CAPÍTULO 43

470 25 2
                                    

Narra Joe.

Adoraba en verdad pasar cada minuto que fuese posible junto a ella. Habíamos estado caminando un buen rato por Central Park. Venir a dar un paseo aquí era un buen sitio para despejar mi mente un rato y darle la buena noticia a Anna.

-Ven, vamos a sentarnos allá –exclamó Anna mientras me guiaba tras de ella para sentarnos en la grama en todo el centro al rededor de los arboles.

Había mucha gente ese día en el parque. A pesar de que estábamos a mitad del otoño, hacia un sol increíble en la ciudad.

No me había percatado de que ella ya se había sentado y yo solo parecía un tonto parado con la mirada perdida en algún sitio. Rápidamente me senté a su lado. Anna se reposaba sobre sus codos y tenía los ojos cerrados. En su rostro se dibujó una sonrisa, quizás al sentir que la miraba. Y eso fue lo más hermoso que mis ojos vieron ese día.

Estaba enamorado de su sonrisa, de ella; ella era totalmente perfecta sin siquiera intentar serlo. En ese justo momento me di cuenta que todo lo que necesite, que todo lo que alguna vez llegué a querer en una persona estaba justamente sentado a centímetros de mí. Ella sin duda era mejor que cualquier otra chica con la que yo haya salido anteriormente. Era mucho mejor…

Cada momento junto a ella, cada beso, cada caricia, absolutamente todo se volvía cada vez mejor.

-¿En que piensas? –le digo finalmente. Ella abre los ojos pero continúa sonriendo.

-En todo –contesta. Pero prosigue. –En todo lo que he pasado estos últimos meses. Es increíble cuanto ha cambiado mi vida, no soy la misma de hace un año atrás… Estoy agradecida de haberte conocido, de haberte hablado aquel día en la fiesta, Joe. Desde ese día has sido la luz que alumbra mi oscuridad. Estoy agradecida de tenerte a mi lado. Todo es mil veces mejor cuando tú estas a mi lado. Quiero sentirme asi de bien siempre, quiero decirte que te amo y te necesito de la mejor manera que pueda. –Ella dice como si acabara de leer mis pensamientos.

Juro que no tengo palabras. Mi corazón palpita fuertemente y tengo ganas de besarla con todas mis fuerzas. Sin pensarlo, Anna empieza a llorar y de inmediato la cubro con mis brazos y la atraigo hasta mi pecho.

-Te amo. Te amo, Anna –le digo y ella sigue llorando. La beso suavemente sobre su cabeza mientras que con una mano acaricio su cabello para calmarla. –Juro que lo hago más que a nada en el mundo. Nunca he sentido esto antes, jamás –le confieso.

-Te amo tanto –ella responde aun sobre mi pecho. –Yo no quería llorar. Soy tan tonta, yo…

-No lo eres –la interrumpo. –Mírame, tengo algo para ti. –le digo y ella se compone nuevamente, limpiando el resto de lagrimas en su mejilla.

Hago el impulso para ponerme de pie y saco de mi bolsillo trasero el par de boletos un poco arrugados. Anna me mira con confusión y sonrío ante su expresión.

-¿Qué es eso? –pregunta con el ceño un tanto fruncido. Si supiera lo hermosa que se ve así…

-Son dos boletos. ¿Acaso no ves? –le digo y los abanico en el aire. Ella inmediatamente pone los ojos en blanco. –He estado guardando esto durante varias semanas. Esto… Son dos boletos para ti y para mi… ¡Iremos a las Bahamas!

Su cara era un verdadero poema.

-Pero que… Joe…

-Ya es hora que tú y yo tengamos unos días a solas, ¿no lo crees? –la interrumpo. Dicho esto Anna se lanza sobre mí, abrazándome fuertemente.

-Dios… ¡Joe esto es increíble! –me agradece ella y yo no puedo estar mas feliz en este momento.

