Capítulo Treinta y Nueve

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Derek

Salimos del auto y corremos en dirección a un restauran muy conocido por mi padre. Tomo la mano de Leah con tanta fuerza que escucho un quejido por su parte, pero no puedo evitarlo; la tengo toda para mí y no quiero soltarla.

—¡Derek, más despacio! —ella suelta una carcajada y mi corazón parece crecer al escucharla. El simple hecho de hacerla reír me hace anhelar tenerla cada día conmigo.

—¡Muero de hambre! —me excuso a la vez que entramos. La recepcionista nos ve entrar y me da una enorme sonrisa.

—Buenas tardes —la chica rubia nos mira con ternura y sé que cree que somos pareja—. ¿Les ofrezco una mesa?

—Por favor —asiento mientras poso mi mano en la cintura de Leah. La recepcionista asiente y nos pide que la sigamos.

Leah observa todo el restauran con adoración y yo sonrío. El lugar está ubicado en un gran campo y fue construido con ventanas, por lo que se puede apreciar toda la naturaleza que nos rodea. Los pisos están hechos de madera y sus muebles son sofás color crema, haciendo juego con las mesas y sillas del lugar. Todo parece estar en completo orden, lo que provoca un ambiente cómodo para Leah y para mí.

—Les ofrezco esta mesa que da vista al lago cerca de aquí —la joven nos señala la mesa y yo asiento mientras le tiendo unos billetes como propina.

—Gracias —le sonrío—. Es perfecta.

Ayudo a Leah a sentarse y ella me agradece el gesto. Me siento frente a ella y me dedico a observarla mientras esperamos al camarero. Ella imita mi acción, colocando sus manos en su barbilla como apoyo.

Creo que podría quedarme así para siempre.

Margaret

Observo mi reflejo en el espejo y aparece detrás de mí. Sonrío a la vez que volteo.

—¿Traes alguna noticia para mí? —tomo mi margarita de la mesita de noche.

—Christian se ha ido a ver a Maximilian y Mónica —responde—. Al parecer la chica no está en la ciudad —enarco una ceja.

—¿No está? —camino con cuidado hasta estar frente a frente.

—Se fue con Derek —se encoge de hombros—. Algún motivo de trabajo.

Sonrío, imaginando el infierno de vida que le espera luego de ese viaje. Leah Duncan cree que soy una rival fácil de vencer.

—Sería una lástima que su novio llegue a saber que está con mi nieto —le doy un sorbo a mi margarita mientras veo a mi ayudante.

—¿Dices que debería darse cuenta de que Leah puede estar siendo infiel? —sonríe y yo asiento.

—Quiero que Leah lo pierda todo, empezando por lo que la mantiene en pie —mascullo.

Esa maldita oportunista terminará en la tumba, igual que su madre.

Derek

Terminamos de comer y de disfrutar las vistas desde el restaurante, para luego emprender camino hacia la empresa. Leah va observando el paisaje por la ventanilla y mis ganas de besarla solo aumentan cada vez más.

—¿Te gusta? —le pregunto, tratando de hacer conversación y olvidar las ganas que tengo de estampar mis labios contra los suyos. Ella dirige la mirada hacia mí y asiente.

—Me encantaría vivir por aquí, ¿sabes? —ella sonríe—. Es tan tranquilo, podría acostumbrarme.

—Mereces ir a donde quieras, Leah —tomo su mano y le doy un beso, a lo que ella no se aparta. Quizá voy por buen camino.

—A veces siento que no —susurra mientras quita su mano con delicadeza—. Que debo quedarme donde estoy, por mamá y papá...

—Yo pienso que no —respondo—. Cada uno escoge su forma de vivir, nadie puede hacerlo por ti o por mí. Nadie puede tomar decisiones por nosotros que no le corresponden. Quizá podemos respetar sus opiniones, pero solo Dios y tú son responsables de lo que quieras para tu vida.

Leah me mira, absorbiendo cada palabra que sale de mi boca. Yo le doy una mirada rápida, para luego volver la vista a la carretera.

—Debes entender que tu vida es tuya y de nadie más. Puede que quieras hacer feliz a tu padre, pero la forma de hacerlo es apoyarlo y respetarlo, no renuciando a tus sueños —Leah asiente mientras vuelve la vista a la ventanilla. Al cabo de unos segundos habla...

—Gracias, Derek.


Finalmente llegamos a la empresa de la que mi padre hablaba. Se encuentra tan afuera de la ciudad, que ya ha anochecido. Leah y yo bajamos del auto, observando el enorme edificio frente a nosotros. Observo a mi compañera durante unos segundos antes de asentir y caminar hacia la entrada.

Nos registramos con la secretaria que estaba en el piso principal y ella nos indicó que ascensor debíamos tomar. Agradecimos su amabilidad y tomamos el camino que ya había señalado.

Salimos del ascensor directo a la sala de conferencias. Observamos el lugar con detalle y notamos que es bastante moderno. Al centro del piso está una mesa bastante larga con muchas sillas rodeándola. Leah abre la boca un poco sorprendida y yo la imito. Es bastante grande.

De pronto, de una puerta escondida, sale una figura masculina. Su cabello es totalmente negro, sus ojos azules y su piel bastante pálida. Él sonríe y nos recibe con una mano extendida. Leah la toma primero y luego yo.

—Buenas noches, señorita y caballero —él sonríe—. Soy Alexander Holder, empresario y abogado de la empresa en Nueva York. Estoy aquí para revisar la propuesta que tiene Christian Harris para nosotros, ¿ustedes la traen? —yo asiento a la vez que busco la carpeta. Leah sigue observando al hombre frente a nosotros, hasta que finalmente decide hablar.

—Leí una nota sobre usted —murmura—. Perdió a su prometida en Miami —Alexander se tensa en ese momento, pero recobra la postura inmediatamente.

—Así es... —Alexander intenta adivinar su nombre.

—Leah, Leah Duncan Williams —ella sonríe y él le corresponde la sonrisa.

—Leah, yo conocí a tu madre, fue mi compañera en la universidad. También tenía sus secretos bien guardados. —Leah suelta una risita y asiente.

—Mi madre era una mujer de muchos secretos, pero siempre me mantuvo segura gracias a ellos —un atisbo de tristeza pasa por el rostro de Leah, pero trata de no darle importancia.

De pronto, su celular suena anunciando que le ha llegado un texto. Ella se disculpa y lee el mensaje y a medida que lo va haciendo, su rostro va perdiendo color.

¿Qué está pasando?

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¿Alguien más sospecha que el mensaje tiene algo que ver con Margaret?

Un capítulo extra para que sientan la tensión jajajaja

Les invito a pasar por mis historias "Amor Criminal" "Escape" y mi diario "Un Diario No Peculiar" Sé que les encantará y puede que les ayude a conocerme más también.

Dios les bendiga y espero que hayan disfrutado de este nuevo capítulo.

Un voto porque Derek bese a Leah y un comentario porque Theo vaya en busca de su Julieta :D

Cumpliendo Promesas (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora