Capítulo XXXIX

14 2 0
                                    

Cacería

Ups! Tento obrázek porušuje naše pokyny k obsahu. Před publikováním ho, prosím, buď odstraň, nebo nahraď jiným.

Cacería.

Aunque la idea de cazar, matar y devorar a una inocente criatura no era del agrado de la joven, su compañero tenía razón, al parecer no era temporada de frutas pues los árboles que rodeaban el paisaje se hallaban completamente verdes, vacíos de frutas o de flores en varios kilómetros adelante.

Pero tampoco se veían animales cerca.

Y viendo que de alguna forma ella entorpecería a su compañero en alguna cacería, pronto había bajado de su lomo emitiendo leves crujidos en el suelo verde cuando sus pies quebraron algunas ramas secas.

A lo lejos podía oírse el canto de los pájaros y el de algún otro animal pequeño pero el lugar en sí no parecía albergar la vida de alguna criatura que pudiera proporcionarles suficiente comida para el viaje.

En silencio y con cierto sigilo, la Quimera había comenzado con su avance en busca de alguna posible presa, en ese momento la joven había entendido que él sabía perfectamente bien lo que debía hacer y temió por un momento estropear su búsqueda al hacer mucho ruido con sus pies al suelo.

Cualquier posible presa huiría de ello.

Así que tuvo una mejor idea.

En lugar de acompañar a la criatura de negro, la joven leyenda se había agarrado de una gruesa rama arbórea que comprendía aquél valle, comenzando a escalar el árbol que, en un principio había emitido crujidos pero que finalmente soportó el peso extra que ofrecía la joven sobre sus nuevas ramas.

Desde arriba tendría una mejor vista.

¿Pero por qué no usar su forma voladora si lo que deseaba era una buena vista?.

La respuesta era sencilla, las grandes ramas de la copa de los árboles le imposibilitarían la vista hacia el suelo y, cualquier animal que notara la presencia de un depredador con semejante tamaño, comenzaría despavorido su huída antes que éste pudiera cazarlo.

Desde arriba, la joven poseía una perfecta vista del suelo verde rodeado de algunas piedras que emergían de la tierra, todo se hallaba en calma por lo que ella intentaba ubicar a alguna criatura para advertirle a su compañero de la ubicación de ésta y de esa manera, iniciar la cacería.

Tomando en cuenta que se hallaba en un árbol de pino, lo único que necesitaría hacer sería tomar alguna de sus piñas y lanzarlas sobre la cabeza de la Quimera si lograba ver algo desde arriba aunque aquello podría hacer que se molestara y con un rugido quizá asustaría a la presa.

Pero desafortunadamente nada había.

Con el estómago demandando por algo de comida, Vio nuevamente había descendido del árbol, reuníendose con la Quimera que al parecer, tampoco había hallado algo bueno.

-Parece que éste lugar está vacío, debí haber cazado uno de esos ciervos cuando tuve oportunidad.- La Quimera lamentó el fracaso.

Pero no todo era mala suerte en su día.

El Trueno Blanco.Kde žijí příběhy. Začni objevovat