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ANDRUS.
Paso ambas manos por mis ojos  hasta adaptarme a la claridad que hay en mi habitación. Observó la chica a mi lado, respira muy relajada. Me acerco un poco más tocando su cabello el cual esta hecho un hermoso desastre. Por lo menos a mi me gustaba ese desastre. Acaricio  su cabello hasta que sus ojos se abren encontrándose con los mios.

-Buenos días- Susurre sonriendo.

-Hola- Reponde mientra se estira un poco. -¿Qué hora es?- Pareció alarmarse. Frunci el ceño mientras alcanzaba mi celular viendo la hora.

- Es temprano...- La mire. Se sentó sobre la cama. -9:30... ¿Tienes algo que hacer?- Dije al verla actuar tan raro. Me puse tras ella y empecé a tejer muy mal su cabello.

-Ire a visitar un pariente con mis padres- Hice una mueca ante sus palabras. Me miro. -Pero llegaré a tiempo para tu pelea- Me beso. Me puse de pie cargandola en mis brazos para acostarla nuevamente en mi cama. -Debo irme...- La ignoró y procedo a subir un poco su remera  para besar su vientre. -Andrus...- Me toma con delicadeza del pelo

-Bien...- Digo mientras arreglo su remera. La miro a los ojos. -Te llevo- Me pongo de pie y busco entre el closet un pantalón de chandal.

-Joder es tarde- Escucho la voz de Lianna. -Siquiera tendré tiempo a ducharme. Mierda- Me puse rápidamente una camiseta.

-Si de algo sirve...- Me acerqué a ella. -Yo ya estoy listo, y no me duche- Sonreí, ella igual.

Estaba entrenando con otros chicos en donde se dará la pelea. Había llegado mi turno para seguir el entrenamiento, mi "contrincante" era un chico algo mayor que yo. Coloque una venda alrededor de mi cabeza para que el cabello no estorbe, puse mis guantes de boxeo y el silbato sono.

Uno, dos, tres golpes en solo un segundo y ya el chico estaba tendido en el suelo. Espero que Me valla así de bien en la pelea de unas pocas horas.

-Nada mal- Susurra mi entrenador. -Pero debes practicar más, debes esquivar bien algunos golpes- Continúa. Baje del ring y tome algo de agua.

Estaba acá desde hace un buen, creo que ya estaba bien por ahora.  Debía descansar un poco para la pelea de al rato. Así que me dirigí a casa, antes de llegar me detuve en casa de Erick. No habíamos hablado en el día de hoy.

-Esta en su habitación- Dice la Madre de Erick luego de haberme hecho pasar.  -Ashley está aquí, está ayudando a Ari en algunas cosas de "chicas" según mi hija- Sonreí ante sus palabras.

No dije nada. Simplemente me encamine a la que ya sabía era la habitación de Erick.  Siquiera toque a la puerta ya que había confianza, debí hacerlo. Ashley estaba sentada sobre un pequeño sillón mientras que Erick estaba sobre su cama mirándola tal cual trofeo. No me acostumbraba encontrarlos a ellos dos juntos.

-¿Entonces?- Dije mientras sus ojos viajaban a mi. Me adentra a la habitación cerrando la puerta tras mi.  -Me gusta la distancia que hay entre ustedes- Dije burlón. Erick sonrió conmigo mientras Ashley lanzaba una  almohada que logre atrapar.

-¿Qué haces aquí?- Cuestiona mi hermana. La mire .

-Te recuerdo que, antes de que Erick sea tu...- Hice una mueca. Joder, eso eran. -Antes de ser tu novio, él era mi amigo- Continúe. -¿Y no que estabas ayudando a la hermana de Erick en algo?- Intente alzar una ceja. No me salió y Ashley sonrió.

-Si, pero se a dormido- Contestó.

Mire a Erick quien siquiera se movió de su sitio. Me acerqué a él sentándome a su lado.

-Tengo que decirles algo...- Susurre. Incline el rostro y jugué un poco con la almohada entre mis manos.

-Habla. Intrigas- Hablo Erick por primera vez.

ERICK WILLIANSWhere stories live. Discover now