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ASHLEY.

Escuche atenta todo lo que él quería contarme. Y me pareció una gran idea el que Paul quisiera unirlo al ejército, llegue a pensar que era algo que no se podía, pero ya veo que sí...

-Acepta...- Mi palabras le tomaron por sorpresa.

Dejo de jugar con mi cabello y se puso de pie. Me quedé sentada en el sofá mientras lo veía completamente confundida.

-¿Porqué debería?- Frunci el ceño. Me puse de pie acercandome a él.

-Erick, eso ayudaría muchos tu vida, es una gran oportunidad- Él me veía poco convencido. -Seria como empezar desde cero. Tener una vida sin antecedentes, sin un mal pasado marcado en tu registro...-

-Ah. Entiendo- Me interrumpió. Se veía enojado. -Quieres que cuando salgas conmigo las personas vean a un chico ejemplar, un...-

- Que imbécil eres, joder- Le corte. Ahora la enojada era yo. -Solo digo que el que te unas al ejército es una oportunidad para limpiar todo eso que no te deja avanzar, una oportunidad para hacer lo que desees sin tener en mente que podrías volver a prisión- Inclina el rostro y vuelve al sofá. Me paró frente a él. -Solo... Has lo que quieras- No quería seguir con esto. Él solía ser muy cabeza dura a veces.

Gire para irme a mi habitación.

-Aceptare...- Sus palabras me detuvieron. Gire a verlo. -Hablare con Paul- Continuó. Me acerqué a él sentándome sobre su regazo. Nos miramos unos segundos. - No quería aceptar porque pensé que allí no seria bienvenido, no tengo un pasado bien...-

-joder Erick- Le interrumpi. -¿Acaso crees que todos los del ejército tienen un pasado intachable?- Sonreí sarcástica. -Sabes perfectamente que hay miles de oficiales que hacen de la suya aún siéndolo, imaginate cuando no lo eran... Creo que suerte tendrían ellos de tenerte ahí con ellos- Me beso.

Sonreí ante eso. Nos miramos unos segundos y continuamos hablando del tema.

-Imaginame con ese uniforme- Sonreí con aquella idea de él.

-Ya quiero ver eso- Murmure.

● ● ●
UN AÑO MÁS TARDE...

Mire al pequeño Abdiel gatear como cachorro por toda la casa, mientras la pequeña Lia iba tras él. Si, Lianna había tenido mellizos. Unos hermosos mellizos. La niña se había llamado Lia Stayci, Stayci era por mamá quien estaba encantada por eso. Mientras el niño Andrus al final le puso Maxi Adbiel, yo había insistido mucho para que él le pusiera Maxi al niño ya que se negaba porque siempre que mencionada aquel nombre se acordarba de papá y ese era un recuerdo que a pesar del tiempo seguía doliendo. Al final cedió.

Ambos niños tenían los mismos rasgos físicos de Andrus, a excepción del pelo. Ellos habían sacado el hermoso cabello de Lianna. Amaba que los trajeran a casa de vez en cuando, a veces solían ser tan intensos. Pero los amaba.

-¿Te llevo entonces?- Era Erick. Asenti ante sus palabras.

Me despedí de mamá y Paul. Fui tras los dos pequeños intensos de la casa y les Di un corto beso, Erick igual. Erick era muy apegado a esos niños, en especial a Abdiel quien también lo era con él. Erick solía traer a su hermana de vez en cuando quien por cierto había crecido un buen poco, Erick empezaba a actuar como mi hermano actuaba conmigo y le estaba corrigiendo eso a diario. Pero él decía que debía cuidarla, lo dejaba pasar a veces, pero otras veces le insistía con lo mismo.

Llegué al Instituto. Había vuelto, sólo me quedaba un año acá y todo terminado. Podría volver a buscar trabajo, Ya que había dejado el restaurante porque era muy poco tiempo para ambas cosas. Pero mi madre y Paul me ayudaban. Erick igual, pues Erick al final estaba en la academia, pronto seria como Paul. Me agradó la idea. Un día lo alcance a ver con su uniforme y vaya pinta...

ERICK WILLIANSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora