CAPÍTULO 14

726 33 1
                                    

Narra Joe.

Sí, había escuchado todo lo que Nicholas le había dicho a Kevin. Y para ser sincero, no aguantaba más no poder hablarle a Anna. Si todo eso que había dicho Nick era verdad, entonces yo había actuado como un completo idiota con ella.

Kevin había insistido en que lo dejara pasar en mi habitación, hasta que finalmente cedí. Estuvo hablando conmigo y contándome lo que le había dicho Nick, aunque ya lo supiera. Honestamente su charla de "hermano mayor" me había echo reaccionar y sentirme mas culpable de lo que había hecho.

Después de que Kevin se fue, decidí quedarme esa noche en casa de mis padres. Hacia un tiempo que no lo hacia.

No pude pegar los ojos en toda la noche, estuve dando vueltas en mi cama. Tantas cosas me pasaban por la mente. No sabía si llamarla o no... Intenté llamar a Nick pero tenía su móvil apagado, cosa que era extraña.

Y no fue hasta que amaneció que decidí ir hasta su casa para hablar con él. No había dormido nada en lo absoluto. Pase a comprar un café para poder mantenerme despierto durante la mañana. Tomé mi móvil e intenté llamar a Nick nuevamente pero nada, no atendía.

Llegué a su casa y toqué su timbre varias veces. Pensé en lo peor… ¿Y si había tenido una de sus bajas de insulina?

-¡Nicholas! –exclamé al entrar a su casa inmediatamente. Nick y yo nos habíamos intercambiado una llave de cada una de nuestras casas, en casos de emergencia.

Busqué por toda su casa hasta llegar a su habitación cayendo en cuenta de algo: Nick no había pasado la noche en casa.

Y ya creía saber con quien estaba...

Narra Nick.

Nunca había encontrado el piso de un hospital tan cómodo para dormir. Tampoco es que era la octava maravilla del mundo, pero no me quejaba.

Anna había dormido apoyada en mí toda la noche. Hasta que la enfermera nos despertó a ambos.

-Buenos días, dormilones –canturreó en voz baja. La miré con los ojos entrecerrados, esbozándole una sonrisa mientras Anna se frotaba los ojos intentando adaptarse a la luz.

-Buenos días –contestó Anna con voz gangosa. Luego me miró y sonrió.

-Mis amores, disculpen que los despierte pero tienen que desalojar el pasillo. El doctor que verá a tu hermano llegará en cualquier momento –nos dijo. Anna y yo nos levantamos del piso rápidamente.

-¿Como ha estado Matt? –le preguntó Anna, preocupada.

-Él está igual que anoche. Aunque su ritmo cardiaco ha estado estable durante toda la noche –contestó antes de irse. Eso significaba que estaba recuperándose.

-¿Crees que mi hermano va a estar bien? –me preguntó Anna mirándome fijamente.

-Por supuesto que sí, linda. Poco a poco irá mejorando –le dije abrazándola brevemente. Ella me sonrió, y ambos nos dispusimos en ir a la sala de espera.

A esa hora casi no había gente allí, así que por suerte encontramos toda la sala vacía teniendo la libertad de sentarnos en cualquiera de los muebles.

-Nick, si quieres ve a tu casa y descansa un poco –me dijo Anna luego de un rato. La mire sobresaltado.

-¿Qué, y dejarte sola aquí? No me lo permitiría –le dije. Ella siguió insistiendo en que debía irme a descansar.

-Pero Nick, ve a darte una ducha y descansas un rato. Yo estaré bien aquí, te lo prometo –me dijo, finalmente convenciéndome. Suspiré por lo bajo.

All I Ever WantedWhere stories live. Discover now