CAPÍTULO 17

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Narra Joe.

Durante el camino a su casa fue un poco silencioso. Ella estaba concentrada observando a través de la ventana del auto, mientras que yo intentaba concentrarme en la carretera. De vez en cuando, posaba mi mirada en ella... Se veía hermosa así, sin siquiera hacer nada.

Todavía no podía sacar de mi pensamiento ese casi beso.

-¡Llegamos! –anuncié finalmente, estacionándome frente a su casa. Nick se estacionó continuamente a mí. Bajé rápidamente a abrirle la puerta.

-Vaya, pero que caballero eres –exclamó ella viéndome de manera divertida.

-Siempre lo soy –contesté con aires de grandeza. –Pero lo más importante es que la princesa ya está en su castillo como lo prometí –le dije haciéndole una pequeña reverencia un tanto ridícula, y la ayude a bajar. Anna se rió ligeramente, para luego negar con la cabeza como dejándome por un caso perdido.

-De verdad que estás loco, Joseph –me dijo cuando se bajó.

-¿Te he dicho que te ves hermosa cuando sonríes? –le dije tomando su barbilla, haciendo que me mirara fijamente a los ojos. Ella comenzó a sonrojarse notablemente.

-¿Todo bien? –dijo Nick acercándose a nosotros, arruinando el momento.

-¿Sera que alguna vez nos iban a permitir un momento en paz y a solas? –maldije entre dientes muy por lo bajo, sin que ninguno de los dos me escuchara.

En verdad, era como una especie de karma o algo así que siempre me impedía besar a Anna.

-Sí… ¡Todo bien! –exclamó Anna titubeando un poco –¿Quieren pasar? No me pensaran dejar sola… –dijo haciendo pucheritos. ¡Y como negarnos a eso!

Nick y yo asentimos rápidamente, siguiéndola.

-¿No te gustaría escaparte conmigo a donde nadie nos vea, ni interrumpa? –le susurré a Anna en el oído mientras caminábamos hacia su puerta. Ella soltó un respingo, y se limitó en reír simplemente.

Caminé detrás de ella con las manos metidas en mis bolsillos. Me sentía el hombre más feliz del mundo con ella a mi lado. Estaba tan agradecido por haberla conocido aquel día…

-Suban a mi habitación si quieren, mientras voy a la cocina y busco algo de comer –nos dijo ella una vez dentro de su casa.

-¿No necesitas ayuda? –le preguntó Nicholas. Ella negó rápidamente.

-No, no, le diré a Pattie que me ayude. Ustedes no se preocupen –contestó, desapareciendo rápidamente. Quizás con eso se distraía un poco. Se veía muy contenta.

-Esto… ¿Cual es la habitación de Anna? –le pregunté a Nicholas justo antes de subir.

-Sígueme –se limitó en contestar. Y en poco segundos llegamos a esta.

Nicholas entró con confianza, sentándose cómodamente en un sofá. Yo sólo me limité en observar la delicadeza y orden de su habitación. Todo era tal cual como ella. Olía su perfume esparcido por toda la habitación.

Podía perfectamente asociar ese lugar con el paraíso.

-Ya veo que conoces perfectamente su casa, Nicholas –le dije a mi hermano, como quien no quiere la cosa. Y la verdad no me importaba que lo hiciera, solamente quería molestar a Nick un poco.

-Oh, claro que sí. Si quieres puedes sentarte en ese sofá que está allá; es su favorito y quizás lo adore aún mas si tu te sientas en él –contestó siendo completamente irónico. Le lancé una mirada aniquiladora. –¡Vamos, Joseph! No vengas a montar una escena de celos aquí. –dijo tomando el papel del "señor justo".

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