CAPÍTULO 26

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Narra Nick.

No me agradaba que las cosas entre Anna y Joe siempre se arruinaban de alguna manera, pero esta vez todo sería distinto.

Al ella decirme que viviría en Nueva York desde ahora, era una gran ventaja tanto para mi, como para mi hermano Joe.

El mensaje que había recibido la noche anterior era la mejor noticia del siglo:¡Iba a trabajar nuevamente en Broadway! ¡Por fin me habían dado el papel protagónico para una nueva obra!Y por lo tanto, tenía que irme a vivir a Nueva York. Lo cual también ya tenía preparado. Me había comprado mi propio apartamento allá.

Nadie en mi familia sabía acerca de esta noticia, y nadie mejor que Joe para tener la primicia.

-¡Joe! –grité su nombre antes de entrar a su habitación. Tenía entendido que hablaría con Anna, por lo que seguro ella le iba a contar la noticia.

No me contestó. Así que supuse que ya lo sabía, y entonces me limite a pasar, encontrándome a mi hermano acostado en su cama con la mirada perdida en el techo.

-Anna se quedará a vivir en Nueva York... –soltó apenas noto mi presencia. –…Para siempre –Me senté en el borde opuesto de la cama, y tome una bocanada de aire.

Debía contarle mi gran noticia, pero aunque le conviniera a él también, supe que no era el momento adecuado para hacerlo. Aún.

-¿Y que piensa ella al respecto? –le pregunté como si no supiese nada.

-¡No quiere vivir allá! –exclamó sentándose, sobresaltándome un poco. –Pero pienso que es lo mejor para ella –dijo mas calmado.

-Puedes ir a visitarla cada vez que desees –intenté animarlo, pero no funcionó.

-No lo sé. No es nada cómodo estar quedándome en un hotel cada semana –contestó poniendo cara de pocos amigos.

-Nadie ha dicho que te quedarás en un hotel –le dije. Él me miro extrañado.

-¿A que te refieres, Nick? –preguntó. Era el momento de soltar la bomba.

-¡Tengo el papel protagónico de una obra en Broadway! –le dije exaltado. Joe abrió los ojos como platos.

-Eso significa qué...

-¡Me iré a vivir en Nueva York, hermano! –exclamé, y este esbozo una sonrisa de oreja a oreja.

-¡Felicidades, Nicholas! Te lo mereces –exclamó él, acercándose a mí para darme un abrazo. –Así que ya tenemos casa en Nueva York –dijo, ahora con cara de loco recién salido del manicomio.

Ya sabía lo que tenia en mente.

-Aún no te he dicho que podrás vivir conmigo, Joe… –le dije bromeando y este cambio su gesto a uno serio en cuestión de segundos. –¡Por supuesto que sí, idiota!

-¡Entonces me ayudaras a reconquistar a mi Anna! –dijo como si estuviese esperando años en escupirlo. Asentí riéndome, dejando a mi hermano como un caso perdido.

-Absolutamente –contesté. –Pero no me mudaré hasta dentro de un mes, así que por los momentos encárgate tú de eso.

-No te preocupes, tengo todo planeado –exclamo. A veces (siempre) Joe tenía momentos en los que en verdad daba miedo, y ahora era uno de esos.

Le había prometido a Anna que todo estaría bien, y así seria.

Narra Anna.

Estaba exhausta por la mudanza. Nuestro nuevo apartamento, o debo decir Pent-House, era hermoso. Tenía una gran vista, el Empire State justo a unas cuantas cuadras relativamente frente de nosotros. Papá se las había ingeniado de traer la mayoría de mi ropa y algunas cosas de mi habitación en Los Angeles, lo que me dio mas trabajo arreglar mi nueva habitación. Pero lo peor de todo era compartir habitación con Ivy. Matt se salvó por ser hombre, pero yo no corrí con esa suerte.

Estaba tratando de evitarla en todo el día, pero al llegar la noche y que nuestras camas estuviesen una al lado de la otra, me fue imposible.

