Capítulo Quince

2.6K 177 8
                                    

Leah

Observo a la mujer frente a mí con detenimiento y mi corazón se acelera cada vez más. El parecido que tiene con mi madre es inexplicable, pero no puede ser su hermana ¿o sí?

—Papá, ¿quién es ella? —mi padre me mira atonito mientras que la mujer se acerca a mí.

—Leah —ella me da una sonrisa cálida y yo me quedo en mi sitio sin dar gesto alguno, ella parece entenderlo porque se aclara la voz y habla—. Es normal que me mires así, no me conoces —ríe y me tiende su mano—. Mi nombre es Louisa y soy,

—Ella se va —mi padre se interpone entre nosotras y la mira furioso. ¿Qué demonios?

—¡Papá! —lo miro molesta, no tiene derecho a hacer algo como eso—. ¡Apartate!

—¡Ella se tiene que ir ahora!

—No te preocupes Leah —Louisa me mira ladeando la cabeza y sonríe—. Tu padre no logrará alcanzar su objetivo.

Sin más, toma su bolsa de la encimera y se marcha no sin antes decir unas últimas palabras dirigidas a mi padre —No querrás convertirte en su enemigo, Maximilian.

Miro la puerta anonada por la escena hasta que escucho a mi padre aclararse la garganta. ¿Quién diablos se cree que es para decirme con quién debo hablar y con quién no?

—Leah yo, —lo freno

—Ni se te ocurra decir nada, cada día me decepcionas más. Empezando por traicionar a mamá.

Subo las escaleras de vuelta a mi habitación y cierro la puerta. Estoy por encerrarme en el baño cuando mis ojos se enfocan en la llamada entrante de mi celular. Un tanto dudosa respondo.

—¿Diga?

—Suenas muy tensa, ¿quieres que te haga un masaje? —la voz de Theo llena mis oídos y creo tener un paro en ese instante. ¿Por qué me llama? ¿Cómo consiguió mi número? ¿Por qué demonios tiene ese efecto sobre mí?

—Th - Theo —digo nerviosa. Debo de verme tan patetica.

—¿Ocupada? —su voz es tan ronca que podría hacer a una mujer empaparse antes de hacer el amor.

Sacudo mi cabeza ante ese pensamiento y me aclaro la garganta. —No, no lo estoy.

—Bien, porque estoy frente a tu ventana —en ese preciso instante siento mi sangre subir a mis mejillas y bajar hacia otras partes. Rápidamente me dirijo a la ventana y confirmo lo que me ha dicho. Lleva su cabello negro desordenado, una camisa azúl que se amolda perfectamente a su torso, una chaqueta de cuero, jeans negros rasgados y unas botas gastadas. Se ve malditamente ardiente—. ¿Bajas?

—Da - dame un segundo —cuelgo y corro directo a mi armario sacando ropa sin parar. Honestamente no entendía porque me encontraba desesperada por lucir bien para Theo, pero no importaba. Había algo de él que me atraía y estaba dispuesta a averiguar que es.



Luego de diez interminables minutos y cinco de bajada por mi ventana, me encuentro frente a él apoyado en el Chevrolet.

—Estás sexy —me había decidido por unos jeans negros ajustados, un crop top rojo el cual lo cubría una chaqueta negra de cuero y mis botines negros. Sonreí para mí misma. Le había gustado—. ¿Subes?

—Sí —subo por el lado del copiloto y me acomodo. Una vez dentro lo miro y hablo—. ¿A dónde iremos?

—Espero a la princesa no la encierren en la torre por llevarla a un bar fuera de la ciudad —me guiña y arranca el auto.

Cumpliendo Promesas (EN EDICIÓN)Where stories live. Discover now