CAPÍTULO 42

459 26 0
                                    

Narra Anna.

Apenas me levanté ese día en la mañana tuve la extraña sensación que da cuando sabes que no será un gran día. A pesar de que debía serlo.

¡Sería el concierto de los Jonas Brothers! Y me sentía nuevamente tan emocionada como todas las fanáticas, probablemente.

Dejando a un lado toda esa sensación desconocida, salí de mi cama con una gran sonrisa en mi rostro pero al parecer estaba sola en casa porque en la cama de al lado Ivy no estaba.

Y estuve en lo cierto al darme cuenta que en el resto de la casa tampoco había nadie.

Llamé a mi hermano para asegurarme dónde estaba.

-¿Matt, a dónde han ido todos? –le pregunté apenas me contestó.

-Buen día a ti también, hermanita –enfatizó, por lo que rodé mis ojos en blanco –Y con respecto a tu duda, Ivy salió temprano pero no tengo idea a donde ha ido; Papá y Juliet perdieron su vuelo anoche por lo que de seguro deben llegar en lo que resta de mañana; y yo estoy por llegar a verme con mamá, no te desperté porque…

-No importa eso… –le interrumpí antes de que siguiera. Agradecía internamente el no haberme despertado. –Saludos a mamá –dije, y le colgué sin esperar respuesta de su parte.

Fruncí el gesto, pensativa. Matt siempre ha sido un corderito frente a mamá. Siempre había sido el hijo ejemplar para ella.

Lo que sea…

Dejé esos pensamientos a un lado y opté en llamar a Joe. Seguramente podía hacer algo divertido con él durante la mañana.

-¡Hola amor! –me contestó él con un tono alegre.

-¿Joseph, dónde estas? Ya te extraño –le dije fingiendo voz de niña abandonada.

-Estoy camino a tu casa, llego en cinco minutos –respondió él entre risas y me fue inevitable no soltar un grito agudo de alegría.

-¡Está bien, apúrate, un beso! –le dije mientras le colgaba y corrí inmediatamente al baño para darle un chequeo rápido a mi vestimenta.

Justamente y como había dicho, cinco minutos después el timbre de mi casa sonó. Era Joe. Apenas le abrí la puerta, me lancé en sus brazos y le di un tierno beso en sus labios.

-¡Estas hermosa hoy! –espetó él, pasando por fin. Le sonreí.

-A quien tratas de engañar, Joseph, apenas y logré peinar mi cabello.

-Pues, a mi me gustas más así.

-Parezco un monstruo –le repliqué mientras caminaba a la cocina y él me seguía.

-A mi me sigues gustando asi de fea como un monstruo –dijo él, y me detuve para voltearme y darle un pequeño golpe en su hombro. –Sólo bromeaba –se quejó él. Me reí.

Entre risas y tonterías que hacia él, preparamos juntos el desayuno. Ya era una costumbre que Joseph se ofreciera en hacerlo y la final siempre terminaba haciendo lo mismo: Crêpes con jarabe de miel o fresas. En este caso, cambió el jarabe por la Nutella. Mientras comíamos llegó Ivy, nos miró con su “cara de pocos amigos” y siguió hasta nuestra habitación.

Este embarazo la tenía bastante bipolar.

-¿Qué le pasa a Ivy? –me preguntó Joe, quizás extrañado por la reacción de ella. No estaba segura si debía contarle acerca de su embarazo, pero supuse que igual Mikey se lo contaría, asi que lo hice de todos modos.

-Está embarazada –solté mientras me terminaba de comer una tortilla. La cara de Joe fue de total asombro.

-¡Wow, eso es… bueno! Supongo… –dijo él aún anonadado. Asentí. Luego el rostro de Joe cambió y me miró vacilante –¿Te imaginas cuando nosotros tengamos nuestro primer bebé? –Por poco no me ahogué con el pedazo que de tortilla que tenía en la boca al escuchar esto.

Agárrenme que me desmayo.

¿Un bebé con Joe?

Era demasiado surrealista y pronto para pensar en eso.

-Un bebé… Claro… –Aún trataba de procesar las palabras de Joe. Nuestro primer bebé. Vaya. –Yo quiero que el primero sea un niño –dije finalmente siguiéndole el juego a Joe.

-Yo quiero que sea niña –exclamó él. Alcé una ceja mirándolo desafiante.

-Será un niño –recalqué nuevamente retomando mi decisión. –Imagina al pequeño Joecito, que por cierto no se llamará asi, acompañándote a cada ensayo, o a jugar fútbol, o a pasear al perro, o a jugar béisbol…

-¡Oye, que tiene de malo ese nombre! –me interrumpió él fingiendo estar enojado por aquello.

-Nada, sólo que no puede llamarse igual que tú –le contesté.

-Al menos si será un niño déjame escoger su nombre –se defendió.

-A ver, dime uno entonces –le reté, mirándole fijamente. Joe hizo pensar por un momento y luego habló.

-Se va a llamar… Joseph Adam Jr o quizás Joseph Adam II –respondió él. Mi única reacción ante eso fue reírme fuertemente.

-No Joe, ni lo sueñes –contesté sin mas. Él frunció el ceño. Acaricié su rostro con mi mano para calmarlo. –Ya tendremos tiempo después para pensar en un nombre, o si será niña, o si serán dos o tres –le dije animándolo. Joe sonrió pletórico, capturó mi mano para besarla y luego se acercó a mí para plantarme un dulce beso.

-Tienes razón –dijo a escasos centímetros de mi rostro. Joe se acercó nuevamente pero esta vez el beso fue mas corto. –Ahora anda a ponerte hermosa y vayamos a dar un paseo antes del concierto de esta noche –espetó. Le hice caso y fui rápido hacia mi habitación para cambiarme de ropa y salir con mi novio.

Quizás no sería un mal día después de todo.

All I Ever WantedDonde viven las historias. Descúbrelo ahora