Capítulo III

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Adaptación

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Adaptación.

Después de aquella conversación con el rey, el chico albino regresó nuevamente al comedor en busca de la joven, sin embargo se alarmó al no encontrarla en el lugar, casi en forma desesperada fue en su búsqueda temiendo lo peor a temprano tiempo, recorriendo varias salas del castillo, hasta que fue guiado hacia el exterior por uno de los guardias que anteriormente había visto a la chica pasar.

No la detuvo ya que el Rey había decretado momentos atrás que la dejaran merodear por el castillo, sin embargo no le permitirían abandonar las instalaciones de la gigantezca construcción por motivos de su propia seguridad aún sin estar al tanto de las razones.

-Creí haberos dicho que me esperárais en el comedor...-

Mencionó Shiro al verla cerca de una fuente, admirando el lugar, a pesar de que ahora él se encontraba algo molesto por la acción de la chica sin embargo no borró aquella sonrisa de su rostro mientras se acercaba, después de todo la joven no había hecho nada que atentara contra su seguridad o la de los otros sino que simplemente había tomado asiento sobre la fuente de agua.

-No podía quedarme ahí mientras ellos no despegaban la vista de mí..-Respondió Vio.

-Ya veo, era por eso, bien, supongo que aún queréis conocer más sobre el castillo, seguidme entonces, sólo que antes, quiero que sepas que eres bienvenida aquí.- Añadió Shiro.

-Gracias, supongo, aunque aún no entiendo cómo fué que llegué aquí.- Murmuró ella.

La chica se incorporó nuevamente, siguiéndolo mientras ambos recorrían por completo el exterior desde los campos arbóreos o de cultivo, adornados por diversas variedades anteriormente silvestres, hasta lo que sería el mercado principal donde descenas de mercaderes se hallaban ofreciendo agradables frutas a la vista, junto con nuevos ropajes, entre otros, las horas transcurrían con suma prisa a medida que contemplaban el lugar hasta que finalmente se detuvieron frente a lo que sería el campo de práctica con la espada, en el cuál se podría ver a varios hombres entablando combates amistosos con espadas de madera, y otros más con armaduras puestas y espadas reales sin filo.

-¿Manejáis el uso de la espada?.- Preguntó Shiro.

-Claro que no, de donde vengo, nadie te enseña a usar eso no es como si en la escuela o la Universidad te enseñen a combatir sabes, además las espadas ya no sirven, fueron reemplazadas por amas mejoradas aunque.. creo que algunos aún las coleccionan.- Respondió Vio.

-¿A qué os referís con eso de que ya no sirven?.- Preguntó el caballero albino.

-Bueno, me parecería más sencillo utilizar un arma de fuego que una espada, además no necesitarías acercarte mucho a tu objetivo y.. bueno es algo que conocerán más adelante, creo.- Afirmó Vio.

-Sin duda, me complacería oír más de eso en el futuro, por ahora, seguidme..-Mencionó Shiro.

Y nuevamente reanudaban su andar, ésta vez él la llevó hasta el campo de tiro con arco, desde donde los arqueros lanzaban sus flechas a un blanco situado a una distancia de unos 45 metros, viendo el interés que ella demostaba con respecto a la escena, el albino no dudó en conducirla hacia donde se encontraba el instuctor de tiro.

El Trueno Blanco.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora