CAPÍTULO 18

735 32 0
                                    

Narra Joe.

¡Por fin!

Finalmente  la había besado. Me sentía el hombre más feliz del mundo. Salí de su casa rápidamente, dejándola completamente helada. Aún no podía dejar de pensar en su cara en ese momento. Sin duda no se lo esperó. Me monté en mi auto y conduje rápidamente a mi casa, donde seguramente me esperaba Nicholas. Le había avisado anteriormente que fuese.

Estacioné rápido, al darme cuenta que Nick ya había llegado.

-¡Nicholas, que bueno verte! –exclamé sonriente al verlo. Él pareció extrañarse al verme de semejante manera. Pero que importaba, estaba feliz.

-Joe, nos acabamos de ver hace menos de una hora –espetó Nick siendo totalmente indiferente. Me fui a sentar a su lado en el sofá, sonriendo pletórico. Intenté ver la TV junto a él pero era imposible concentrarme. No podía dejar de pensar en Anna y en sus dulces labios.

-La besé… –solté ensanchando mi sonrisa aún mas, mientras extendía los brazos cómodamente en el sofá. Nick me miró sobresaltado.

-¡Eso es genial, Joseph! –exclamó él, sonriéndome. –Eso significa qué… ¿Ya son novios? –me preguntó.

-No, aún no. Se lo pienso preguntar mañana –respondí. Nick me miró atento. –No tuve tiempo de decirle eso hoy. La dejé completamente fuera de combate –sonreí victorioso.

Es que los gestos de Anna cuando me fui fueron tan graciosos. Prácticamente se había quedado con sus labios fruncidos todavía.

-Cuéntame todo, hermano –dijo Nick más interesado en el asunto. Ya era costumbre eso de contarnos todo como los mejores amigos que éramos.

Siempre solíamos durar hasta tarde hablando de las cosas que nos pasaban, y sabía que esta vez no seria la excepción. Extrañaba esos momentos con Nicholas.

Y estaba preparado para contarle todo.

...

Narra Anna.

Joe me había invitado a cenar en la tarde. Según él, tenía algo importante que decirme. Y sin duda ese "algo" me mataba por dentro.

Ya habían pasado varios días desde aquella vez en el hospital y todo había vuelto a la normalidad. Matt había vuelto a casa. Pero antes se tuvo que quedar dos días más, porque cuando se enteró de la muerte de Adam, su mejor amigo, le costó un poco asimilarlo y tuvo que tener un día de terapias para que comprendiera todo. Con suerte lo superó rápido, aunque sabia que por dentro aún le dolía su perdida.

Bajé a desayunar muy temprano, encontrándome a Matt y a mi papá en la cocina. Este último había estado actuando extraño en los últimos días; era como si quisiese decirnos algo pero no se atrevía. Me preocupaba un poco verlo así.

¿Acaso era tan malo lo que me tenía que decir?

-¡Buen día! –canturrié en ese instante, yendo hacia la nevera para buscar algo leche y servirme un poco de cereal. Matt levantó la cabeza regalándome una sonrisa y luego volvió a concentrarse en su tazón de cereal.

-Buenos días, Anna –contesto mi papá desde su silla. Se podía sentir la tensión en el ambiente en ese momento. Mi papá empezó a actuar extraño. Tanto, que Matt y yo intercambiamos miradas sospechosas.

Comencé a comer quitándole importancia al asunto, sin embargo, papá carraspeó fuertemente haciendo que me sobresaltara.

-Matt, Anna… tengo algo que decirles –soltó finalmente. Mi hermano y yo lo miramos atento.

-¿Todo bien, papá? –preguntó Matt de inmediato, notablemente preocupado. Él asintió dejándonos claros que no era una mala noticia. O al menos eso creía yo.

-Eh… Últimamente han habido cosas que les he estado ocultando, y bueno, me siento un poco mal por eso –dijo con voz serena. Tragué en seco, y por poco me atragantaba.

Estaba sorprendida. Mi papá no era así, siempre había confiado en nosotros y nos contaba todo.

-¿Puedes ir al grano, papá? –le dije un poco apresurada y desconcertada.

-Escuchen hijos… Durante varios meses atrás he estado saliendo con una mujer realmente maravillosa, y me he sentido muy feliz estando con ella –nos dijo mirándonos como si estuviese esperando nuestra aprobación.

Matt y yo lo miramos atónitos.

Me había dado un buen susto, pensé que era algo peor. Aunque… ¿Una madrastra? Tampoco era una muy buena noticia, pero si mi papá era feliz... ¡Enhorabuena!

-¿Era eso? –le dije, rompiendo el silencio. –Vaya, me habías asustado mucho –suspiré volviendo a comer de mi cereal.

-Papá, sabes que siempre te apoyaremos en cualquier cosa. Si eso te hace feliz, entonces nosotros estaremos felices también –dijo Matt, sonriéndole. El rostro de papá pareció relajarse un poco, y sonrió pletórico.

-Me enorgullece muchísimo que ustedes estén felices por esta noticia. Es por eso que nos iremos a New York esta noche por una semana para preparar los preparativos de la boda –espetó animado.

Un momento… ¿QUÉ?

¿Dijo New York? ¿Una semana? ¿Boda?

Papá había hablado tan rápido que mi cerebro no pudo captar lo que dijo, y al parecer el cerebro de Matt tampoco.

-¿Boda? –exclamó Matt. Papá pasó de estar sonriente a estar completamente serio nuevamente.

-¿Dijiste que nos iremos esta noche a New York? –le pregunté yo pasmada. Hoy era mi cena con Joe, y por nada del mundo iba a cambiar de planes. No y no.

-Sí, el vuelo sale a las siete –contestó. ¡Justamente la hora de mi cita con Joseph! –Mañana tendremos un almuerzo familiar para que conozcan a Juliet y a su hija.

Ahora si que se había armado la buena.

¿Hija, también? No, esto no podía ser peor. Esas historias que pintan siempre en las películas de hermanastra y madrastras, terminaban siendo todo un caos.

-¡Lo siento papá, pero yo no me iré hoy! –exclamé algo alterada. –Esta noche tengo una cena con Joe y no la pienso cancelar –le dije, apartando mi tazón de cereales. El hambre se me había quitado.

-¡Ya compré los boletos de avión para esta noche, Anna! –exclamó él, aún serio.

-Púes, regrésalos o cámbialos para mañana en la mañana –le dije siendo apática.

-¡Te vendrás hoy y punto! –dijo fuertemente  –¡Tú aún eres menor de edad y tienes que hacer lo que yo te diga, quieras o no! –exclamó, mirándome fríamente desde su silla.

Nunca… Nunca en la vida papá me había gritado de esa manera. Tuve que desviar la mirada para evitar que mis lágrimas salieran.

¿En que momento había cambiado tanto?

All I Ever WantedWhere stories live. Discover now