CAPÍTULO 39

421 23 2
                                    

Narra Anna.

Estaba en shock. Totalmente.

Nick me estaba dedicando una canción frente a toda mi familia y no lo podía creer. Ojalá todo esto hubiese sido una broma de su parte, pero no; Nick no dejó de mirarme en toda la canción, haciendo que me sintiera avergonzada/intimidada por él. A pesar de su mirada, nadie notó que era para mí aquella canción.

"You might think that I'm a fool for falling over you..." ¡Por supuesto que lo pensaba! Era un tonto por haberse enamorado ciegamente de la novia de su hermano y mejor amigo. Todo esto estaba mal.

Yo sólo quería que me tragara la tierra en ese momento.

Al finalizar su canción y luego dar unas palabras de agradecimiento a mis padres, Nick se bajó de la tarima y se acercó nuevamente a nuestra mesa, sentándose justamente a mi lado.

-¿Te gustó? –me preguntó este, esbozando una sonrisa tímida. Me costó tener que mirarlo al rostro para responderle.

-Está linda la canción, Nicholas –le contesté. Y era la verdad a pesar de todo. –Pero Nick… Escucha, tienes que irte, estás muy ebrio… –le dije con algo de pena. En realidad temía que armara otro show así, o peor.

-No… no quiero irme a casa aún, Anna –me respondió él. –Quiero estar aquí contigo, no quiero dejarte sola.

-Pero estoy con mi familia y me preocupa que estés en ese estado –le dije. Pero luego caí en cuenta que Nick estando ebrio no podía irse solo a casa, y no me perdonaría nunca si le llegaba a pasar algo después. –Está bien, no iras a ningún lado. Acompáñame…

Me puse de pie rápidamente y Nick me imitó continuamente, un poco desconcertado.

Había recordado que mis padres habían reservado dos habitaciones esa noche en el hotel y era mejor idea que Nick descansara un poco allí, y esperar a que amaneciera para irse.

-Te llevaré a mi habitación para que descanses un rato –le avisé al notar aun su rostro desorientado.

-No es necesario, en serio –dijo él, pero hice caso omiso a su comentario y fuimos a tomar el ascensor.

Una vez dentro de este, ninguno de los dos se atrevía a soltar alguna palabra. Nick estaba en un extremo del ascensor sonriendo, quizás por los efectos del alcohol, y yo me limitaba a mirarlo, con los brazos entrecruzados, para quitarme un poco el frio. El poco efecto que había hecho el Martini en mi ya se había desvanecido por completo.

Era totalmente extraño sentirme incomoda estando con Nick, y me dolía. Más que todo por ser mi mejor amigo y que las cosas se estuviesen “enfriando” después de tantos momentos buenos junto a él.

Finalmente llegamos a la habitación. El pasillo estaba tan solo que asustaba. Fue inevitable que mi piel se erizara por aquella sensación tétrica y por el frio de aquel pasillo.

-¿Estas bien? –Sentí la tibia mano de Nick en mi hombro descubierto, haciendo que sintiera una fuerte presión en mí estomago. Joder.

Asentí rígidamente y me dispuse en abrir la puerta de la habitación. Dejé que Nick entrara primero y yo le seguí.

Apenas pude terminar de cerrar la puerta cuando sentí unos brazos alrededor de mi cintura, y aquel escalofrío volvió a mí inmediatamente.

Me di la vuelta nerviosa, para quedar a escasos centímetros del rostro de Nick. Este no dejaba de mirarme fijamente y no decía ninguna palabra. Mi respiración empezó a ponerse agitada y sin esperármelo, él me besó.

Joder, joder, joder…

Estaba completamente helada, literalmente. Y de la manera más sutil que pude, me separé inmediatamente de él.

-Esto está mal, Nick –le dije, alejándome un poco de él. Pero que coño había pasado…

Nicholas se quedó callado, cabizbajo. Podía notar que estaba nervioso por la manera que se mordía su labio inferior.

-¡Anna tú me gustas, que no entiendes eso! –dijo él exaltado. Finalmente alzó su cabeza y me miró con cierta apena en su mirada.

¿Podría toda la tierra tragarme en ese momento y escupirme en el rincón más inaudito del mundo?

Nick trataba de acercarse a mí pero mi única reacción era esquivarlo.

-Nicholas, por favor, soy la novia de tu hermano. No deberías… –le dije antes de ser interrumpida por él.

-Yo sé claramente que eres la novia de Joe, y eso me frustra… –comenzó. –Eres hermosa y eres la mejor persona que he conocido. Te amo… En verdad. Y me duele verte con otro, y me duele aún mas sabiendo que ese otro es mi hermano… Y disculpa si esto te molesta pero no podía aguantar mas –finalizó él, soltando un suspiro. Sus ojos se veían cristalizados, cosa que me arrugaba el corazón aun más. No pude evitar llorar.

¿Por qué todo esto me tenia que pasar a mi?

-Nick, por favor, debes dormir –le dije con la voz entrecortada, señalándole la habitación. Me dolía verlo directamente a su rostro. Estaba avergonzada de todo esto.

Este último, sin mas que hacer ni decir, me obedeció y entró a la habitación; dejándome totalmente sola y confundida en aquel recibidor oscuro y solitario.

Aún sin dejar de llorar, fui directamente a sentarme en el gran sofá y saqué mi teléfono para marcarle a Joe, pero este seguía sin contestarme el teléfono.

Y ahora que lo pensaba bien… ¿A dónde carrizo iría Ivy si se supone que no había nadie en casa? Cosa que me preocupó aun mas y le marqué nuevamente a Joe. Pero nada.

Obstinada de todo esto, me quité los malditos tacones que me estaban acalambrando los pies, y me acosté en el sofá. Debía dejarle de dar vueltas a todo esto y dejar que todo fluyese como debía ser.

Si Joe quería estar enojado conmigo, entonces asi iba a ser.

All I Ever WantedWhere stories live. Discover now