Capítulo IV

46 7 0
                                    

El grupo explorador

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

El grupo explorador.

El día anterior a la llegada de la joven desconocida, un grupo de valerosos hombres se hallaba fuera del castillo, en medio de los bosques, se trataba del grupo de exploración.

El grupo explorador se hallaba compuesto por los más fuertes guerreros montados sobre fuertes caballos, éstos se hallaban armados en su mayoría con espadas y lanzas, su misión era única, controlar el avance de las bestias enemigas dentro del bosque.

-Paremos a descanzar, llegaremos al amanecer, ¿Habéis tenido éxitos en su parte del bosque?.- Comentó un hombre con la cabeza cubierta bajo un casco de metal.

El día de su partida se hizo más lejano con la llegada de la noche mientras el grupo armado de unos 30 hombres había detenido la marcha de sus sedientos caballos a orillas del lago Juba, el mismo lago donde anteriormente, había aparecido la joven desconocida.

Las cristalinas y frescas aguas pronto reflejaron la luz plateada de la luna en ondas pues su tranquilidad se vió interrumpida por las sedientas bocas equinas que pronto fueron apoyadas sobre ella.

Bajo la oscuridad de la inmensa arboleda, el grupo de hombres habían fijado un excelente lugar a orillas del lago mientras un puñado de hombres regresaba con ramas secas las cuales dispusieron unas sobre otras formando el sitio perfecto para una fogata encendida por el acero de la espada del experimentado.

-Darion presentándose, nos hemos topado con un pequeño grupo minotauros al sur pero al parecer sólo buscaban comida pues no fueron capaces de hallarnos, los estuvimos observando por un par de horas hasta que se fueron, nada fuera de lo común.- Comentó un hombre de cabellera negra y pardos ojos.

-Bien hecho, al parecer todo sigue tranquilo. ¿Pero hay señales del grupo del norte?- Interrogó el hombre que parecía ser el líder.

Con la cara cubierta por cicatrices de guerra y un nuevo corte en curación hecha por alguna fiera exhibida en su rostro como trofeo, el hombre de la armadura de dragón quién se presumía, era el líder del equipo, se hallaba en las cercanías de la fogata desollando sin problema alguno bajo el filo de su espada, la piel de un jabalí salvaje cazado horas atrás.

La herida piel del animal muerto liberaba como queja ante el contacto con la hoja afilada el resto de la sangre que no había emergido de la herida en la cabeza del animal mientras la rojiza carne de éste pronto hizo un saludo a la noche siendo el cuerpo completo atravesado de la boca a la espalda por una estaca de madera y colocado sobre una base alta a modo de carne pudiera ser asada por el fuego.

-Os habéis esforzado mucho, llevad al resto de los caballos y dadle de beber el agua del lago, regresaremos al amanecer.- El líder nuevamente rompió el silencio.

Las chispas de aquella rojiza llama pronto saltaron al aire pegándose sobre la carne que había comenzado a adquirir un tono negruzco a medida que era asada, las ausentes patas del animal detallaban el cuerpo entero como una esfera ovalada de la cuál sólo resaltaba la cabeza partida con grandes colmillos, se trataba de un jabalí de la especie Maro adulto de más de doscientos kilogramos, era el tipo de cerdo salvaje más grande que existía alcanzando fácilmente un metro y medio de largo con doscientos kilogramos de peso poseía el pelaje pardo con destellos de blanco en el vientre que llegaba hasta la parte inferior del cuello.

El Trueno Blanco.Where stories live. Discover now