Capítulo Ocho

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Leah

No tengo tiempo de reaccionar cuando siento que soy lanzada...

Cierro mis ojos ante el impacto que resulta ser el mínimo.

Asombrada por no salir herida, abro mis ojos y me encuentro con el rostro del chico de ojos verdes. ¿Qué demonios ha pasado?.

-¿Qué fue lo que sucedió? - Lo miro horrorizada y él rueda los ojos.

-Te salvé el trasero, eso fue lo que sucedió. - Se aparta de mí e intenta levantarse pero una mueca llena de dolor lo detiene.

-¡Oh Dios! - Me levanto con rápidez para socorrerlo. - ¡Estás herido! - Sangre sale del costado derecho de su abdomen y me doy cuenta que se ha incrustado una piedra ahí. - Debo llevarte a un hospital - Lo hago apoyarse en la acera y saco mi bufanda para limpiar la sangre que recorre su cuerpo.

-Estaré bien. - Su voz pierde fuerzas y me temo que esto vaya a empeorar.

-Ni de coña te voy a dejar aquí sin llevarte a un hospital - Las personas comienzan a acercarse y temo que Derek pueda verme.

-No voy a ir a un hospital, y menos contigo. - Me mira enfurecido pero intento no darle importancia.

-Disculpe, - Me levanto y me dirijo a un chofer de taxi que mira la escena. - ¿Puede llevarnos al hospital? Mi amigo está herido. - El chico enarca una ceja y yo trato de ignorarlo.

-¿No sería más conveniente esperar una ambulancia? - El chofer me mira preocupado.

-¡Se está desangrando!, no voy a esperar a una ambulancia. - El hombre analiza mis palabras por unos segundos para luego ayudarme a levantar al chico.

Con gran esfuerzo logramos subir a mi héroe al taxi para luego dirigirnos al hospital.

Él cierra sus ojos y me tomo el tiempo de observarlo detenidamente. Su cabello está desordenado lo que le hace tener un aspecto desaliñado, además de apreciar varias cicatrices pequeñas en su rostro y sus labios secos... Unos labios que definitivamente me incitan a besarlos.

-Una foto te duraría más. - Su voz me hace sobresaltar y me enderezo rápidamente.

-No gracias, no quiero la fotografía de un vago.- Me cruzo de brazos por su mal comportamiento y después de unos segundos, sonríe.

-Estabas mirando a este vago.

-Realmente no te entiendo, - Entrecierro mis ojos ante su odioso cambio de actitud y el encoge sus hombros. - primero me tratas mal esa noche, luego te veo fuera de mi trabajo, me salvas la vida y ahora me tratas mal. ¿Qué está mal contigo?.

El chico me mira por una fracción de segundo que me parece una eternidad hasta que responde.

-Quizá eres tú quien está mal.

Llegamos al hospital y me encargo de ayudarle a bajar para luego entrar y pedir auxilio.

Las enfermeras se lo llevan a lo que parece ser cuidados intensivos y yo decido esperar en el pasillo hasta que me den noticias. De pronto, recibo una llamada de mi padre.

-¿Hola? - Respondo sin ganas.

-¡Leah! - Papá se escucha asustado. - ¡Joder creí que te había sucedido algo!.

-¿Por qué me sucedería algo papá? - Él no vio el accidente...

-¡Derek Harris me llamó, que habías desaparecido y hubo un accidente cerca de donde estaban! - Su voz parece cortarse y mi corazón se encoge. - Joder Leah, casi me matas hija, pensé lo peor.

-Papá, estoy bien, - intento calmarle. - Yo sí fui la del accidente, pero un chico me salvó la vida...

-¿Un chico te salvó la vida? - Suspiro cansada. - ¿¡O sea que ese jodido cabrón no estuvo contigo!?.

-Papá... - No me deja terminar.

-¿Dónde estás? - Ruedo los ojos y ruego porque no venga con su noviesita.

-En el hospital central - Digo sin ganas.

-Voy para allá.

Sin más, me cuelga y yo de nuevo caigo recostada en la silla esperando noticias de mi héroe...

Una hora después sin noticias de mi héroe sin nombre, llega mi padre acompañado de su amiguita. ¿Algo peor que lo anterior? Christian Harris y su hijo vienen detrás de mi padre.

-¡Leah! - mi padre me abraza fuertemente. - Joder, creí que te había pasado algo.

-Papá, te he dicho por teléfono que me salvaron. - Suspiro al recordar que ese chico se sacrificó por mí.

-Sí, pero no la persona con la que estabas. - Se vuelve y mira a Christian y a Derek enfurecido. - ¿¡Qué demonios hacen aquí!?

-Quería ver a Leah... - Derek intenta acercarse pero mi padre le interrumpe.

-¿Verla? - Se acerca a Derek amenazante. - ¿Para qué?. ¿¡Para que ese maldito auto la atropellara!?.

-¡Yo no hubiera permitido que la atropellaran!.

-¿¡Entonces dónde coño estabas cuando el camión casi la atropella!? -Mi padre se pone aún más rojo y temo que golpee a Derek. - ¡ERES UN MALDITO COBARDE AL IGUAL QUE TU PADRE!.

De pronto, una voz les hace callar...

-¡YA BASTA!.

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¡Gracias por sus lecturas!

Cumpliendo Promesas (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora