CAPÍTULO 16

757 32 0
                                    

Narra Anna.

-Pa… Papá –balbuceé al verlo. Él estaba parado frente a mí, esbozando una sonrisa y se notaba bastante preocupado. Pensé que había visto mi escena con Joe, pero no lo hizo. Me había asustado toda, literalmente.

No me esperaba verlo ahí; es decir, había olvidado por completo en avisarle sobre el accidente de Matt.

-¿Hija, estás bien? ¿Matt está bien? ¿Puedo verlo? –se acercó a mi para abrazarme, totalmente preocupado. Miré a Joe por encima del hombro de mi papá. Él se mantenía un poco distante y parecía estar apenado.

-No te preocupes, papá. Siento mucho no avisarte antes, no me había dado tiempo. Él esta en su habitación, y ya se encuentra mucho mejor –le dije. Soltó un gran suspiro al escuchar eso.

-Tranquila, Anna. Llamé a casa esta mañana y Pattie me contó todo. Tuve que agarrar un vuelo de inmediato hasta acá –me dijo él tomando mis manos y besándolas, como siempre lo hacia. Le sonreí.

-Hola, señor Saldford –se acercó Joseph finalmente para saludarlo.

-Jonas, ¿como te va? –le contestó él, dándole unas palmadas en el hombro. –Gracias por acompañar a mi hija –dicho esto, nos miro a ambos con cierta pillería. Y como siempre mis mejillas fueron las primeras en reaccionar, poniéndose rojas inmediatamente.

-Bien, ya todo está bajo control. Matt está completamente fuera de peligro –anunció el doctor Hoffman, saliendo de la habitación. –Ya pueden entrar a verlo.

Mi papá fue detrás del doctor, quizás para que le aclarara algunas cosas. Mientras que Joseph y yo nos animamos en entrar a la habitación nuevamente.

Cuando estuvimos ahí dentro, me encontré con un Matt totalmente recuperado. Se veía mucho mejor que antes, aunque aun seguía estando débil.

-¡Vaya, te ves mejor Matt! –exclamé. Él sonrió, y luego fijó su mirada entre la mano de Joe y mía entrelazada.

-No tan bien como tú, hermanita –contestó forzando un poco su voz. –… Pero sí, ya estoy mucho mejor –sonrió con picardía. Lo cual hizo que me soltara inmediatamente de la mano de Joe y me acercara a él para darle un fuerte abrazo.

-No me vuelvas a dar estos sustos nunca más –le repetí abrazándolo con sutileza. –Te quiero, Matt –le di un beso en su mejilla.

-Si, lo sé, yo también te quiero –contestó, quejándose un poco. Solté unas risas por su cara mosqueada.

-Vaya susto nos pegaste, Matt –le dijo Joe, dándole una débil palmada en su pierna.

-Joe, que gusto volver a verte –dijo Matt, girando su cabeza para verme y guiñándome el ojo.

En eso, tocaron la puerta suave y firme.

-¡Adelante! –exclamó Joe.

-¿Todo bien por aquí? –dijeron abriendo la puerta lentamente, y unos hermosos rulos aparecieron tras de si.

-¡Nicholas! –exclamé, sonriéndole pletórica. Me sentía completa estando con ellos tres juntos.

Nick se acercó y se colocó al lado de su hermano.

-Por lo visto ya tu hermano está bien, Anna –me dijo. Asentí animada. –Un placer conocerte, Matt, soy Nick –le dijo él a mi hermano.

-Es un gran gusto conocerte a ti, Nick –le contestó Matt, con la voz un poco débil.

Luego Nicholas se dispuso a hablar con Joe, lo cual no logre escuchar y decidí no meter mi nariz donde no debía.

Narra Nick.

En el camino al hospital iba muy preocupado. Tanto de Matt, como de Joseph.

-Ojalá Joe haya hecho lo correcto –me dije a mi mismo cuando por fin estacioné. Velozmente me dirigí a la recepción a preguntar por Matt, dándome una excelente noticia.

