Leah¡La odio, la odio, la odio!.
Justo cuando no puedo sentir mi día peor, encuentro a mi padre abrazando a esa cualquiera. ¡La odio, lo odio!.
Paso la mayor parte de la noche acostada en mi cama llorando hasta que escucho que mi padre toca la puerta.
- Leah.- Escucho su voz quebrada.- Linda, ¿podemos hablar?.- Llena de furia le respondo.
- ¡NO!.- Grito.- ¡LARGATE!.
Sé que parezco una niña de 5 años pero no soporto la idea de tener a otra mujer que no sea mi madre en la familia. Él me prometió que jamás la cambiaría, menos por una tal por cual.
- Leah no me iré hasta que hablemos.- Escucho como sorbe por la nariz y por un momento creo que lo lastimo, pero no más de lo que él me lastima a mí.
- Entonces ahí te quedarás.- Digo molesta.
Pasan alrededor de 20 minutos cuando escucho al abuelo despertar a mi padre.
- Hijo, deja esto ya. Es ridículo lo que haces, necesitas dejar que procese todo.- Lloro ante las palabras de mi abuelo y me acerco a la puerta a escuchar.
- No quiero que esté molesta conmigo.- Murmura.
- No es fácil para Leah ver a otra mujer en la casa, hijo, no es fácil para nadie.
- ¡Pero es que yo no voy a abandonarla!.
Decidida a decirle lo que pienso abro la puerta y lo veo con los ojos hinchados.
- No, pero al dejar atrás el recuerdo de mi madre es como si me abandonaras.
Tomo mis tacones y mi bolsa para salir corriendo. Mi padre intenta detenerme pero cae por las escaleras. Por un momento dudo entre si detenerme o no pero sé que lo merece.
Camino un par de horas por la calle hasta que llego a un bar totalmente desconocido para mí y decido dar la vuelta, al hacerlo un chico oliendo a alcohol me detiene.
- ¿A dónde vas muñequita?.- Pregunta mirando mi cuerpo y siento la inmensa necesidad de correr.
¿Dónde me he metido?.
- Eso a ti no te importa.- Digo bruscamente y me suelto. Él al ver mi reacción se enfurece y me estampa contra la pared llamando la atención de los demás.
- A mí no me respondas así puta barata.- Su aliento a alcohol choca contra mi rostro y quiero vomitar. ¡Que alguien me ayude!.
- Sueltame.- Suplico tratando de soltarme.
- No, no hasta que te haga mía.- Restriega su asquerosa cosa contra mí y grito.
De pronto veo el puño de alguien viajar al rostro del tipo ebrio y este cae al suelo. Levanto mi vista hacia mi héroe y veo a un chico de cabellera negra bien recortada, ojos color verde, lígera barba alrededor de su mandíbula y una gran altura que lo acompañaba.
- ¡Maldito infeliz!.- El ebrio reacciona intentando darle una patada pero el chico se aparta con facilidad y lo inmoviliza en el suelo.
- Nunca más te atrevas a tocar a una mujer por estos lugares.- Susurra al oído del ebrio para luego estampar su cara contra el suelo.
Doy un lígero brinco al ver que se acerca a mí y me toma del brazo.
- Vete.- Escupe sin más.
- No sé donde estoy.- Digo limpiando las lagrimas que no sabía que habían salido.
- ¿Cómo coños llegaste aquí?.- Pregunta confundido y furioso al ver mi vestimenta. Debe creer que soy una ricachona.
Lo eres estúpida. Saco ese pensamiento de mi cabeza y sigo mirando al chico que espera una respuesta de mi parte.
- Caminé durante horas.- Respondo esperando que me ayude.
- Bien, vuelve por donde viniste.- Dice apartandose y caminando de regreso al bar.
Indignada y consternada por su respuesta chillo.
- ¡¿Qué no vas a ayudarme u ofrecerme un aventón?!.- El chico se vuelve hacia mí y niega.
- No soy un actor de película.- Se encoge de hombros.- Arreglatelas.
Veo como se aleja y grito de furia.
¡¿Qué pasa con los hombres en estos días?!.
Te salvó la vida. Molesta con mi propio cerebro comienzo a caminar en dirección a la que había caminado y oro porque no me salga otro loco.
Al llegar a mi casa noto que son las 3:00 am y me espanto. Van a matarme. Así tenga 27 años, si llego a esa hora mi padre me mata.
Entro con cuidado de no hacer ruido y subo las escaleras rogando porque la puerta de mi padre se encuentre cerrada, al notarla de esa forma doy palmadas en mi mente y entro a mi habitación.Sana y salva.
Me despierto por los toques en mi puerta y la voz de mi abuelita.
- ¿Leah?.- Escucho que toca de nuevo.- ¿Mi niña estás ahí?.- Entre dormida y despierta le respondo y me levanto para abrir.
- ¿Qué sucede?.- Digo adolorida por el golpe de anoche del tipo ebrio.
- Hay un chico abajo que te está buscando.- Dice sonriendo y por un momento deseo que sea el chico de anoche hasta que recuerdo lo patán que fue y que no sabe nada sobre mí.
- ¿Un chico?.- Pregunto confundida.
- Está preguntando por ti.
Bajo confundida por la alegría de mi abuela y me paralizo al ver a Derek en el umbral de mi puerta.
¿QUÉ DIABLOS HACE AQUÍ?.
- ¿Qué estás haciendo aquí?.- La sonrisa de su rostro se borra en un instante y me doy una bofetada mental.
- Vine a disculparme.- Sonríe de nuevo.- Creo que no fue correcto lo que mi padre hizo ayer y quiero arreglar las cosas.
- Derek, no tenías que venir a mi casa. Además, ¿cómo sabes dónde vivo?.
- Secretos.- Ríe y me muestra unas flores.- De verdad lamento lo que mi padre dijo en su empresa.
- ¿En su empresa?.
La voz de mi padre me hace sobresaltar y sé que me he metido en un enorme lío.
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Cumpliendo Promesas (EN EDICIÓN)
RomanceCuando Leah se topa nuevamente con Derek, el hijo de Christian Harris, un sentimiento nuevo aparece dentro de ella dejandola totalmente confundida y aturdida. En la busqueda de llenar el espacio vacío que dejó su madre al morir y de comprender sus n...