CAPÍTULO 29

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Narra Anna.

En verdad me hacia falta mi mejor amigo. Nick siempre sabía como hacerme sentir mejor, aunque a veces fuese extraño.

Ojo, en el buen sentido de la palabra.

Era divertido caminar con Nick por las calles de Manhattan. Lo bueno de Nueva York, era que a diferencia de Los Angeles, aquí había suficiente gente y te podías perder fácilmente entre la multitud, y sin ser acorralado por estar caminando junto a un Jonas Brother.

-Nadie me reconoce –espetó Nick mientras caminaba a mi lado. –Tienes que reconocer que mi disfraz es el mejor de todos –dijo con aires de superioridad.

-Claro, por supuesto. Seguramente esos lentes te vuelven invisible –le contesté sarcásticamente. Nick me bufó por lo bajo, y continuó caminando rígidamente.

-Estás celosa porque tengo lentes y tú no –se defendió. Solté una risa irónica.

-¡Por supuesto, Nicholas! –exclamé de la misma manera. –Además, el famoso aquí eres tú, no yo. Yo puedo caminar como sea, e igual seré insignificante ante la gente.

-Eso lo dices ahora –me dijo. –Ya te veré en unos meses –concluyó. Pase por alto su comentario, y me concentre en caminar.

Me encantaba lo casual que podría llegar a ser Nick. No importaba el lugar, pero si llevaba puesto unos lentes de sol y un sombrero, él podría llegar a creerse hasta el propio presidente de los Estados Unidos.

Continuamos caminando por toda la 5th Avenida, de tienda en tienda, hasta que finalmente entramos a una y encontré el vestido perfecto.

-¡Es hermoso! –exclamé emocionada mientras tenía puesto el vestido y se lo mostraba a Nicholas. Era rosa viejo, bastante ceñido al cuerpo, con una decoración de piedras brillantes en el escote.

-Pareces una princesa –me dijo Nick al verme con una sonrisa en su rostro. No pude evitar sonrojarme.

-¡Gracias! –le dije, y fui a cambiarme nuevamente para ir pagarlo después.

-Te tengo una propuesta –anunció Nick una vez que salimos de la tienda.

-Dila –le contesté inmediatamente.

-¿Quieres venir a cenar en mi nuevo apartamento? –me preguntó, y automáticamente acepte. Ya era tarde, por lo que tenía un hambre descomunal.

El apartamento de Nick no quedaba muy lejos de donde estábamos, quedaba a unas cuantas cuadras cerca de Chelsea, de todas formas nos tuvimos que ir en taxi porque estaba anocheciendo.

-Seguramente ya debes conocerme perfectamente, pero apuesto que no sabes una última cosa acerca de mí –dijo Nick mientras entrabamos a su casa.

-¿Qué cosa, Nick? –le pregunte divertida. Él esbozo una sonrisa a medio lado, y se dirigió directamente a la cocina.

-A que no sabes que soy un excelente chef –aseguró y se dispuso a sacar los implementos necesarios para cocinar. Mi única respuesta fue reírme fuertemente y por último añadí:

-Demuéstramelo.

Una cosa que también sabía de mi mejor amigo, es que era sumamente competitivo. Deje mi bolsa con mis compras sobre el mueble de la sala de Nick, y me senté frente a él en la barra de su cocina.

-¿Estarás simplemente viéndome mientras cocina? –me pregunto Nick, sacándome de mis pensamientos, rompiendo el silencio. Asentí, sin más.

-¿Tengo alguna otra opción? –le pregunté encogiéndome de hombros. Este como respuesta, se limpio las manos, tomó su teléfono, marcó rápidamente y luego lo puso sobre la barra. El teléfono repico al menos cuatro veces, y luego la voz de Joe se escucho por el altavoz. Miré a Nick pasmada.

-¡Hola hermano!–le dijo Nick a este.

-¡Nick, como te va por allá! –le preguntó Joe con una voz enérgica. Me sorprendía escuchar a Joe así, y me gustaba.

-¡Genial! –le respondió. –¡Oye, te tengo una sorpresa! –le dijo a su hermano, y luego casi en un susurro me ordeno que dijera “hola”.

Apenas y podía abrir la boca. No me salían las palabras.

-¡A ver! –contestó Joe impaciente.

-Es casi imposible que puedas ver una sorpresa por teléfono –le contesté espontáneamente.

Hubo un segundo de silencio. Por lo que pensé que la había molestado con Joe. Pero luego este pareció reaccionar.

-¡Mi amor!... ¿Cómo… cómo… tú y Nick –exclamó Joe atropellando las palabras –¿Cómo es que tu y Nick están juntos?

-¡Coincidencias de la vida!–gritó Nick mientras volteaba unas tortillas. Yo me reí por la reacción de Joe.

-¡Te extraño tanto! –me dijo un poco menos exaltado.

-¡Y yo a ti, no sabes cuanto! –le respondí.

-Oye Nick, cuida de Anna o si no te las verás conmigo –le advirtió Joe a su hermano menor. Este último se rio por lo bajo.

-Vale hermano, tranquilo. Hasta los momentos ningún chico se le ha acercado –le contestó este.

-Moriría por estar allá en este momento –soltó Joe repentinamente. Suspiré vagamente.

-¿Cuándo vendrás a Nueva York? –le pregunté esperanzada. Joseph volvió a atropellar sus propias palabras. Nick se detuvo por un momento y miro expectante su teléfono esperando la respuesta de su hermano, al igual que yo lo hacia.

-Yo… Yo no lo sé aún. Tengo que ir a Hawaii en unos días por un mes… para… para grabar unas nuevas pistas para el álbum –espetó convencido. Suspiré nuevamente, sin esperanzas algunas.

Narra Nick.

¿Hawaii por un mes para grabar unas pistas?

Que mala excusa, Joe.

No me quedo de otra que reírme descontroladamente por semejante respuesta de mi hermano. Joe era un personaje.

En cambio Anna, pareció convencida sobre esto porque se notaba decepcionada. Me sentí mal por ella. Y gracias al Señor que Joe le cambio de tema, por lo que pareció subirle el animo un poco.

-¿Qué hay de nuevo sobre el baile de graduación? –le preguntó Joe a Anna. Sabia lo que ella pensaba, quizás se sentía insegura en si contarle lo de su pareja o no. Y era así. Esta me miro fijamente, buscando mi aprobación y asentí con la cabeza.

-Todo va bien. Decidí ir con mi amigo de clases, Tomas –le dijo sonando más relajada. –Hoy fui con Nicholas a comprarme mi vestido –continuó.

Joe al escuchar esto, pareció volverse loco porque no dejaba de repetirle lo “hermosa que seguro se veía en el”; “lo emocionado que estaba por ella”; y casi mete la pata al decir que “no podía esperar que llegara el viernes” pero luego lo arreglo diciéndole que “esperaba que le enviara fotos”

-Te enviaré todas las fotos que pueda –le dijo Anna riendo.

-Hermano, tengo que colgar –le interrumpí a ambos. –La cena está casi lista, y estoy apunto de demostrarle a tu novia el excelente chef que soy –le dije mirando a Anna de reojo, y esta nuevamente puso los ojos en blanco.

-¡Está bien hermano, trata de no enfermarla! –dijo entre risas y con esto Anna se rió con él. Fruncí el ceño.

-¡Adiós, te quiero! –añadió Anna finalmente y le colgó.

All I Ever WantedTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon