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Miro como Lía coquetea ridículamente con su novio, por un momento me da algo de envidia, pero luego se me pasa cuando veo que su amor es demasiado azucarado. ¡Agh! Son muy empalagosos.

-Lia!- Está mira en mi dirección y sonríe.

-Nos envidias lo sé - Sonríe con sencillez. -Como verás mi querida Ashley. Esta no es una fiesta como cualquier otra. No todos los chicos/as de este Instituto están invitados... Es una fiesta a las afueras de este estado, por lo que me cuenta mi bombón aquí- Mira a Zad y se sonríen uno al otro. -Pero tranquila, estaremos bien, Zaddy nos llevara y nos traerá por igual- finaliza.

-Oh, que bien- digo algo asombrada. Nunca antes había ido a una fiesta en la cual no asistan todos los estudiantes de aquí y menos a una que fuese a las afueras de Staten Island. -Es decir que de este Instituto solo vamos nosotros tres- Continúe.

-¡Sip!- Responde Zad con toda la paciencia del mundo. -Nosotros tres y otro grupo más- lo miro con intriga temiendo a que en ese "grupo más" este incluido mi hermano. -Pero tranquila... Tu hermano no está incluido, eso te lo aseguro- Fue como si me hubiese leído la mente, sus palabras me calmaron. Esa era mi única inquietud y estaba resuelta.

-¡Súper!- Dije con una enorme sonrisa.

Ya ansiaba el día de aquella fiesta.

-Bueno- Zad dio un suspiro al final de la palabra. -como ya sabes... Es este viernes después de las 11 de la noche. Yo las llevaré, como ya ha dicho mi negra... ¡¡Hey!!- Dejé escapar algunas carcajadas al ver como Lianna le pegaba unos codazos a Zad, por lo cual éste se queja.

-¡No soy negra Zad!- Dice Lía con voz neutral. Mientras lo mira con los ojos entrecerrados.

Escucho como suena la campana indicando que ya es hora de volver a nuestra próxima clase y justo ahora tenía historia... Me aburre esa materia. ¡Agh!.

Observo a Lia y Zad ponerse de pie al igual que los demás alumnos. Sonrió al ver como Zad le pide disculpas a su novia, por haberle llamado negra. Conozco a mi amiga y conozco perfectamente su personalidad y no, no es que ella sea racista -además como va a ser racista si su novio Zad es de tez oscura- es solo que la verdad ella no es negra, es una chica rubia, con una hermosa mezcla de ojos verdes y cafés.

Dejo pasar por alto su ridícula discusión y me dirijo a mi próxima clase, hoy apenas iniciaba la semana, era lunes, y ya anhelaba que fuese viernes.

• • •

Por suerte las clases habían acabado, no vi a Lia al salir del Instituto, ni a mi hermano y su grupo de amigos.

Me encontraba en el estacionamiento mirando, a ver si veía a mi hermano para irnos a casa, pero no había rastros de él. Ya me estaba cansando el tener que estar esperándolo.

Siento mi celular vibrar en mis jeans, lo saco de mi bolsillo delantero y lo miro detenidamente... Era un mensaje de voz de mi hermano, vía WhatsApp.

~Andrus.
Ashley, salí con mis amigos, perdón, pero no podré llevarte a casa...
Pero si quieres, puedes venir con tu amiga Lianna o tomas un taxi hasta aquí... Yo lo pago- bufo. -Nos vemos en casa.

Escuche con atención el mensaje de voz que me había dejado mi hermano y maldije por lo bajo.

¡Agh! Detesto cuando me hace eso, detesto tantas cosas que me hace... No me cansare de decirlo.

Observo como todos los alumnos del instituto se despiden de los demás y se marchan a sus casas. Supongo.

Observo a mi amiga Lianna marcharse al igual que todos los demás, me acerco a ella lo más rápido posible, pero cuando estoy a unos pocos metros de ella, se me es demasiado tarde, ya se había marchado con Zad.

