Capítulo Treinta

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Leah

¿¡Qué!?

—¿Entrevista? —pregunto, la confusión me adornaba por completo.

—Sí. Puesto de finanzas.

¿Finanzas? Se supone que no hay ningún puesto.

—Espera, creo que te haz equivocado. No hay ningún puesto en el área de finanzas.

—Que extraño, me dijeron que alguien renunció ayer y conseguí una entrevista.

—Nadie ha renunciado —frunzo el ceño.

—De hecho, sí lo hicieron —Derek aparece con una gran sonrisa en su rostro. Los ojos de la chica destellan encanto y la rabia se apodera de mí.

—Sabía que no podía estar equivocada —su voz derrocha miel.

—Sí. Gretta renunció ayer, algo sobre la lotería —él tiende su mano y ella la toma—. Derek Harris.

—Kelly Blackgold. Vengo a una entrevista con tu padre.

—Es por acá. Sígueme.

¿Hola? ¡Estoy aquí!

—Claro —la chica se vuelve hacia mí—. Gracias, eh...

—Leah Duncan —mascullo con una sonrisa falsa.

—Gracias por tu ayuda, Leah —sonríe y se marcha junto a Derek.

Me dejo caer en la silla, la derrota sobre mí.

¿Quién es esa chica?


—Te lo digo de verdad, Mila —paso una mano por mi rostro—. La chica es mucho más hermosa que una barbie.

Luego de que pasara el desconcierto y mi desesperación por saber algo de Derek y Kelly, me rendí y llamé a Mila para almorzar. Justo ahora nos encontrábamos en su restaurante favorito.

—Por favor, Leah. No creo que esa chica sea una amenaza para ti.

—Pues lo es —bufo—. Es perfecta en todos sus sentidos.

Y lo que más me molesta es que haya cautivado a Derek tan rápido. Siempre digo que las chicas que son así, son las más problemáticas.

De pronto, las puertas se abren revelando la figura de Kelly siendo seguida por Derek. Una fuerte presión se hace presente en mi pecho captando la atención de Mila. Ella voltea en dirección a donde estoy mirando y enarca ambas cejas.

—Bueno, sí es bonita.

Estoy por decirle que no me lo recuerde cuando Kelly posa su mirada en mí y sonríe. Descaradamente toma la mano de Derek y caminan hacia donde estamos. Por favor, Señor sácame de aquí.

—¡Leah! —Derek sonríe al verme—. No sabía que estarías aquí con mamá.

Él se acerca a Mila y la saluda con dulzura, ella sonríe ante la muestra de cariño.

—Hola mamá.

—Hola —le da un beso en la mejilla y dirige su mirada hacia Kelly, ella le sonríe amablemente captando la atención de Derek. Por favor, no necesito más humillación.

—¡Oh! Mamá, ella es Kelly Blackgold. Es una amiga y compañera de trabajo.

¿Compañera de trabajo?

—¿Le han dado el empleo? —pregunto sin pelos en la lengua. No puede ser que Christian la haya contratado tan rápido.

—¡Oh sí! —Kelly me da una sonrisa—. Resulta que el señor Harris quedó encantado con mi presentación.

Cumpliendo Promesas (EN EDICIÓN)Where stories live. Discover now