El Trueno Blanco.

Capítulo X

Un gran plan.

"Tenéis 5 minutos para ocultaros, una vez transcurrido ese tiempo, vuestros enemigos comenzarán a buscaros"

Con aquellas palabras fijamente incrustadas en su mente, Vio alistaba su arco desde la copa uno de los frondosos árboles del campo, a la espera de poder divisar a algunos de sus enemigos, mientras pensaba en armar una estrategia con el fin de dificultar su captura, si bien habían pocas probabilidades de que fuera descubierta a simple vista, al lanzar la primera flecha, los demás ya darían con su ubicación, por lo que sería mejor intentar dejar fuera de combate a uno de ellos, posteriormente comenzaría a moverse y nuevamente a ocultarse, sin embargo debería estar alerta ya que sus enemigos poseían bastante experiencia en el combate y eso significaba un punto a su favor, y en contra de ella.

Inspiró el aire profundamente, la emoción y el miedo se apoderaban de ella en una poderosa mezcla que conseguían agitar a cualquiera que lo experimentara, se sentía ansiosa por el hecho de poder ver a alguno de sus rivales, y a la vez temerosa de que su posición fuera descubierta, después de todo como había dicho aquél hombre, la competencia sería bastante similiar a su ahora entrenamiento por lo que debía centrarse en una, y sólo una cosa, vencer..

Los minutos habían transcurrido con suma prisa para Vio, en tan sólo segundos, había comenzado a oír ciertos crujidos que delataban la presencia de alguien, se estaba acercando...

Posteriormente, aquellos extraños sonidos habían cesado, Vio se mantuvo en su lugar sobre el árbol, convencida de que nadie pudiera descubrir su escondite, mientras guardaba silencio por unos instantes, pudiendo divisar el movimiento de unos arbustos a unos 20 metros de distancia, tal vez simplemente se trataba de algún ave u otro mamífero pequeño, sin embargo no debía descartarse la posibilidad de que se tratase de alguno de sus enemigos, cuando los crujidos volvieron a emitirse, Vio rápidamente dirigió su atención hasta dichos arbustos a la espera de que algo emergiera de ellos..

Tal y como se esperaba, uno de los soldados, vestido con una reluciente armadura, emergía de aquellos arbustos confiado de que Vio no estuviera cerca, gran error, pensó ella, ahora simplemente debería darle con una flecha, que si bien no lastimaría al soldado, lo dejaría fuera de combate por la pintura roja en la punta de la flecha.

Se concentró, inspiró profundamente, luego tomó el arco y una flecha, apuntó y disparó, y tal como pensaba, la flecha había conseguido llegar hasta el hombre quién quedó fuera de combate al instante, gracias a la gran mancha roja impregnada en su armadura, era uno menos, ahora ella sólo debía cambiarse de lugar, por lo que, bajó rápidamente del árbol comenzando a movilizarse en forma apresurada, todo había salido tal y como planeó, sin embargo no fue así realmente, y en el último minuto, mientras se cambiaba de lugar, Vio alcanzó a oír otro nuevo crujido justo detrás de ella, sin embargo ya fue demasiado tarde..

En la calma del día, la chica se detuvo al sentir una leve brisa que movió ligeramente su pelo, dejando una fría sensación en su cuerpo, posteriormente al sentir la espalda fría, llevó una de sus manos a comprobar esa zona, sin embargo, cuando volvió a fijar su vista en una de las manos, ahí estaba.... , aquella pintura azul impregnada en su ropa, el cuál era la inequívoca señal de que ahora estaba fuera de combate, y justo  tras ella, se encontraba el causante de su mal cálculo de planes.., no lo vió venir, aquél soldado simplemente apareció tras ella en un rápido movimiento, ahora el combate había terminado, posteriormente, el aquipo reanudaba su andar, abandonando la arboleda, acercándose nuevamente hasta el hombre quién observaba todo a distancia y en silencio.