Capítulo Dos

4.3K 227 2
                                    


Leah

Lo miro por un largo instante hasta que reacciono.

—Derek —vuelvo a repetir. Este ríe y asiente.

—Sí, yo —sonríe—. ¿Qué tal estás?

Me levanto y le saludo formalmente.

—Estoy bien —respondo y sonrío amablemente—. ¿Qué tal estás tú y tu familia?

—Yo estoy bien. Mi familia pues... —se rasca la nuca y ríe—. Van progresando. ¿Estabas trabajando? —noto como cambia el tema rápidamente.

Confundida por el cambio tan repentino, asiento.

—En realidad, estaba buscando trabajo —río—. Me gradué hace poco de la universidad y pues, esperaba conseguir un buen trabajo que no fuera en la empresa de mi padre —Derek ríe y me mira curioso—. No quiero ser la consentida de su empresa —me encojo de hombros.

—Eso explica mucho —ríe—. Así que te graduaste hace poco —su mirada se encuentra con la mía—. Cuando nos vimos por última vez seguías estudiando.

—Si, el tiempo pasa rápido.

Para ser exacta, había pasado un año de mi encuentro con Derek Harris.

—¿Quieres ir por un café? —me ofrece.

—Claro —sonrío.

Caminamos por la acera en dirección a mi cafetería preferida y curiosamente, después de tanto sentirme sola y triste, me siento entusiasmada...

—Así que estudias relaciones internacionales —rompo el silencio.

—Exacto —responde y me mira—. Quiero ayudar a mi padre con la empresa ya que en un par de años, estoy seguro que tendré que heredarla —ríe.

— ¿Y es lo que quieres? —me doy una bofetada mental por preguntar de esa forma—. Lo siento, no debí...

—Descuida —sonríe—. En realidad, no me atrae la idea de manejar una empresa cuando lo que en verdad me apasiona es el arte pero... Mi padre no aceptaría el que su hijo viva de la pintura —se encoge de hombros.

Me detengo en seco y recuerdo las palabras de mi madre.

—Cuando vas por el camino que tú no quieres, se vuelve más difícil, más cansado y más complicado de sobrellevar. Mientras que si haces lo que te gusta y lo amas, jamás lo verás como algo de suma dificultad.

Derek me mira por unos instantes y sonríe.

—Eres muy sabia.

—Aprendí a mi madre —sonrío.

Miro mi reloj de muñeca y mis ánimos caen cuando noto que nadie me ha llamado.

—¿Sucede algo? —Derek me mira preocupado.

—He estado todo el día entregando mi currículo por toda la ciudad, pero nadie ha llamado —digo decepcionada—. Creo que no conseguiré empleo.

—De hecho, creo que sí podrías —la sonrisa de Derek se ensancha y mi ceño se frunce.

—¿Por qué lo dices? —pregunto confundida.

—Ven conmigo —toma mi mano y por un jodido instante siento que voy hacia el cielo.

¿Qué pasa conmigo?

Camino por un par de minutos junto a Derek hasta que me percato de que no sé a dónde voy.

—Derek, ¿a dónde vamos? —este me sigue jalando y yo corro a cómo puedo.

—Ya verás.

—De verdad yo... —justo cuando voy a decirle que quiero regresar a mi casa, me encuentro frente al edificio de su padre

Oh no.

—No —digo sin más—. Definitivamente no.

—Oh vamos —me mira emocionado—. ¿No dijiste que querías un trabajo en una buena empresa? La de mi padre es una de las mejores empresas que hay. Él te contrataría de inmediato, además están buscando empleados —sonríe.

—¡No voy a meterme a la empresa de tu padre! —chillo.

—¿Por qué no? —dice un poco molesto.

—¡Tu padre debe odiarme! —vuelvo a chillar.

—¿Odiarte? —su ceño se frunce—. ¿Por qué te odiaría?.

—¿Se te olvida que mi madre salió con él? —me cruzo de brazos.

—Eso fue hace años, Leah. Mi padre no es un obsesivo rencoroso. ¡Vamos!

Antes de que pueda seguir protestando, me jala hacia dentro el edificio y sé que moriré.

—Derek —susurro—. De verdad no creo que sea una buena idea.

—Deja de meter el pasado en esto, Leah, mi padre no es así.

Parece que no conoces a tu padre como yo. Murmuro para mí misma.

Puede sonar muy grosero pero, sé del daño que Christian y su familia le causaron a mi madre, y aunque yo no sea una persona rencorosa, no me fascinó escuchar la historia de cómo mi madre tuvo que soportar las artimañas de los Harris.

No, definitivamente no podría trabajar para Christian Harris.

Pero quieres estar cerca de Derek.

—Cállate —le digo a mi conciencia.

—¿Dijiste algo? —me mira.

Me abofeteo mentalmente y niego.

—A veces hablo, conmigo misma —sonrío tensa.

De repente, las puertas del ascensor se abren y mi corazón parece paralizarse cuando Christian Harris me ve junto a su hijo.

Todo se vuelve en silencio y borroso para mí al sentir la mirada de Harris sobre mí hasta que escucho las palabras que no quería que fueran pronunciadas...

— Papá, Leah quiere trabajar para ti —dice orgulloso.

Y en ese momento

En ese maldito momento

Supe que no tendría vuelta atrás.


_____________________________________

Capítulo nuevo de Cumpliendo Promesas, ¡síii! Disfrutenlo y recomienden 💖 ¡Besos!

Cumpliendo Promesas (EN EDICIÓN)Where stories live. Discover now