CAPÍTULO 32

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Narra Joe.

-¡Joe, apúrate o llegaras tarde! –me gritó Nick por quinta vez desde la sala. Pero yo no encontraba mi otro zapato. Ya había puesto toda mi habitación patas arriba, literalmente, y este no aparecía.

-¡No consigo mi otro zapato! –le contesté.

-¡Pues, ponte unos míos!

-No, tú tienes el pie más pequeño –le dije. Y entonces hubo un silencio. Me reí por lo bajo.

-¿Has ido a revisar en el baño por casualidad? –apareció él de repente parado en la puerta de mi habitación. Y tenía cara de pocos amigos. Nick era muy competitivo hasta por el tamaño del pie.

Fui inmediatamente al baño, y justo ahí estaba. No sé como fue a parar a ese lugar, pero no quería darle más vueltas al asunto.

Me coloqué el dicho zapato, me arregle el cabello rápidamente frente al espejo y salí.

Listo.

-Matt nos está esperando abajo, vamos –me avisó Nick, y ambos bajamos lo más rápido posible.

Mientras iba en el ascensor chequeé mentalmente por si algo se me quedaba, y no, todo listo para ver a mi Anna.

-¡Joe, Nick, que tal todo! –nos saludó Matt apenas nos vio.

-¡Matt, cuanto tiempo! –le dije, dándole unas palmadas en la espalda como saludo.

-¡Vaya amigo, te has recuperado bastante bien! –le dijo Nick, chocando de manos con él.

-Sí, he estado mucho mejor desde hace tanto –le contestó él.

Siempre que estoy nervioso me da por hablar más de lo normal, pero esta vez ni siquiera podía hablar. Pero al parecer Nick y Matt si tenían muchas ganas de hablar y me estaban desesperando.

-Esto… ¿Nos podemos ir ya? –les interrumpí a ambos.

-¡Claro, cierto, vamos ya! –dijo Matt, y los tres caminamos un poco la calle hasta encontrar un taxi que nos llevaría.

Aún no me he casado, ni nada, pero puedo asegurar que como me sentía yo, así deben sentirse los novios cuando van camino a la iglesia.

Narra Anna.

La noche avanzaba y cada vez la fiesta se ponía mejor. La banda no resultó ser una banda, sino nada más y nada menos que este famoso DJ, Calvin Harris, y eso bastó para que todo el salón se activara al cien porciento. Fue totalmente brutal. Había bailado muchísimo con Tomas durante todo el rato y ambos la estábamos pasando bien. Pero ya me estaban empezando a doler los pies, por lo que decidí irme a sentar.

-¿Quieres algo de tomar? –me preguntó de repente Tomas.

-No, gracias. Con agua estoy bien –le dije esbozándole una sonrisa.

-Está bien –me dijo. –Eh… iré por algo de comer, ya regreso.

Mientras me servía un poco de agua en mi vaso, por poco no derramo esta cuando mi teléfono comenzó a sonar y era Joe quien me llamaba. Sentí un revoleteo en mi estómago.

¿Joe llamándome? ¿A estas hora?

Deje de hacerme preguntas y contesté inmediatamente.

-¡Joe! –le dije intentando alzar mi voz por encima de la música.

-¡Anna! –dijo animado. –¿Qué haces, por qué se escucha tanta música? –me preguntó. Fruncí el ceño.

¿Ya no se importaba tanto por mí como antes?

All I Ever WantedWhere stories live. Discover now