Capítulo Catorce

2.4K 177 12
                                    


Leah

Derek me mira como si me hubiese vuelto loca, y probablemente era así.

—¿Le pediste que viniera? —sí, suena totalmente ilógico.

—¿Eres sordo? Si vine aquí es por algo —Theo lo mira con indiferencia y yo agradezco que lo haga. No puedo creer que Derek estuviera con ella.

—¡No estoy hablando contigo! —sus ojos se enfocan en mí —. ¿Leah?

Me sentía mareada, aturdida, confundida y miles de sentimientos se revolvían en mi cabeza. Estaba siendo dura con él, y estaba usando a Theo, ¿pero cómo no molestarme si encuentro a una mujer en la habitación de Derek?

Tiene derecho, no es tu novio estúpida.

Mi conciencia tenía razón, pero por alguna razón no evitaba dolerme. —No tengo que darte explicaciones de nada —mis ojos se dirigen a Theo —. ¿Nos vamos?

Theo asiente y me toma de la cintura. —Vamos.

Caminamos unos cuantos metros hasta que llegamos a estar frente a un Chevrolet Impala negro.

—Wow —logro decir. Es una belleza.

—Ella es Samy —Theo la mira con adoración y yo río.

—¿Samy? —suelto otra carcajada y Theo me mira serio —. Espera... ¿en serio se llama Samy?

Theo asiente y yo ruedo los ojos. ¿Es que todos los hombres tienen que enamorarse de sus medios de transporte?

Sube al auto y me mira por la ventanilla. —¿Vienes o qué? —claro, como si fuera a abrirme la puerta. Imito la acción de subir y veo por el pequeño espejo del auto la calle de atrás con una pequeña esperanza de que tal vez, él nos hubiera seguido.

Theo maneja a gran velocidad por las calles y yo mantengo mis ojos cerrados tratando de mantener el control. ¿Cómo es que todo se volvió tan difícil? ¿Cómo una simple persona puede volver de tu mundo una completa novela?

—Estás muy callada —la voz ronca de Theo me hace voltear.

—¿Por qué lo dices?

—No te haz dado cuenta de que estamos frente a tu casa —miro por la ventanilla y me siento avergonzada. Iba tan sumida en mis pensamientos que no lo noté.

—Lo siento —murmuro y abro la puerta —. Gracias por lo de esta mañana Theo.

Él sonríe y mis piernas parecen debilitarse. Que sonrisa tan perfecta —No es nada, asegurate de que no te haya seguido.

Termino por salir del auto y me despido con la mano para luego entrar a mi casa. Es hora de aclarar mis dudas.

—¡Papá! —grito en la entrada pero no responde. De pronto sale Monica de la cocina. ¿Esto es en serio?

—Leah —sonríe a medias y yo no evito recordar la imagen de la otra noche.

—¿Dónde está mi padre?

—Tuvo que quedarse en una reunión pero volverá en unas horas. ¿Necesitas algo?

—No de ti.

Sin más, subo las escaleras y me encierro en mi habitación. Sé que quizá puedo ser dura con ella, pero nadie entiende el dolor que siento al ver a mi padre iniciar una vida con otra mujer que no es mamá. Me hace sentir abandonada, que mi madre se ha convertido en su pasado, y yo también.

Paso la mayor parte de la tarde recostada en mi cama cuando se me ocurre llamar a Aylin. Me levanto rápido y tomo el teléfono. Gracias a Dios aún guardaba el papelito con su número.

—¿Hola? —su voz suena adormilada y siento pena. Probablemente la desperté.

—Aylin soy yo, Leah.

—¡Leah! —escucho como se reincorpora —. ¿Cómo estás?

—No muy bien, si soy sincera me siento fatal.

—¿Quieres decirme por qué?

Y nuevamente, me desahogo con la única chica que consideraría mi amiga contandole cada acontecimiento de la noche anterior y esta mañana.

—Así que las dos situaciones que más te frustran son, el saber que tu padre está con otra mujer, y que estás dividida entre dos chicos. ¿Correcto?

—No podrías haberlo dicho mejor —paso una mano por mi rostro y suspiro. Necesito a mi madre.

—Me parece que necesitas aclarar tu mente Leah, y no lo harás ahí. Estar cerca de tu padre y de esos chicos no te ayudará a pensar, probablemente solo te traerán más confusiones y problemas.

—Supongo que tienes razón.

Tomando en cuenta las palabras de Aylin, me despido de ella y cuelgo para luego bajar a la cocina. Me detengo abruptamente cuando escucho a mi padre hablar con alguien más.

—No voy a permitir que Leah pase por esto sola —su voz suena autoritaria.

—¡Es mi hija de la que estamos hablando!

—¡No me interesa! —ella levanta la voz —. ¡Haz pasado muy ocupado con esa mujer y no te diste cuenta de que tu hija pasó la noche en una casa ajena!

—Será mejor que te vayas Louisa.

¿Louisa?

Aturdida por lo que pasa. Entro en la cocina y me sorprendo al verla.

Es identica a mamá.

______________________________________

A partir de aquí los capítulos serán un poco más largos gracias a que ya tengo mi computadora. ¡Sí!

Espero hayan disfrutado el capítulo de hoy. No olviden comentar y votar

Mi instagram: imelag25

Cumpliendo Promesas (EN EDICIÓN)Where stories live. Discover now