El Trueno Blanco.

Capítulo V

Centinelas de blanco.

Vio parecía estar confundida, ya que recordaba la excursión a las ruinas el día anterior, pero lo que captaba por completo su atención era el nombre de aquél lugar, lo había oído del maestro "ruinas del castillo Erold" sin embargo algo no cuadraba desde su punto de vista, y eso era porque tanto las paredes desgastadas de aquellas ruinas y las paredes del castillo del rey no coincidían, a pesar de que las ruinas llevaban el apellido del rey, sin embargo ella decidió que lo mejor sería no mencionar del tema, mientras se centraba en su presente.

-Entonces... lo que quieres decir es que están buscándome, pero si yo no puedo hacer nada fuera de lo común, Shiro es testigo de que, no se usar ningún arma, tampoco sé combatir, ni siquiera sé si realmente poseo alguna habilidad.- Aclaró Vio.

-Lo sabemos, y también está claro que así será desde el principio, el Trueno Blanco ha reencarnado nuevamente y ésta vez, es en ti, joven Vio, probablemente no seréis capaz de sentir algún cambio pero sin duda mostraréis vuestro poder con el paso del tiempo.- Mencionó el hombre.

-Al igual que Vio, padre, creo que también debo comentaros mis dudas sobre el Trueno Blanco... ¿Qué es con exactitud esa leyenda?.- Interrogó el joven caballero.

-Me temo que no poseo mucha información sobre ello, pero está claro que es una criatura y, al parecer, será la única que el Rey de las bestias no podrá controlar.- Aclaró el hombre.

-¿Y si no es así?, supongo que también existe la posibilidad de que todo sea un malentendido y que, esa leyenda de la que hablan sólo sea alguna historia escrita por alguien, como la Epopeya de Gilgamesh y su viaje, bueno no sé si sea cierta pero mencionan criaturas mitológicas y pues, de donde vengo no se ha hallado nada de eso, ni huesos, ni nada que pudiera comprobar que esa epopeya sea cierta- Interrumpió la joven.

-El otro día mencionaste que los grifos no existían, ¿estás segura de eso?.- Interrogó el joven.

-Bueno.. nunca he visto uno.- Agregó Vio.

-Es cierto que existen pero no se los puede ver muy seguido a no ser que sean llamados por sus jinetes en alguna batalla, de hecho muchos ni siquiera los han visto, pero no sólo los grifos son reales, también lo son otro tipo de criaturas.- Agregó el hombre

-Entonces... dejando de lado ese tema, ¿Cómo funcionan esas piedras sagradas para esconder este lugar?.- Preguntó la joven.

-En realidad su función es muy simple, no ocultan el castillo de la vista de todos, sino más bien sólo lo oculta de los monstruos de Zar, afortunadamente para nosotros, todo su ejército se compone de criaturas peligrosas, una ventaja y desventaja a la vez, ya que esas criaturas no son capaces de ver el castillo, sin embargo al ser monstruos peligrosos, nuestros hombres son vencidos fácilmente, te preguntarás por esos soldados que ingresaron al castillo hace un par de horas no?.. pues, ellos pertenecían al grupo que mandamos a explorar, nos aseguramos de ver cuánto ha avanzado el enemigo, y que tan cerca del castillo están sus tropas, sin embargo el día de hoy tuvimos bastantes bajas de nuestros hombres, eso quiere decir que ellos están muy cerca de aquí.- Respondió Shiro.