Con pereza camine hasta la parada de taxis, note que parecía más bien un cementerio, a lo lejos pude ver un coche aproximarse, se estaciono frente a mi y rápidamente ví a tres chicos bajar del mismo, centre mis ojos en sus rostros pero no logro verles absolutamente nada, tan siquiera sus ojos. Los tres llevando pasamontañas.

Esto no huele nada bien...

Camino unos cuantos pasos hacia atrás y un golpe brusco me detiene, me giro y veo un enorme albor atravesado en mi camino. Los tres chicos se acercan a mi a paso lento, mis piernas no responden a nada, estoy nerviosa, más de lo que siempre estoy.

-¿Que tal nena?- Susurra uno de ellos, mientras que otro se acerca a mí velozmente y me toma, con brusquedad, del brazo, intento liberarme de su agarre y, cuando estoy a punto de lograrlo, otro se aproxima y me toma de la otra mano -no tenía escapatoria-.

Siento mis labios salados, de las lágrimas que empezaban a caer sobre estos. Intento gritar, intento pedir ayuda, pero mi voz no sale, los nervios se apoderan de mi , evitando que haga reacción alguna.

-¡¡Vamos!!-Grita uno de los chicos, mientras se aproxima al coche del cual habían bajado. Éste Forcejea bruscamente la puerta del coche, pero está no abre de ninguna manera. -Hey, ¡abre idiota!- grita el mismo chico, mientras golpea levemente el vidrio del lado del conductor. El cristal empiezo a bajar dejando a la vista a otro chico del cual no me había percatado, examine aquel chico por unos minutos. Él llevaba, al igual que los demás un pasamontañas, pero el suyo era diferente al de los demás, pude ver perfectamente sus ojos, ya que su pasamontañas tenía unos agujeros que dejaban a la vista unos perfectos y escalofriantes ojos azules como la profundidad del océano.

-Que habrás la puer...- las palabras de uno de mis agresores fueron interrumpidas por un coche el cual se acercó a nosotros tocando bocina con desesperación. Todos dirigimos la mirada hacia el causante de aquellas bocinas, mi rostro se ilumina al ver que se trata del coche de Leo... Aprovecho el momento al ver que los chicos éstos están distraídos y grito el nombre de Leo a todo pulmón, él parece haberme escuchado ya que la puerta del lado del conductor de su coche se abre dejando ver a un muy asustado Leonardo.

-Agarra a la chica yo me encargo de él- El chico que me sostenía se aleja, mientras que otro se aproxima y toma su puesto sosteniéndome con más brusquedad que el anterior. Me estaba lastimando.

Veo como Leo es acorralado contra su coche por el chico que, antes, me tenía acorralada a mí. Observo la escena temerosa de lo que aquel chico pueda hacerle, ya que de su bolsillo saca una navaja y la apega al cuello de Leo. El chico le dice unas palabras las cuales no logro escuchar, ni entender.

Repentinamente veo a Leo libre y el chico que lo tenía acorralado se acerca nuevamente a mí. Le hace un ademán al que me sostiene y este rápidamente me libera empujando mi cuerpo hacia el suelo, veo unos brazos sostenerme y levantarme del suelo, rápidamente me doy cuenta de que es Leo.

Miro por última vez al coche en el que están los chicos que me habían atacado, mis ojos se encuentran con los del chico que va conduciendo, con esos ojos azules, los cuales he envidiado a primera vista. Sin más, el chico desvía la mirada y acelera el coche en dirección a... Otro atracó, secuestro o lo que sea que andaban haciendo.

Siento un alivio en todo mi cuerpo, una tranquilidad... Me habían asustado aquellos chicos, ¿Que querrían? Tal vez, lo que todos: dinero o una chica para una violación más.

Mi corazón estaba desenfrenado, me había llevado el susto del día. Por suerte había aparecido Leo, porque si no... ¿Que hubiese sido de mí en estos momentos?.

-Te encuentras bien!?-la voz de Leo me saca de mis pensamientos. Lo miro mientras asiento repetidas veces. -Camina... Te llevaré a casa- me sostiene de la cintura y me encamina al coche para luego llevarme a mi respectivo hogar.

~~DJM~~

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ERICK WILLIANSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora