CAPÍTULO 40

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Narra Nick.

La verdad es que no pude descansar ni un poco.

No podía dejar de pensar en las cosas que había hecho, sobre todo lo de besar a Anna. Por un lado me sentía bien de haberlo hecho, pero por otro lado me sentía la peor basura del planeta.

Estaba acostado en el borde de la gran cama, boca arriba y con apenas algo de claridad en la habitación por las luces de los otros edificios que se colaban por las cortinas. De lo que si estaba seguro es que mi ebriedad se había desaparecido por completo. No podía dejar de darle vueltas a todo lo que pasó. Sentía que había estado engañando a mis dos mejores amigos.

Luego de unos minutos, decidí salir para aclarar las cosas con Anna. Debía disculparme con ella por haber actuado como un tonto y egoísta.

Anna se encontraba acostada en el sofá. Me acerqué lentamente a ella sin hacer ruido, pero ella al notar mi presencia, se incorporó rápidamente, sentándose. Sabía que yo debía hablar primero, y eso hice.

-Yo… Anna, quiero pedirte disculpas por lo que hice anteriormente, fui un idiota –apenas dije en voz baja, aún apenado.

-No te preocupes –me contestó con el mismo tono de voz que el mío. Luego hizo un espacio en el sofá y me señaló para que me sentara junto a ella.

Lo hice, pero a una distancia prudencial. No quería ir tan rápido todavía.

-Quiero pedirte una cosa… –le dije y ella asintió con la cabeza para que continuara. –No le cuentes nunca a Joe sobre nuestro… beso –esta última palabra la dije casi en un susurro. Pude sentir como Anna se reía por lo bajo. Levanté mi mirada para dar con su rostro iluminado con su tierna sonrisa.

-No te preocupes, será nuestro secreto de mejores amigos –contestó ella soltando unas risas, y me estrechó su meñique para entrelazarlo con el mío. Le sonreí de vuelta.

Pinky Promise.

-Creo que deberíamos ir a dormir, te ves muy cansada –dije, luego de que Anna soltara un pequeño bostezo. Y para ser sincero, yo también tenia un poco de sueño.

-Un poco –contestó ella. –Aunque todavía estoy preocupada por Joe. Hace mucho que salió a llevar a Ivy con Michael, y no contesta mis llamadas –espetó. Y se notaba en su voz cuan desanimada estaba por eso. Debía retomar mi papel de mejor amigo.

-No te preocupes, seguramente estén en casa de Mikey y luego te regrese las llamadas –le comenté seguro de eso. Anna asintió mas animada, y sin esperármelo, apoyo su cabeza en uno de mis hombros y abrazó mi brazo como si se tratara de un peluche.

-Pase lo que pase siempre serás mi mejor amigo –me dijo con voz gangosa. Asentí sin decir nada, pero con una gran sonrisa en mi rostro.

Un rato después, cargué a Anna hasta su cama porque se había quedado dormida sobre mi hombro. Luego yo me acosté en aquel sofá y esperar a que amaneciera para irme.

Narra Joe.

La idea de llevar a Ivy a su “casa” había sido la peor decisión de todas.

Ella iba tan ebria que no sabia a donde ir.

Yo iba tan ebrio que no recuerdo absolutamente nada, y ni siquiera se como demonios llegué a mi casa anoche, ni mucho men…

¡¿Qué hacia Ivy en mi cama?!

Me levanté exaltado al notar la presencia de ella junto a mí.

-¿Qué haces aquí? –exclamé alterado y confundido, haciendo que ella se despertara de inmediato. Y fue cuando pude notar que ella estaba desnuda.

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