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ASHLEY...

La niña lloraba desesperada entre mis brazos y los nervios se identificaban cada vez más en mí.

¡Era él!

Esas palabras rondaban en mi cabeza. Nuevamente había tenido esos ojos azules frente a mí y ahora más que nunca estaba segura de que era él, ¿¡Como no darme cuenta!?¿¡Como no saberlo!?.

Harry...

Al escuchar a un chico pronunciar aquel nombre, a mi cabeza llegaron esos horribles recuerdos de aquella noche.

-!Arianna!- El grito desesperado de una mujer me sobresalto.

Mire hacía un costado econtrándome con una señora que se acercaba velozmente a nosotras. La niña entre mis brazos levanto la cabeza hacía la señora que, justo ahora, estaba frente a nosotras. La pequeña se alejo cuidadosamente de mí y se lanzo a los brazos de aquella mujer.

-Ari, amor. ¿Estas bien?- La señora empezó a tocar el rostro de la pequeña en busca de algún rasguño. Se le veía bastante preocupada.

Sin dudas era la madre.

Me levante del suelo con los nervios a flor de piel, sentí mi cuerpo tambalearse, cuando pensé que caería tumbada al suelo unas manos me sostuvieron de la cintura, evitando mi caída. Mire sobre mis hombros, encontrándome con Leo.

-Estuve preocupado... Solo fui unos minutos al baño y pasa todo esto. Escuche los gritos... No supe que hacer- Se veía preocupado. Me gire para abrazarlo. Un abrazo al cual correspondió.

Este chico era un amor...

-No vuelvas a escaparte de mi lado de esta manera. ¿Entendido Arianna?- Me aleje de Leo para ver a la señora. Estaba molesta.

Era una señora de ojos verdes al igual que la niña... La cual seguro era su hija. Tenían un gran parecido, sus ojos, el color de piel, incluso el cabello castaño...

-Mucho gusto... Ashley- La señora me mira detenidamente. Le tendí la mano, ella la acepto con una nerviosa sonrisa.

-Irma, un placer- Susurra. -Gracias por como cuidaste de Ariana. Ella...- Se escucharon unos disparos, rápidamente nos agachamos dejando la conversación de lado.

Leo, me tomo de la cintura llevándome con sigo hacía una parte alejada de la señora Irma y su hija Arianna.

Mire en dirección a donde se encontraban las dos chicas... Estaban asustadas.

Los disparos se escuchaban. No cesaban en lo absoluto. Se habían escuchado varios por unos minutos y eso me preocupaba. De repente se escucho un cristal quebrarse en mil pedazos, seguido de los gritos desesperados de las personas en el lugar.

-¡Oh, rayos!- Leo miraba un punto fijo. Desvíe la mirada de Leo para ver hacía donde él veía. Sus manos cubrieron mis ojos evitando que viera lo que había ocasionado tal asombro en él.

Sentí mi cuerpo estrellarse contra el suelo a la vez que sonaban más disparos y un cristal se quebraba nuevamente. Las manos de Leo habían dejado libre mis ojos, mire hacía un costado encontrándome con ¿¡Un cadáver!?...

Me faltaba el aire...

Quería correr lejos de aquí, quería gritar, quería desaparecer de este lugar... Pero mi cuerpo y todo mi yo, no respondía a nada.

Muchos de los disparos -los cuales sin dudas afectaron a muchos- habían atravesado uno de los pocos cristales que quedaban. Algunos estaban totalmente llenos de agujeros, grietas y otros quebrados.

ERICK WILLIANSWhere stories live. Discover now