-Nos iremos este sábado –le anuncio. –Quería que fuese mañana, pero creo que tendremos un día bastante agitado luego del concierto de hoy –digo. Ella asintió sin darle mucha importancia al día. Sus ojos brillaban, al igual que su sonrisa. Estaba emocionada.

La tarde se nos pasó rápido mientras planeábamos cada día que pasaríamos en las Bahamas. Serían cinco en total. Me sorprendí al ver mi reloj y notar que iban a ser las cinco de la tarde. El concierto sería en menos de cuatro horas y si no llegaba en los próximos treinta minutos la banda entera me mataría.

-Creo que debemos irnos –le digo a Anna al momento que me pongo de pie y le ofrezco mi mano para ayudarla a levantarse también.

-Gracias por todo, Joseph –murmura ella, una vez que está a mi altura. Tomé su rostro entre mis manos y la atraje hacia mí para besarla. Era un beso distinto a los demás. Era calmado pero estaba lleno de desesperación, pasión y ternura. Una mezcla un tanto extraña. Pero sin duda lo disfrutaba.

Anna y yo decidimos irnos por separado esta vez. En realidad fue decisión de ella, pero tenía razón en que debía apresurarme o en verdad me iban a aniquilar entre todos al llegar.

Fui directamente al Radio City Music Hall. Todo lo que debía ponerme esa noche estaba ahí y sólo quedaba por hacer una última prueba de sonido.

Estaba muy nervioso por esta noche.

                                                                …

Faltaban al menos cuarenta minutos para que el concierto empezara.

Sentía una mezcla entre emoción y nervios dentro de mí. Se sentía como la primera vez.

Ya podía escuchar el fuerte murmullo de las fans afuera.

-¡Es hora de irse a vestir chicos! –nos apresuró nuestro papá una vez más.

Saqué mi teléfono para llamar a Anna. En diez minutos ella debía estar aquí y tenía que asegurarme que estuviese en camino. Sin embargo no contestó.

Seguramente tiene su teléfono en la profundidad infinita de su bolso. Me digo a mi mismo. Intentado excusarme a mi mismo. ¿Debía ser eso, no?

-¿Sabes algo de Anna? –le pregunto a Nick mientras este se abotonaba su camisa. Él negó con la cabeza.

-No, seguramente debe venir en camino. El tráfico hoy está terrible –me dice él, y por un momento me relajo.

No le di mas vueltas al asunto y continúe vistiéndome.

...

Faltaban quince minutos para entrar al escenario y los nervios y la preocupación se apoderaron de mí nuevamente.

Todos a mí alrededor corrían de un lado a otro y yo solo quería saber donde diablos estaba Anna. Y si no llegaba en los próximos diez minutos seguramente no iba a poder pasar.

-¡Joe, debemos estar detrás de las pantallas de tela en siete minutos! –me gritó Kevin desde el final del pasillo. Asentí sin prestarle mucha atención y chequeé nuevamente mi teléfono. Nada.

Sentía ganas de vomitar. En serio.

Nunca antes me había sentido asi antes de salir al escenario.

Ya estaba a punto de darme por vencido cuando mi teléfono comenzó a vibrar, y sentí como si me quitaran un enorme peso de encima cuando vi su nombre en la pantalla.

-¿Anna, mi amor, dónde estas? –exclamé apenas contesté la llamada. Sin embargo su respuesta no fue la que esperé.

Ni tampoco fue la llamada que estaba esperando.

Esta llamada definitivamente me destruyó por completo.

Penúltimo capitulo. Sí, por fin. No lo puedo creer en verdad. Después de casi tres años escribiendo y maquinando esta novela, por fin ya la voy a terminar. Pero ya tengo casi todo pensado para la segunda temporada y prometo no tardarme tanto en subir.

Muchisimaaaas gracias a todas aquellas que leen, votan y comentan. Me alegran muchísimo en serio. No saben cuanto<3

Sigan así!!!

All I Ever WantedWhere stories live. Discover now