila nos impidió seguir platicando así que sin querer tuve que salir a mi casa por que era momento de darles el tiempo madre e hijo.
Horas después me vi entrando entre risas bajas y susurros al cuarto de Camila, esta vez nos besamos por casi 30 minutos antes de dormirnos abrazadas.

Lo que no se ve Donde viven las historias. Descúbrelo ahora