Capítulo Cincuenta y Siete

2K 122 3
                                    

Final

I Parte

Leah

El tiempo corre.

Vestido blanco.

Rosas blancas.

Un jardín de ensueño.

Theo.

Una unión para siempre.

Tick tock.

¡Hoy era el gran día!

—Voy a casarme —susurro—. No puedo creer que voy a casarme.

—Pues créelo, porque está sucediendo —Mónica me sonríe a través del espejo, mientras me ayuda a peinar mi cabello para el velo.

—Es increíble —sonrío.

Luego de leer la carta que mi madre escribió para mí, me hice la pregunta que ella misma había plasmado en el papel, y llegué a la conclusión de que realmente tenía que casarme con Theo.

Durante varias horas me planteé el ir a buscar a Derek, pero algo dentro de mí decía que era en vano, pues si no pudimos estar juntos tiempo atrás ¿Qué me hacía creer que ahora podríamos estarlo? Él y yo no estamos destinados a estar juntos; jamás podrá ser así, no mientras exista esa barrera invisible entre los Harris y Williams.

Yo tengo que pretender no sentir nada hacía Derek, hasta que se vuelva realidad, porque no podemos estar juntos. Nuestro amor es completamente prohibido y no podemos alimentarlo del odio de las demás personas o terminaremos igual que nuestros padres...

Destruidos.

—Mi lugar es al lado de Theo —murmuro para mí misma.

—¿Dijiste algo, corazón? —Mónica se detiene y me observa, esperando una respuesta por mi parte.

Estoy por decirle una pequeña mentira, cuando la puerta se abre, revelando la figura de mi tía Louisa, ceñida en el vestido azul que escogí para las damas de honor. Lleva su cabello suelto en ondas, dándole ese aspecto natural y desaliñado que bien la ha caracterizado.

—¡Hoy vas a casarte! —ella sonríe y se acerca a mí, lista para darme un abrazo.

—Lo sé —respondo—. Parece irreal.

Quiero que sea irreal, quiero una señal que me diga si estoy haciendo las cosas bien.

—Sé que estás nerviosa, pero créeme que eso pasará en cuanto veas a tu futuro esposo frente a ti —ella toma mis manos y me da una sonrisa completamente sincera—. Tu madre estaría completamente orgullosa de ti, lo sé.

Trago fuerte al escuchar esas palabras. ¿De verdad mi madre se sentiría orgullosa?

Yo siento que no.

Siento que estoy siendo cobarde y no tengo idea de porqué.

—Ven, vamos a prepararte.

Mi tía me lleva hacia el vestidor, donde mi precioso vestido de novia me espera para este gran paso. Entro a la gran habitación y jadeo al ver mi vestido frente a mí, como si fuese un recordatorio de que hoy mi apellido pasará a segundo plano y voy a pertenecer a Theo para siempre.

Porque nuestra unión es para siempre, hasta que la muerte nos separe.

—Dios, realmente necesito que estés aquí, mamá —cierro mis ojos y suelto un suspiro, tratando de controlar las lágrimas que amenazan por salir de mis ojos.

Cumpliendo Promesas (EN EDICIÓN)Where stories live. Discover now