-El joven Saldford ya se encuentra fuera de peligro, y lo han trasladado a la habitación 512 –me indicó la recepcionista, al mismo tiempo que me señalaba el pasillo al cual debía dirigirme.

Al estar frente a la habitación toque la puerta suavemente, y una voz conocida me hizo despreocuparme totalmente. Cuando entré, ahí estaba el cabeza dura de Joe. Anna al verme, me dedicó una sonrisa y procedió a presentarme a su hermano.

-Pensé que no habías captado mis indirectas –le dije a Joe en voz baja, en el momento que Anna estaba distraída con su hermano.

-No creas que soy tan lento así, Nicholas –contestó él de igual manera. –Aun así, gracias hermano –dijo, dándome una palmada en la espalda.

-… Nick se quedó toda la noche conmigo. En serio, no sé que hubiera hecho sin él –le dijo Anna a Matt. Me sobresalté, sonrojado.

-No tienes porque agradecerme, Anna –le respondí, esbozándole una sonrisa.

-No, muchas gracias, Nick. En verdad –dijo Matt haciendo un pequeño esfuerzo en su voz. Me quedé callado sin decirles nada. Me sentía bendecido de conocer a personas como ellos.

Luego de un rato, estuvimos charlando todos sobre todo un poco. Joe se notaba algo nervioso y pesqué unas que otras miraditas entre Anna y él. Algo había pasado entre estos dos tortolos.

Narra Joe.

Todos charlábamos muy a gusto en la habitación, pero la idea de aquel casi beso no salía de mi cabeza.

¿Y si se hubiese dado? ¿Y si la hubiese besado?

-Mierda –me quejé por lo bajo. Tenia que hacerlo. Me moría por dárselo. El sólo pensar en besar sus tiernos labios, me hacia erizar la piel.

Pero tampoco salía de mi cabeza era su papá al llegar.

¿Se habrá dado cuenta de eso?

Tan solo pensar en esa idea, me aterrorizaba.

-Bueno, todo está de maravilla –exclamó el señor Saldford entrando a la habitación, sobresaltándome.

-¡Que bien! ¿Y cuando se irá a casa? –le preguntó Anna conmocionada.

-Mañana mismo –contestó él. Matt sonrió.

-Genial, no me gusta estar aquí. Odio los hospitales –dijo Matt, quejándose. Todos reímos.

-Joe… –dijo el señor Saldford. Mi corazón se detuvo por un segundo.

Listo, seguramente me iba a decir que porque intenté besar a su hija y quizás me quería a diez metros lejos de ella.

¿Estaba siendo exagerado o no?

-Diga –le contesté tragando en seco.

-¿Sera que puedes llevar a Anna a casa ahora mismo? –me preguntó. Asentí rápidamente, sin pensarlo dos veces.

-Por supuesto, no hay ningún problema. La dejaré sana y salva en su casa como siempre –le hice saber al señor Saldford, y este me devolvió una sonrisa un tanto secuaz, la cual no entendí el porqué.

-Papá, no. No me moveré de aquí –se quejó Anna inmediatamente. –Matt me necesita, él todavía esta débil –dijo con tono de preocupación.

-Tranquila, hermana. Debes ir a descansar. ¿No escuchaste a papá? Ya estoy mucho mejor y mañana regresaré a casa –le dijo Matt, tratando de calmarla un poco. Anna dudó por un segundo pero luego aceptó, regalándole una sonrisa a su hermano.

-Sí, es mejor que te llevemos. Necesitas descansar –le dijo Nick a ella. Ella asintió aprisa.

-Está bien, ustedes ganan. Vamos –nos dijo más animada. Nick y yo asentimos. Nos despedimos de su papá y de Matt, y luego nos encaminamos al estacionamiento para que cada uno se fuese en su auto.

Por supuesto, Anna venía conmigo.

All I Ever Wantedحيث تعيش القصص. اكتشف الآن