-Supongo que es difícil para ti –dijo Ivy rompiendo el silencio que había entre ambas. La mire confundida.

-¿De que hablas? –Ella se acerco a mi cama, y se sentó a una distancia prudente de mí. Aun no teníamos esa "confianza" entre ambas.

Es más, era primera vez que hablábamos luego de la presentación en el almuerzo.

-Digo, mudarte aquí, a Nueva York. Seguramente debes extrañar a tus amigos, a tu novio… –dijo. Novio. Había estado evitando pensar en Joe en lo que restaba del día, aunque fuese casi una misión imposible.

Suspiré. Deje a un lado mi teléfono y me cruce de piernas para abrazar mi almohada.

-Muchísimo –contesté con la mirada perdida. Ivy me imitó, cruzando las piernas de la misma forma que yo.

-Lo siento mucho –soltó. Claro, como si de verdad lo sintiera. Ni siquiera tiene una idea de como me sentía ahora. –Te aseguro que la pasarás bien aquí, es el mejor lugar para vivir. Te acostumbraras rápido –me dijo, esbozando una sonrisa.

-Eso espero –murmuré en otro suspiro.

Viéndola bien ahora, Ivy no parecía ser tan mala como pensaba, después de todo. Aunque algo en mi interior me decía que lo era decidí pasar por alto ese pensamiento.

Debía darle una oportunidad, al fin y al cabo, ella no me había hecho nada.

-Tu papá me agrada muchísimo. Él ama bastante a mi madre –comentó luego de un momento de silencio.

-Sí, no sabes cuanto –le dije sin ni siquiera saber cuanto la quería. Ella sonrío aun más.

-Sí. Es muy divertido también. Recuerdo esa vez que los tres fuimos a Disney World y la pasamos genial. Desde ese día supe que seria un buen padrastro –espetó. Alcé una ceja, perpleja por lo que había dicho esta.

¡Así que mi papá había ido a Disney World sin Matt y sin mí!

Él nunca lo había hecho, ni siquiera cuando éramos pequeños llegamos a ir con él. Siempre que íbamos era de excursión del colegio, o con algún otro familiar.

-¿Y tu papá? ¿Donde está él? –le pregunté de repente. La expresión de Ivy cambio al instante, y empezó a jugar nerviosa con sus manos.

-Él estaba en el ejército… Y murió en la guerra cuando yo apenas tenía seis años –contestó con desaliento en su voz.

-¡Dios, lo siento mucho! –le dije disculpándome realmente. No era mi intensión hablar de ese tema. –No quería... No sabía nada.

-No te preocupes, estoy muy orgullosa de él –me dijo mas animada. –¿Que hay de tu mamá?

-Ella está viviendo en Paris, pero tengo casi tres años sin hablar con ella –le dije.

-Vaya, eso es genial. Me encanta Paris –dijo. –¿Y no la extrañas? –Asentí de inmediato.

-A veces –le respondí. Luego de eso, solté un bostezo. –Lo siento, estoy agotada. Necesito descansar.

-Igual yo. Mañana tenemos que ir a clases –dijo levantándose de mi cama, dirigiéndose a la suya.

¿Tenemos?

No me habían dicho que también tenía que estar en la misma escuela que ella.

-Buenas noches –se despidió antes de apagar las luces.

-Descansa –le respondí, cayendo en lo brazos de Morfeo instantáneamente.

Narra Joe.

Costara lo que costara, me tenía que ir a vivir con Nick a Nueva York. No tenía motivos por los cuales me hicieran quedar en Los Angeles; Kevin se había mudado a Nueva Jersey con Danielle, y ahora Nicholas también se iría, por lo que seria más fácil grabar y hacer todo allá en Nueva York. Los únicos eran mis padres que seguirían viviendo aquí, pero a ellos los podría venir a visitar entre meses.

Tenía mi plan ingeniado para sorprender a Anna, y tenía la seguridad de que todo saldría a la perfección. Nuestra relación iba a estar más fuerte que nunca.

All I Ever WantedWhere stories live. Discover now