Cuando el mundo de luz se suma en la oscuridad reinante y los corazones puros cambien, la esperanza en los vivos se esfumará y los sueños se convertirán en penumbrosas pesadillas interminables, el destino se cerrará a la vista y el último rastro de...
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Armada montada.
La gran columna de humo y fuego producida por un ente desconocido acababa por consumir en su totalidad lo que restaba de aquél endeble pueblo, los tejados, las casas, los objetos, los animales, todos ellos acabaron siendo nada más que cenizas frente al carmesí del fuego abrazador, toda posible vida había desaparecido mientras que los cuerpos intactos, mutilados y ensangrentados de aquellos valientes defensores yacían regados en la entrada principal al pueblo alrededor del cuál se hallaba un muro de piedra de aproximadamente dos metros de altura con una gran brecha en una de las esquinas, posiblemente causada por algún explosivo o una fuerza sin igual y precisamente el mismo lugar por el que antes la joven dictada había ingresado cegada por intenso humo.
--Se suponía que aún no se pondría en marcha, la novena luna no ha llegado, ésto es imposible..-- Susurró la sombra.
A un lado de aquél ser con apariencia reptiliana se hallaba una joven con una desmoronada expresión en su rostro pues había visto con sus propios ojos bajo la nueva luz del sol en el amanecer el caos que la guerra misma podía generar a un inocente pueblo posiblemente desprotegido.
--¿De qué estás hablando?, ¿Y qué es eso de la novena luna.?-- Interrogó la joven.
--¡¡Parece que jamás te han informado de nada!!, ¿por qué tengo yo que ayudarte siempre?.-- Refunfuñó aquella criatura.
--Me guardaron muchos secretos hasta ahora y creo que eres el único que podrá decirme todo sin vacilar..-- Afirmó ella.
--Sólo te lo diré porque si mueres por desconocimiento no me servirás así que escucha bien porque sólo te lo diré una sola vez.-- Cortó la serpiente oscura.
--Me parece razonable.-- Agregó la joven de manera fría.
--La novena luna, o como los humanos lo conocen, el noveno mes del año en donde se lleva a cabo un ritual en la primera noche, reuniendo los objetos necesarios para ello podrá ser posible la aparición de un ser despiadado aún más fuerte que cualquier criatura que haya existido y posiblemente.. vuestro igual, Trueno Blanco.-- Comentó la criatura.
--Si ha de ser igual que yo justo ahora diría que no tendría demasiadas ventajas.-- Respondió ella con cierta duda.
--Los objetos que ambos habéis visto en aquella sala son los que el Rey necesita para atraer a esa bestia, soy consciente de que posee un cuerpo dónde alojarlo sin embargo no es compatible pues al ser sometido a la magia se ha desintegrado, con el fin de aumentar esa compatibilidad es que él necesitaba de vuestro corazón y ahora que ya no estás bajo sus garras, su plan se retrazará, sin embargo...-- La serpiente calló inesperadamente.
--¿Sin embargo?.-- Vio nuevamente interrogó.
--Sólo necesita un cuerpo compatible y creo que ahora lo tiene.--
