Capítulo XI

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Primera fase

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Primera fase.

Esa misma noche, Vio no conseguía dormir en poco tiempo había decidido incorporarse, dando vueltas en su habitación hasta que optó por dar una vuelta en el exterior, una vez que se dirigió a los pasillos, éstos se encontraban completamente vacíos por la hora y, a medida que avanzaba, las antorchas se encargaban de proporcionarle una tenue luz permitiendo su fácil avance.

-...

Dadas las altas horas nocturnas, el castillo se encontraba completamente desierto, una vez que llegó al exterior después de varios minutos de deambular por los largos pasillos de piedra, la joven sintió una extraña atracción hacia los establos, nunca había llegado hasta ese lugar debido a que los establos se encontraban repletos de caballos tanto adiestrados como salvajes lo cuál no lo hacía apto para las visitas.

--Este lugar.. los caballos..-- Mencionó ella en voz baja.

Sin más, la joven se dirigió a los establos y una vez en el interior, pudo apreciar a una gran cantidad de equinos descansando tras pequeñas cercas de madera, cada uno en sus respectivos lugares, éstos, al sentir la presencia de la chica en el lugar, enfocaron la vista hacia ella, en ese momento, como si de un sueño se tratase, cada caballo pareció estar atento a sus movimientos y uno de ellos parecía estar súmamente interesado en la joven ya que había comenzado a relinchar mientras se apoyaba sobre sus patas traseras permitiendo al resto de su cuerpo la libertad suficiente como para incorporarse, trataba de llamar su atención.

--¿Qué sucede?.. ¿quieres que vaya contigo?..-- Pensó Vio.

Era obvio que no podía entender el lenguaje de los animales pero aún así ella se había sentido atraída hacia el inquieto equino.

Pero Vio no sabía que el animal no era un caballo común, era algo mucho más que eso.

Y como si estuviera imnotizada por el reluciente pelaje negro del equino, la joven comenzaba a acercarse a él, sin embargo unos brazos la detuvieron, en ese momento ella no se permitió dudar, sabía perfectamente que se trataba de su "protector" el cuál era aquél chico de cabellera albina y penetrantes ojos azules.

--No os acerquéis a ese... caballo, a diferencia del mío, éste no ha sido domado aún y es muy peligroso, criaturas como ésta no son fáciles de montar, los establos no son lugares para jóvenes como tú, ¿qué haría yo si resultaras herida?.-- Resonó la voz del albino.

--Se supone que estarías durmiendo ahora, además  no es como si me pusiera en peligro las 24 horas del día sabes, ya hasta te pareces a mi mamá..-- Afirmó Vio.

--No podía dormir así que decidí ir a vuestra habitación para enseñarte algunas cosas, pero por mucho que tocaba no recibía respuesta así que supuse que estaríais merodeando por el exterior, pero no me imaginaba que estaríais aquí.-- Comentó aquél chico rubio de resplandeciente ojos azules.

El Trueno Blanco.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora