All I Ever Wanted

CAPÍTULO 25

Narra Anna.

Al día siguiente, me levante más temprano de lo habitual. Me fije en la cama de al lado, donde se supone que dormía mi hermano, pero no estaba.

Me extrañé un poco porque anoche cuando llegue de caminar, tampoco estaba en la habitación.

Luego de mi rutina matutina en el baño, me dirigí a la cocina y cuando me acerque a la barra, me di cuenta que sobre esta había una nota.

"Estoy abajo esperándote para el desayuno. No te tardes dormilona. –Matt"

Chequeé la hora en el reloj de la cocina y no era tan temprano como pensaba: Diez y treinta para ser exacta.

No me tarde mucho en arreglarme y salí de inmediato hacia el restaurante del hotel. Apenas entré, Matt me hizo señas desde una mesa al fondo.

Y no estaba solo, estaba con papá.

-Basta de tonterías, Anna. Compórtate –me aviso mi subconsciente. Suspiré profundamente y me acerque con una "sonrisa" en mi rostro.

La caminata de ayer me había ayudado a recapacitar y a tratar de entender un poco a mi padre.

-Buenos días, hija. Espero que hayas dormido bien –me dijo papá mientras yo me sentaba. La mesa era para tres, así que solo éramos nosotros.

-Si lo hice, gracias –le contesté esbozándole una sonrisa torcida. Matt me observo significante de reojo.

-Hola hermanita, sí, yo estoy bien –exclamó este sarcásticamente. Puse los ojos en blanco y luego me acerqué a él y le plante un beso en su mejilla. –Así me gusta –dijo devolviéndome el gesto.

Nuestro padre nos miraba a ambos con cierto brillo en sus ojos, como siempre lo hacía. Extrañaba eso de él. Luego tomo un poco de su café y carraspeó por lo bajo para hablar.

-Anna... –espetó, haciendo que posara mi atención en él. –Con respecto a lo de ayer yo...

-No te preocupes papá, yo lo entiendo –le interrumpí antes de que siguiera hablando. –Quiero disculparme contigo por mi actitud y...

-Yo soy el que tiene que disculparse –ahora él fue quien me interrumpió. –Lamento no habértelo dicho antes y se que a ambos les tomo por sorpresa, pero quiero todo lo mejor para ustedes –nos dijo, para luego ponerse de pie a mi lado y me cubrió con un fuerte abrazo.

Me puse de pie para lograr alcanzarlo y le dije:

-Te amo, papá.

-Yo también, hija, yo también –contestó haciendo su abrazo mas confortable.

Matt nos miro a los dos con cara de extraño, y yo agradecía que no hubiera más nadie en el restaurante porque hubiese sido un momento incómodo.

-Ahora hablemos de su nueva vida aquí –retomo papá la conversación. Antes de continuar me lanzo una mirada como asegurándose de que estaba bien hablar sobre eso, y asentí.

No quería causar más problemas.

–Matt, se que en pocos meses tenias pensando entrar en UCLA... –mi hermano asintió confundido. –¡Déjame darte la noticia de que ahora serás parte de la Universidad de Columbia! –exclamó papá, y Matt por poco no escupía su jugo.

-Espera... ¿Lo dices en serio, papá? –le pregunto Matt, atónito. Mi papá asintió y la cara de mi hermano era un poema. –¡No lo puedo creer! Es la mejor noticia que he recibido en mi vida –reaccionó luego de un par de segundos y se levanto de su silla para abrazar a mi papá.